Estar suspendido de la escuela era más aburrido de lo que esperaba.
Como de costumbre, a mis padres realmente no les importó demasiado. Simplemente hablé un rato con mi madre, mientras estaban a la espera de su próximo vuelo en el aeropuerto de Yamaguchi... ¿O de Okayama? No lo recuerdo ya.
Mantenerme al corriente con las clases era demasiado sencillo, excepto por japonés, que era demasiado aburrido.
Incluso me terminaba aburriendo de mis videojuegos y películas favoritas al cabo de un rato.
Suspiro. Ahhhh~
Y estar demasiado tiempo sin hacer nada, al final me sumerge en pensamientos que prefiero evitar la mayor parte del tiempo.
En particular pensamientos sobre una persona.
Nagisa-kun. Shiota Nagisa-kun
De nuevo, ahhhh~
Ya he perdido la cuenta de la cantidad de veces que me he sorprendido a mí mismo a punto de escribirle o llamarle. Es como si actuara en automático hasta que tengo mi celular en mano y su contacto abierto con las opciones de mensajearlo o llamarlo tentándome.
No quiero aceptarlo, pero quiero llamarle y verlo, quiero decirle que venga a verme después de clase, que le compraría su sushi favorito si solo venía a hacerme compañía. Jugaríamos, veríamos películas de Nazzoni, podría hacerlo ver conmigo alguna vieja serie que me gustara o él podría recomendarme alguna suya.
Tsk. Y no entiendo por qué, ya había resuelto que estaba en mi mejor interés alejarme de él, y de esa sensación tan extraña que me provocaba un hormigueo en la espalda cada vez más notorio según más tiempo pasaba con él.
Aún no sé de qué se trata, pero cada vez más tengo este deseo de tomar aquello de él que me provoca esa sensación, sacarlo y aplastarlo, para así poder regresar a esos momentos que compartimos desde que nos hicimos amigos.
Era un deseo egoísta. Pero de algún modo quería mantener para mí a ese Nagisa pequeño, bueno e inofensivo que siempre me ha sonreído sinceramente sin importarle lo que los demás piensen de mí y mi 'actitud'. Ese encantador ratoncito azul con el que me gusta jugar.
Nagisa era la única persona, en mucho tiempo, con quién he querido pasar mis ratos libres y a quien he querido mantener a mi lado.
Incluso me costó alejarme de él y volver a ser simples compañeros de clase, a solo verlo de reojo en el aula, a contenerme de invitarlo a comer después de clases, o a ir al cine o los videojuegos el fin de semana.
En cualquier momento del día me descubría deseando descolgar el teléfono, marcarle y decirle "hey, Nagisa-kun ¿vienes a mi casa a ver películas? Podríamos hacer palomitas de maíz y eso" A nadie más que él he traído a casa...
~
Tan solo faltaban tres días para que terminara mi suspensión, me llegó una citación para el día anterior de la escuela, al parecer no les basta con mandarme al salón que más denigran de toda la institución y quieren darme una estúpida charla antes de eso.
Estaba sentado en sofá de mi salón, había ramen de ternera cociéndose en la estufa y un programa de CSI en la TV, pero yo ni siquiera podía ponerle atención a las palabras, mucho menos al programa en sí; me mordía una uña nerviosamente mientras miraba sin ver el calendario.
Solo tres días.
Y volvería a ver a mi ratoncito azul.
Para este punto, una guerra interna como nunca antes se desató en mí. Mi cabeza me decía que hiciera a un lado las tontas dudas al respecto, si ya había tomado una decisión y ningún suceso posterior me da razones para cambiarla ¿por qué dudo?
YOU ARE READING
Ha pasado tiempo... Nagisa-kun
FanficKarma está muy aburrido durante su suspensión antes de integrarse a la clase E para unirse al grupo que tiene por misión matar a Koro-sensei. El aburrimiento lo hace considerar cosas que en las que realmente no había querido pensar... Nagisa-kun...