Hoy iría a verlo al estudio. Llevaba dos meses tonteando con él y anque no fueramos nada me gustaría que asi fuera.
Lo conocí en el parque, ambos habíamos salido a correr. Estaba tan metida en la música que salía de mis auriculares que no me percaté de la presencia del rizado ante mi. Tras caer al suelo lo miré. Sus ojos esmeralda me dejaron sin palabras.
-¿Estas bien?- parecía preocupado.
-S-si, no ha sido nada- me levanté.
-Me llamo Harry- dijo con una gran sonrisa.
-Valle, encantada- suspiré y sonreí.
Llamé a la puerta del estudio y su secretaria me abrió.
-¡Valle! ¿Que haces haces aquí querida? ¿Vienes a verlo?- asentí tímidamente y ella sonrió.- Está en esa habitación, pasa.- dijo mientras me indicaba a donde ir.
Abrí la puerta y mi sonrisa se esfumó. Ahí estaba ella, mi mejor amiga, a tan solo unos centímetros de su cara. Sus ojos se posaron en mí y deseé desaparecer.
-¡Valle!- habló él finalmente- ¿Q-Que haces aquí?
-Venía a verte pero veo que estás ocupado.
-Peque no es lo que parece- dijo la morena- Él tenía...
-¡No lo digas!- la calló.
-¡Harry! Vamos, deja de ser tan miedica- suspiró.
-Creo que lo mejor es que me vaya- me giré dispuesta a salir por donde había entrado.
-¡Espera!- gritó el rizado tomando mi muñeca- Ella quería ayudarme.
-No es asunto mío- dije fría.
-Si lo es porque yo... ¡estoy enamorado de tí Valle!- suspiró- Y n-no sabía cómo decírtelo.
Mis ojos se abrieron como platos y mi respiración se hizo pesada. ¿Sentía lo mismo por mi? Puso sus manos en mi cintura y me pegó a él. Envolví su cuerpo en mis brazos y su calor me tranquilizó.
-Yo también estoy enamorada Harry - susurré perdida en su mirada.