Desayuno

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Estos días de tranquilidad eran sin duda muy escasos pero los disfrutaría de ahora en adelante, ya que no todos tenian el placer de ver a Akira en un delantal rosado.

Era increible que Akira, quién se siente el centro del mundo, pueda hacer casi cualquier cosa.

Él como un ser de las sombras, se alimentaba de las mismas, no necesitaba de algo necesariamente físico, pero no negaba que la comida de los humanos era deliciosa y que decir de la comida que ahora le preparaba su amado, si tuviera que escoger a un Chef, preferiría a Akira, sin ninguna duda.

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