Confesiones, Prisiones y Libertad

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El tiempo paso muy rápido y faltaban horas para que mi cruel destino llegara, había citado a Clark, me serví un vaso de whiskey, estaba nervioso, lo que haría me dolía mucho, ser rechazado era una opción que tenía contemplada.

Le di un trago a mi bebida, tome asiento y mire el reloj que estaba en la pared. El tiempo pasaba lento y mis nervios aumentaba cada vez más. Finalmente lo vi llegar y entrar a mi oficina, me saludo como siempre y yo estaba nervioso.

-Clark tengo algo importante que decirte-le dije mirándolo directamente a los ojos

-lex, sabes que siempre puedes contarme lo que sea-dijo sonriendo y yo suspire

-esto puede cambiar todo, nuestra amistad mas que nada-el me miro y yo le di un ultimo sorbo a mi whiskey

- ¿Qué es eso que puede hacer que nuestra amistad peligre? -me dijo mientras se sentó y yo me mantuve de pie, firme.

-es...-suspire y el sonrió de la forma que amaba

-dilo-me dijo tratando de tranquilizarme y yo solo asentí

-me gustas y mucho-el me miro sorprendido, parpadeo y después se paro

-es una broma ¿cierto? - me pregunto y yo me arme de valor y lo bese

El me empujo y me dio un derechazo, provocando que cayera al suelo

-buen gancho-dije, mientras me limpiaba la sangre y me ponía de pie

- ¡Que rayos te pasa! -me dijo y yo me acerque de nuevo, mas calmado y seguro que antes

-es la verdad me gustas y me enamoré de ti-le dije con total sinceridad

-Aléjate de mí-me dijo con asco y es una de las tantas posibilidades que veía venir, se dio la vuelta para irse, pero lo detuve y lo giré

-Clark escucha...-le dije cuando le di la vuelta, pero su reacción me dejo sin palabras

-te dije que me dejaras en paz! -me grito y sus ojos se tornaron rojos, retrocedí ante esa nueva visión de el

No supe cómo, pero se fue muy rápido de mi casa, lagrimas bajaban por mis mejillas y fui al baño, aun no entendía como es que Clark tenia esas habilidades, me mire al espejo y tome la rasuradora, comencé a raparme la cabeza hasta quedarme calvo, me bañe y me puse mi clásico traje negro, justo cuando Sali, mi padre llego sonriendo

-lex ¿Qué has hecho con tu cabello? -me dijo y yo solo sonreí

-me lo corté padre-dije con simpleza y el me miro con seriedad, hizo un movimiento con la cabeza y de la nada aparecieron dos grandulones, no supe que era, pero me inyectaron algo que me noqueo por completo.

Cunado recobre el conocimiento estaba en un convento y un sacerdote se acercó a mí, lo mire con confusión y dolor de cabeza.

-toma agua hijo mío-me dijo y me extendió un vaso de agua, yo lo acepte y me lo acabe de lo sediento que estaba

- ¿Dónde estoy? -le pregunte confundido y adolorido del cuello

-en España hijo, en el convento de Santo Domingo, en donde los pecadores como tú, son transformados en siervos del señor-me dijo serio

-ugh-dije con repulsión y desconfianza, el solo rio

-tienes derecho a una llamada al mes y aquí tenemos reglas, te levantas a las 5 para hacer ejercicio, a las 6 te vayas, tienes 30 min para hacerlo y el resto para desayunar, a las 7 te diriges a la capilla a rezar un padre nuestro y si no obedeces serás castigado con la vara divina de nuestro señor Jesucristo, si tu falta es horrenda se te dará de cinturonazos enfrente de todos-me dijo con seriedad

- ¿puedo hacer mi llamada ahora? -le pregunte y el asintió, me acompaño hacia donde estaba el único teléfono que estaba disponible, al de la oficina, se sentó enfrente mío y me miro, tome el teléfono y marque el número que ya sabía, marcándole a mi mejor amigo, el padre debía saber muchos idiomas, asi que le hable en el único idioma que no sabría por obvias razones, el ruso.

-hey, estoy en un campamento antigay, sácame de aquí ya-después de darle el lugar y el nombre colgué, tenia que aguantar un mes para poder salir de aquí.

El primer día fue difícil, me bañaron a manguerazo y con agua fría, me dieron solo un guiso todo aguado, un vaso de agua y un pan duro, me querían quebrar desde el primer día y si tenia que sobrevivir durante un mes, tenia que acatar sus ridículas reglas y lo hice pero aun asi me castigaban, golpeaban y humillaban, estaba harto, afortunadamente el tiempo estaba a mi favor y mi momento de salir de ahí fue antes, me escabullí con mi amigo Johnny.

Juntos nos fuimos hasta irlanda, en donde el Dr. Spencer haría el tratamiento una vez que llegáramos

-calma amigo-me dijo Johnny y lo abrace, su novio sonreía desde lejos

-gracias ambos, por ayudarme a salir de ahí y por cuidarme-sonreí y ellos sonrieron mas

Ahora el verdadero cambio comienza...

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⏰ Última actualización: Jul 31, 2019 ⏰

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La verdad sobre mi y sobre quien soyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora