Prólogo

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El pasto estaba húmedo, sentía la calidez del viento rosar mis cabellos, nacía en la noche y moría en el día, no era capaz de vivir un solo día, La luna era mi vitalidad y el sol un fuego venenoso

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El pasto estaba húmedo, sentía la calidez del viento rosar mis cabellos, nacía en la noche y moría en el día, no era capaz de vivir un solo día, La luna era mi vitalidad y el sol un fuego venenoso. Solo contemplaba la luna y escuchaba el dulce sonido de las aves que volaban a mí alrededor, las hojas caían por el cambio de estación, y el cielo brillaba con aquellas luces que iluminaban mi camino, no podía amar, por qué el amar solo me traería desgracia, dolor y soledad, las leyes eran claras, un ser como yo si llegase a enamorarse moriría a la sexta luna y mi alma estaría condenada a desaparecer, antes había pasado con una "light of night" que quiso amar a una humana, dio la vida y alma a ese amor, al sexto día en que iba a confesar su amor simplemente desapareció, la humana cuando voltio solo miro un polvo azul desvanecer en la noche, jamás pudo confesar su amor y la humana jamás supo de su existencia o al menos eso narraban. Aquello eran solo cuentos de niñas que solían contarme, aveces quería saber qué era amar y sentirse amada a la vez.

Pero Algo era claro, yo jamás eh de enamorarme, jamás eh de querer, mi vida eh de ser solo al servicio de la noche, nunca soñaré por alguien. O al menos eso decía, hasta ahora...

Amor de nueve nochesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora