Droga

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Sin duda le gustaba dormir en los brazos de Shirogane, era bastante reconfortante, le hacía olvidar todos sus problemas, pero lo que más le gustaba de esa situación es que tenía la oportunidad de oler el perfume que se desprendía de Shirogane, un aroma tenue y a la vez fuerte, algo que le embriagaba y le hacía casi tocar el cielo.  Iba a ser su actividad favorita de ahora en adelante, sí, claro que sí.

Después de todo ya era un adicto a su perfume, un adicto a Shirogane. Era una droga dulce y, una de sus favoritas.

Amor Monocromático Donde viven las historias. Descúbrelo ahora