Era David. Se sentó a mi lado en el banco.
David: No te importa, ¿Verdad?
Yo: No.
David: Es que te he visto sola y vengo a hacarte compañía.
Yo: Gracias.
David: ¿Y qué haces aquí fuera?
Yo: Me agobio con tanta gente, todos fumando y no hay aire para respirar.
David: ¿Tú fumas?
Yo: Que va, no me gusta el olor, lo odio. ¿Tu si fumas verdad?
David: Si, pero lo dejaría si alguien como tú me lo pidiera.
Yo: Dejalo.
David: ¿Qué?
Yo: Que lo dejes, te lo pido yo que dejes de fumar.
David: Vale dejaré de fumar.
Yo: ¿Me lo prometes?
David: Te lo prometo. - Sonreí y miré al suelo. - Oye, casi no te conozco, cuantame algo sobre tí.
Yo: ¿Qué quieres que te cuente?
David: ¿Tienes hermanos?
Yo: Si, uno más grande, tiene tu edad.
David: ¿Qué te gusta?
Yo: La música, dibujar, los animales, la ropa... Muchas cosas me gustan estaríamos toda la noche.
David: Jajajaja, ¿eres popular?
Yo: No.
David: Pues pareces la chica lista y guapa de clase que tiene a todos los chicos detrás.
Yo: Pues no, más bien soy la rara, la tímida, la que no habla con nadie y que nadie quiere hablar con ella.
David: Pues ellos se lo pierden. Ya hablo yo contigo. Por cierto no pareces muy tímida.
Yo: Ya no lo soy tanto, estoy cambiando.
David: ¿Y sigues teniendo cosquillas?
Yo: ¿Qué? - David se iba acercando poco a poco y empezo a hacerme cosquillas, como pude me escapé y salí corriendo.
David se levantó del banco y me siguió, me escondí detrás de unos arbustos cuando se despistó y esperé a que estuviera lejos para salir y correr en la dirección contraria a la que estaba el.
Pero cuando salí corriendo me choque con alguien y me caí de culo.
Álvaro: ¿Estás bien?
Yo: Si, perdona no te ví.
Álvaro: No pasa nada. ¿Qué hacias hay detras? - Dijo refiriendose a los arbustos.
Yo: Me estaba escondiendo porque me seguian.
Álvaro: ¿Que te estaban siguiendo? - Dijo con tono preocupado.
Yo: Si, me seguian para hacerme cosquillas.
Le cambió la expresión de la cara y se empezó a reir. Nos sentamos en el banco donde antes estaba con David y estuvimos un buen rato hablando. Me lo pasaba muy bien con el, me transmitía confianza, era como si ya nos conocieramos de antes.
Ví pasar a lo lejos a David con con un cigarro el la mano.
Yo: Álvaro, me tengo que ir luego te veo.
Álvaro: Vale.
Me fui detras de David, salió de la casa de Carlos y cruzó la calle.
Yo: ¡David!, espera. - No me hizo caso y siguió andando. ¡DAVID!, parete joder.
David: ¿Qué quieres?
Yo: Me lo prometiste.
David: ¿Te creias que lo iba a dejar solo porque una niñata me dijera que no fumara? - Dejame y vete con tu amigo a pasartelo bien.
Yo: ¿Qué es por eso? ¿Por eso te comportas así? Solo estabamos hablando y no te tienes que poner celoso.
David: ¿Celoso? ¿Por qué iba a estar celoso? No somos nada.
Sin decir nada más me dí la vuelta y fui a buscar a Susana la que seguía hablando con Carlos.
Yo: ¿Nos podemos ir?
Susana: ¿Qué te pasa?
Yo: No tengo ganas de contartelo ahora.
Carlos: Yo lo quiero saber. - Dijo poniendo cara de niño bueno.
Yo: Mañana os lo cuento a los dos, ¿Nos vamos?
Susana: Si, vamonos. Adiós Carlos, mañana nos vemos. - Le dió dos besos y luego me acerqué yo y le di otos dos.
Carlos: Adió chicas.
Nos montamos en el coche y cuando llegamos a casa de Susana me acosté rapido, no quería hablar y si tardaba mucho sería victima de un interrogatório.