Capítulo 1

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El mundo es un lugar fantástico, inigualable…….pero cruel. Nuestras razas convivieron en paz en el pasado, los humanos y los “seres fantásticos”, como nos acostumbramos a ser llamados. Pero los humanos se volvieron crueles con el paso del tiempo, nos discriminaron, nos explotaron, abusaron de nosotros, vivimos todos en el miedo. Éramos fuertes, superiores a cualquier humano, pero nos impusieron un régimen de terror sobre nosotros, incapaces de defendernos, evitamos todo contacto con humanos por largos años.

Después de ese tiempo, los humanos hicieron las pases con nosotros por todo el daño que nos hicieron, nuestro representante Kalei Mukua acordó tratados de paz con los diferentes gobiernos mundiales, la ONU, hasta que salimos de las sombras y presenciamos el nuevo mundo. Pero jamás dejó de ser tan cruel.

Soy Oni, un chico gato, puedo parecer como un joven de 14 o 15 años, pero la verdad…..tengo 17, mi especie desarrolla una estancamiento físico a los 15 años, haciéndonos ver más jóvenes de lo que somos. Tengo una apariencia infantil, un cabello amarillento, una piel un poco pálida, además de mis orejas y cola de gato, las chicas me encuentran lindo, pero para los chicos soy un blanco fácil de matoneo. Ha pasado un tiempo desde que se realizó el tratado de paz, Kalei siempre estaba a favor de una coexistencia entre humano y ser fantástico, contamos con beneficios y protecciones, pero a menudo no son reconocidos estos beneficios y nos tratan tan mal como los demás. Y no soy la excepción.

Soy molestado en mi escuela por mi apariencia, me roban mi dinero, me tiran el almuerzo al suelo, me ofenden y maltratan. Vuelvo a casa solo para llorar, sin capacidad de irme a otra escuela por el poco sueldo con el que cuento por parte del gobierno, sin otro lugar a donde ir, espero paciente hasta el mañana esperando que algo pase para así poder quedarme en la seguridad de mi casa.

Otro día, y la misma persona es quién me molesta.

—Haber niñito, tienes mi almuerzo?

—Neil, por favooor...es todo...lo que tengo— formulé esas palabras aun después de la golpiza recibida.

—Es enserio?! Apenas sí alcanza para un mecate, basura!

—Aaaghh…— recibí una patada en el estómago, respire profundo para tratando de respirar, Neil me dejó tirado en el patio sin poder moverme.

Sonó la campana y entramos al salón, a duras penas llegué con dificultad al caminar.

—Alumnos, tenemos a una nueva compañera, por favor presentate.

—Buenos días, soy Janna Lis, espero llevarme bien con ustedes.

—Muy bien Janna, siéntate al lado de……. Oni.

Janna era una chica linda, ojos azules, cabello castaño y una gran sonrisa; se sentó al lado mío, solo agaché la cabeza evitando toda interacción con ella.

Las clases pasaban y Janna solo se me quedaba mirando, cuando hacíamos contacto visual enseguida retiraba la mirada. Parecía hipnotizada por mi apariencia, no la culpo, todos me ven como a un extraño.

Pasaron las horas y llegó educación física, esta clase fue más extenuante que cualquier otra, sin descanso y en constante actividad. Corrimos 10 vueltas a la cancha, mi cuerpo ya no podía soportarlo más, sin comida, sin descanso, solo me dejé caer. Lo ultimo que escuche fue alguien decir mi nombre.

—Oni!...

Desperté en la enfermería del colegio con un saco lleno de suero conectado a mi brazo, la enfermera se acercó a mi.

—Despertaste, que alivio, te desmayaste en pleno entrenamiento, una compañera te trajo y descubrí la causa de tu problema, te desmayaste por no comer adecuadamente y un exceso de actividad física, así que te conecté un saco de suero para mantenerte estable.

Amor de diferentes mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora