U & I ?

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Si alguien le hubiera dicho hace muchos años que era un héroe legendario capaz de manipular elementos mágicos y batirse en duelo con criaturas sacadas de las peores pesadillas, Link seguramente habría sonreído y sacudido la cabeza, dando a entender perfectamente que aquello eran locuras producto de una imaginación muy activa.

Link había entrado a la academia porque su padre le había inculcado ese deseo de ayudar a los demás, de luchar por sus ideales y proteger lo que ama, porque siendo él mismo un caballero de armadura reluciente ante su propio hijo le había hecho decidir que él quería ser igual; Link entrenó noche y día, preparándose física y mentalmente para el riguroso examen de admisión a la academia, dispuesto a hacer sentir orgulloso a su padre y a sí mismo.

Lo hizo, ingresó destacando de entre todos sus compañeros y lo hizo sonreír con orgullo... era amargo que su inspiración falleciera un par de meses después de haberlo logrado, pero Link fijó la mente en continuar, luchar y seguir adelante para perdurar su recuerdo para todos los años que le siguieran, tomando el dolor y convirtiéndolo en la fuerza que necesitaba para cada práctica.

Aquella mañana, donde notó a la mismísima princesa de Hyrule mirándole con interés mientras practicaba, Link sintió que algo dentro de sí se movió, algo que no entendía en absoluto pero que le hizo enfocarse aún más en su tarea, siendo ese algo lo mismo que le hizo tomar una espada y un escudo para salir a luchar contra todas esas criaturas con el sayo de aprendiz aún puesto.

Pudo haber muerto muchísimo antes de llegar con Volga, si ese bokoblin hubiese dirigido el golpe de su masa a su cabeza en lugar de su brazo pudo haber quedado inconsciente, ese lizalfos pudo haberlo partido a la mitad con su cola y ese dinolfos pudo haberlo quemado vivo, pero al final, cuando él mismo había aceptado que moriría con honor y protegiendo lo que amaba, ese algo despertó y le hizo sentir una fortaleza jamás imaginada.

Y así sin más le habían llamado el héroe de la leyenda.

—Grahim fue el guía para la maldad en estas tierras hace muchos años.

Desviando la mirada del mar de nubes que se extendía debajo de aquella extraña isla flotante, Link miró a Fay deslizarse hasta estar a su lado, con la cara volteada hacia él, haciéndole suponer que le estaba mirando—. ¿A qué te refieres?

—Así como lo es Cía, como lo es la maldad legendaria, Ganondorf, años atrás había otro ser el cuál buscaba la destrucción total de la luz —Fay dijo, moviendo la cabeza hacia el frente—. La misma entidad por la cual esta ciudad fue construida.

Recordaba que Lana había mencionado la razón de existir de la isla así que asintió, curioso de saber más sobre aquella entidad—. Por un par de segundos lució como si estuviese hecho de metal.

—Grahim es el espíritu guía de la espada obscura, contraria a la que permanece en el templo, la espada maestra —continuó, deslizándose hasta estar frente a él, levitando sobre el vacío—. Al igual que yo.

Ahora lo entendía, sí, Grahim era todo lo contrario a lo que Fay era, todo lo malo y deleznable que ellos buscaban eliminar, seguramente por ello él era encargado de liberar esa parte de alma sellada, Cía no lo habría elegido si fuera alguien de los buenos.

—Debemos detenerlo antes de que gane —dijo con un pesado suspiro, pasándose la mano por el cabello, fijando la vista al frente, aunque no veía nada en realidad.

—¿Algo le perturba, amo?

Y así era, por su mente seguían pasando las imágenes que le habían llenado la vista cuando Grahim habló con él, con la misma velocidad vertiginosa y abrumadora y con, quizá, menos sentido que la primera vez. No entendía de dónde venía todo eso, él estaba seguro de que ninguna tenía el más mínimo sentido, pero quizá lo que lo perturbaba más era que todo se había venido con una sola palabra.

Unidos por algo mas que enemistad. [Ghiralink]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora