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Corea del Sur (8:12 a.m)

El sol brillaba golpeando con sus rayos el verdoso pasto, dando un toque de belleza al hermoso parque, muchas parejas iban tomada de la mano disfrutando de ese hermoso paisaje. Otras familias iban con sus pequeños, tomándolo de sus pequeñas manitas levantándolo de tal manera que se podían escuchar unas risas suaves.

No muy lejos de ahí, se encontraba una familia,  sobre un mantel rojo con cuadros, una canasta con comida. Un pequeño de 5 años corría persiguiendo a una mariposa la cual volaba tranquilamente, el pequeño no dejaba de reír mientas la seguía, se detuvo cuando escuchó a su padre hablarle llamándole para almorzar.

—¡Tae! Regresa, es hora de almorzar—
—Ya voy, papi— el pequeño se despidió de la mariposa corriendo hacia su padre, el pequeño castaño extendió sus bracitos lanzándose hacia su padre, el azabache lo cargó dándole vueltas haciendo que el pequeño se riera fuertemente sin dejar de abrazar a su querido padre.

—Jungkook, amor, es hora de comer— decía una voz femenina suavemente.
—Allá vamos, cielo— miró al castaño. —¿qué estabas haciendo que no te veía?— acarició la cabecita del menor.
—Jiji, nada papi. Sólo perseguía una mariposa— sonrió.
—De acuerdo, pero para la próxima ve en dónde estamos, no quiero que nada malo Te suceda— habló con un toque de tristeza.
—Perdóname papi— puso una de sus pequeñas manitas en la mejilla izquierda de su padre haciendo que lo mirara. —Desde ahora no me separaré de ti—

El azabache sonrió, adoraba a su niño, era una criatura magnífica, ¿cómo alguien pudo ser tan afortunado de tener un hijo tan...único? Eso era lo que pensaba él, sin dudas adoraba a su pequeño.
—Mejor vayamos a comer— se levantó del pasto, tomó a su pequeño en brazos y ambos se fueron a almorzar.

Mientras almorzaban, el pequeño no se separaba de su padre por ningún motivo, estaba en la piernas de su querido padre comiendo tranquilamente su sándwich, al momento de morderlo, tenía migajas en sus mejillas, el azabache lo notó, con un dedo, tomó una migaja y la comió, el castaño lo miraba con las mejillas rosadas, sentía su corazón acelerarse. El azbache sonrió al ver a su pequeño con las rosas de la vergüenza, o eso pensaba él.

—No sientas pena, pequeño— dijo. —intenta tener más cuidado la próxima vez—
El pequeño no podía hablar, sólo asintió con la cabeza sin dejar de mirarlo.

Si bien el pequeño pensaba que su padre era demasiado atractivo, su rostro lleno de tranquilidad y cariño, la manera en que su padre le sonreía dejando ver sus dientes de conejito, sin dudas su padre no era de este mundo, era simplemente perfecto, era un ser de otro mundo, además de ser muy popular con las mujeres y hasta eso que muchas tenían envidia de su esposa.

El pequeño llevó una manita a su pecho cerrando sus ojitos sintiendo su corazón latir, no se dio cuenta que mientras cerraba sus ojitos cayó en los brazos de Morfeo.

❤️I love you Daddy ❤️ {KookV}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora