Red [VMin]

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>>Jimin<<

—¿Has pensado en dónde podríamos vivir? —preguntó Lia. Yo sólo la ignoré mientras le ayudaba a lavar los trastes de la cena, estaba tan fastidiado de ellos.

Habíamos ido a su casa a cenar y ponernos de acuerdo para nuestra boda. Lia era buena mintiendo y yo también, pero me gané un regaño por rodar los ojos.

—Entiendo que yo no te guste —dijo mientras lavaba un plato y me lo pasaba para secarlo y guardarlo. Ellos tenían dinero para contratar a alguien para lavar los platos, pero querían que pasaramos tiempo juntos. Mala idea—, a mí tampoco me gustas —declaró.

La ignoré mientras terminábamos de lavar los trastes. Ella hablaba sobre la importancia de continuar con esto y el cómo favorecería a nuestras familias y a nosotros.

A mí nunca me ha importado el dinero, ni siquiera mis padres.

—¿Quién? —me preguntó esta vez. Ya habíamos terminado y yo estaba secando el último plato. Al ver mi mirada de confusión volvió a preguntar—. ¿Quién te gusta?

—No es algo que te interese —le contesté. Ella rodó los ojos, parecía querer tener mi confianza.

—Te diré yo primero y después tú —yo no dije nada, pero tomó mi silencio como un sí—. Me gusta Taehyung —declaró sonrojándose.

La miré con ceño, pero no pareció darse cuenta de ello y sólo bailoteó por ahí pensando en mi novio. Incluso me hizo sentir celoso, porque esta chica fantaseaba con estar con mi novio.

—¿Taehyung? —reí—. Una vez me dijo que le gustaba un chico —ella me miró incrédula y se hizo la idea de que estaba mintiendo sólo para molestarla. No iba a desaprovechar mi oportunidad.

—Sé que los chicos tienen celos cuando su amigo es más guapo —rio—, pero no necesitas inventarte eso.

Yo reí con sorna. Me recargué en la estufa sintiendo como mi espalda presionaba los botones para abrir el gas.

—Taehyung está locamente enamorado de él. Y él lo está más —dije seriamente—. Ambos se tienen sólo a ellos —ella me miró confundida y después abrió sus ojos percatándose de lo que estaba diciéndole.

—No puedo creérlo —murmuró y me miró tan molesta. Después de eso corrió y me dejó en la cocina solo. Sonreí, quizás eso me metería en problemas, pero su rostro fue muy gracioso y lo disfruté un poco.

Me dio ese olor a gas y miré la estufa, encontrándome con la llave de gas abierta. La miré e hice como si no la hubiera visto y salí al escuchar a mi madre hablarme para irnos.

En cuanto nos íbamos, la madre de Lia llevaba un cigarrillo en la boca sin encender y detrás de ella estaba Lia bastante molesta, no entendía por qué si lo único que hice fue amar a Taehyung, pero no podría amarlo teniendo a estas personas cerca.

Dentro del carro, bajé la ventana y me despedí de Lia con una sonrisa. Mi madre me miró con orgullo.

—Parece que se están llevando mejor —dijo.

—Lia es adorable —dije mirando hacia la ventana, le paré el dedo medio en cuanto nuestras madres no prestaban atención y ella sólo intento ignorarme, pero lo vio y eso era lo que importaba.

Su madre entró a la casa y ella iba a hacerlo, pero su cuerpo fue lanzado hacia atrás por una explosión dentro de su casa. Las ventanas terminaron rotas y en su casa se extendió el fuego por toda ella. Salí del auto al igual que mi madre, quien llamaba desesperadamente a los bomberos y yo me quedé hipnotizado en ver cómo el fuego devoraba todo y Lia estaba destrozada. Su rostro se había quemado un poco y no estaba seguro si seguía viva, pues su cabeza estaba sangrando, no pude hacer nada, sólo pude observar el ambiente de angustia y desesperación a mi alrededor.

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>>Taehyung<<

Jimin llegó a mi casa alegremente, me extrañaba verlo así. Siempre se quejaba de algo, pero esta vez parecía ser completamente diferente, tuve un mal presentimiento con él. Siempre ocurría algo.

—¿Cómo está Jungkook? —me preguntó.

—Bien —dije—. Estoy pensando en traerlo de vuelta a casa, me dijo que me necesita, quiere estar tiempo conmigo, pero mi madre no quiere que lo traiga. Ni siquiera sé por qué.

—Estoy comprando una casa a las afueras —me dijo—, me voy a escapar y vendrás conmigo, podemos llevar a Jungkook si quieres.

—¿Con el dinero de tu padre? —pregunté. Asintió y yo sólo me reí—. Tu padre puede ver a dónde va ese dinero.

—Parece que no sabes quién es tu novio —me miró con una sonrisa ladina—. Lo estoy pagando en efectivo a un hombre que se dedica a la venta de marihuana. Dijo que podríamos quedarnos con la condición de quedarnos a cuidar su cultivo y pagar renta.

Cuando dijo de la marihuana, me dio algo de miedo, porque aún no era legal y ese sería otro problema más.

—¿Por qué ahí?

—¿Quieres la choza del pastizal? —me preguntó molesto y yo negué de inmediato—. Esto será lo mejor para ambos —me tomó del rostro y me besó.

—¿Haces esto porque no quieres casarte? —pregunté entre el beso.

—La chica murió —dijo encogiéndose de hombros. Sentí mi corazón achicarse. Nunca la conocí bien, pero era muy joven—, pero no importa, ahora nos tenemos a nosotros —Jimin me abrazó. Y yo le correspondí el abrazo. Pude sentir su sonrisa, estaba feliz por la muerte de ella.

—Lo siento por ella —dije. Jimin volvió a besarme y me tapó la boca.

—¿Sentirlo? —rio—. Esta es nuestra oportunidad para estar juntos —y otra vez volvió a besarme. Jimin tenía eso que me hacía sentir bien cuando no debería estarlo y justo así me sentía.

Creo que había algo malo con nosotros.