Character one

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El infierno es un chico adolescente

Menuda mierda ¿eh?— Un eco aterrador se forma tras cada palabra. No sé de dónde vienen y mucho menos quien las dice, pero mi corazón palpita extremadamente rápido.

Mi piel quema. Se siente como si hubiera fuego debajo de ella y duele. No se qué sucede realmente, la oscuridad no me deja ver nada y el pánico en el que estoy sumergido vuelve a mi cerebro un tanto paranoico.

—¡¿Hay alguien ahí?!— Mi voz suena aterrada.

Los segundos pasan y nadie contesta. No estoy seguro de si debería intentar buscar una salida. Así que simplemente me quedo quieto, lo más que puedo ya que mis piernas tiemblan horrible y descontroladamente. Mis brazos alzados a cada lado me dan el equilibrio suficiente como para seguir de pie mientras siento como poco a poco la ansiedad me carcome. El lugar es demasiado oscuro. No logro ver nada. Literalmente nada y estoy tan asustado que pienso que me haré en los pantalones en cualquier momento.

Mi respiración irregular se torna trabajosa y de un momento a otro se corta por completo. Mis pulmones ya no reciben más aire y mi pecho duele. Caigo fuertemente al suelo mientras me retuerzo, pataleo y lloro histéricamente sintiendo una presión en mi pecho. En medio de la oscuridad estoy sufriendo intensamente hasta que se detiene. El aire vuelve a recorrer mi pecho y entonces me incorporo de golpe.

Respiro tan rápido como puedo intentando llevar a mis pulmones todo el oxígeno que sea posible. Mi respiración agitada hace eco, mis manos se aferran fuertemente al concreto y mis oídos se lastiman debido al repentino bullicio.

Aprieto los ojos fuertemente y luego los abro, no hay más oscuridad y en cambio un almacén vacío me recibe. Hecho de láminas y en completo estado de abandono. La luz se cuela por los muchos agujeros mientras el aletear de las aves hace eco dentro.

Observó asustado alrededor preguntándome dónde estoy, que hago aquí, porque estoy aquí. La luz incandescente que cae sobre mi repentinamente lástima mis ojos, pero me da miedo cerrarlos y volver a aquella oscuridad. No se qué hacer, estoy sentado sobre el concreto observando cuidadosamente la basura acumulada en las esquinas, las hojas secas que caen con cada movimiento del viento, las láminas flojas que crujen desde el techo y la enorme puerta que se balancea de un lado a otro provocando un terrible rechinar.

Mis piernas tiemblan mientras el miedo florece de nuevo en mi pecho obligándome a imaginar cosas terroríficas. Monstruos y fantasmas horribles a punto de saltar sobre mí, entonces, preso del pánico, me pongo a duras penas en pie. Camino sobre flores marchitas y pateo sin querer algunas velas puestas sobre un charco marrón. Tambaleante avanzo unos metros y luego giro para poder ver bien en donde me encontraba.

Hay un círculo de flores y también unas cuantas velas. Al igual que el suelo están manchadas de algo café. La luz da directamente sobre ellas iluminando los pétalos marchitos y el vidrio que acabo de romper. Mi pulso se acelera y mi vista se nubla. Me duele la cabeza. Me duele el cuerpo entero.

—Estarás bien...yo voy a cuidarte.

Cierro los ojos cuando lo escucho. Su voz dulce diciendo que todo estará bien. Su cálida mano intentando darme confianza. Su olor. Su cabello. Su risa. Sus cicatrices. Lo odio.

Por favor. No hagas esto.

Reconozco mi propia voz y el sonido de mi mano golpeando su brazo. Abro los ojos y sorprendentemente lo veo a él y...a mi. Es de noche y nuestros pasos hacen eco en el almacén. Él tiene la misma expresión en blanco en su rostro mientras yo reflejo pánico. Soy arrastrado hasta el otro extremo del almacén, él no dice nada solo me mira.

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⏰ Última actualización: Aug 06, 2019 ⏰

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