~• UNA VIDA POR OTRA•~

6 1 3
                                    

<< || >>
Faded -Alan_Walker



El día esta caluroso, tan vibrante y brillante. Sin duda un día perfecto para todoslos que se reúnen para ir a la playa o solo pasar el rato en algún lugar.

Excepto para mí, el calor me sofoca y las pequeñas corrientes de aire que entran a la casa me alegraban, recorriendo mi cuerpo dándole algo de frescura.

Odiaba el calor y sentir la piel húmeda, me hacía estresar pues terminar con todo los quehaceres de la casa era una tortura todo ese movimiento logrando que mi temperatura corporal aumente solo deseaba al terminar darme un baño lo antes posible uno largo y frío baño.

Amaba lo helado, todo aquello fresco que hiciera que mi piel se erizara por esa sensación.

Mamá decía que yo seria feliz viviendo en el polo norte y la verdad era que sí, yo seria muy feliz ahí no sufría de calor nunca más.

* * * * * *

Sentía como el agua recorría mi cuerpo y cada centímetro de el se estremecía al sentir el contraste de temperaturas. Lavé mi cabello con suaves masajes la suavidad del jabón quitando todo rastro de sudor por todo mi cuerpo, amaba ese tiempo tomando todo el tiempo del mundo.

Podía sentir la musica que mi celular reproducía. Freeze you out ft sia. La melodía vibraba en mi piel y me sumerjo en esa sensación.

***********

El calor volvía a mi cuerpo, estaba de camino a la casa de mis abuelos, como ya era costumbre cada fin de semana toda la familia se reunía en la casa de ellos y compartíamos agradables momentos.

Está vez me sorprendí al ver a los amigos de mis primos aquí, yo amaba a mis primos pero sus amigos no eran mucho de mi agrado, desde pequeña había aguantado las burlas y criticas de ellos y aúnque mis primos me defendían, ellos encontraban la manera de hacerme llorar.

Tenia para ser mas exacta seis años de no verles y el tiempo era notorio en todos. Se habían desarrollado de buena forma tendría que decir, igual por las miradas que recibí en todo el rato de su parte pude notar que no fui pasada por alto, al igual que ellos también me había desarrollado bien.

Esa pequeña y molesta voz en mi mente me decía que debíamos irnos y no estaba más de de acuerdo con ello. Estaba callendo la noche y al vivir sola toda mi familia me decía que tuviera cuidado.

Con algunos abrazos y promesas de llamar mas seguido abandoné esa residencia.

La noche había caído y el aire estaba caliente aún. A pesar de estar al aire libre podía sentir mi cuerpo picar y la ansiedad recoger cada célula de mi cuerpo.

Sentada en una banca del parque me dije a mi misma que debía esperar, que pronto me iría y podría dormir tranquila como siempre lo hacia.

Escuche voces a lo lejos, abriendo mis ojos con un pequeño bostezo, me levanté cuando estuvieron lo suficiente cerca para ser notada.

me puse los guantes de cuero negro, y una mascarilla del mismo color.

- pero miren a quién tenemos aquí ¿no es muy noche para que estés en la calle?

Los presentes sonrieron de forma audible sin apartar su mirada de mí.

Cuatro perros callejeros, estaban todos.

Me acerqué al mayor y le sonreí, toque su pecho y me aleje llamando su atención.

Como supuse todos me siguieron, la luna se había ocultado, el sonido del viento entre los arboles y el de nuestros pasos por el inmenso bosque era lo único que se escuchaba.
La luna brillo y el ambiente se puso pesado pero con cierto toque de fantasía.

En medio del bosque me detuve, me quité la chaqueta quedando solo en un sujetador de encaje negro, retire mi short y pude ver las miradas lacivas de todos.

- así que quieres jugar ¿eh? y con cuatro a la vez... quien te ve, siempre siendo una mojigata frente a todos.

Todos los demás rieron y se acercaron a mí.

-vamos a jugar- dije con voz divertida, pude distinguir sombras atrás de ellos por lo que sonreí aun más, estaban tan cerca que no hacía falta mucho para que los tocarán - jugaremos a ver quien suplica más.

Ellos me miraron confusos hasta que las sombras los atraparon sacándole gritos que quedaron ahogados en sus gargantas, me coloque la mascarilla negra y saque mi cuchillo.

Me le acerqué al perro mayor, pasando el filo de la hoja por su pecho rompiendo su camiseta si lastimarlo.

- esto es por todo lo que me habéis hecho.

El no podía hablar, por mas que lo intentara ningún sonido saldría de su boca en ningún momento, se retorcía intentando escapar pero mis 'amigos' los tenian atrapados.

Me fui con el menor de todos y lo lleve aun más profundo en el bosque, era lindo podía aldmitirlo pero no dejaba de ser un monstruo disfrazado de oveja. Sentía la adrenalina en mi cuerpo y me reía al ver sus lágrimas y como intentaba suplicar.

-dime ¿qué tanto miedo tienes? ¿ahora sientes lo que esa pobre chica sentía? ¿recuerdas esos gritos de súplica porque no le hicieran nada?

Estaba atado en un árbol, una suave brisa se sintió junto al sonido de los árboles.

Quizá ellos me vieran a mi como el monstruo, la aberración personificada pero yo vea el alma podrida de todo ellos.

-sabes, solo porque quiero dormir temprano no haré que sufras mucho.

Había pensado hacerlo por separado pero que mejor que todos se vieran, asi uno a uno fue llevado y atado a los árboles donde se veían de frente.

Sus ojos mostraban terror y los míos nada más que satisfacción, a los ojos de los otros tres vieron como corte las manos en un corte limpio, seguido por sus ojos que quedaron en mi mano.

Solo se escuchaban pequeños sollosos y el menor de todos no aguanto más pues su cuerpo solo se rindió.

Me gire limpiando un poco mi cuchillo de mango plateado con toques dorados, hacia el resto .

Esa noche escuche los más deliciosos lamentos bajo una suave llovizna que refresco mi ardiente cuerpo y en mi cama limpia, abracé mi almohada dejando que morfeo me cuide en sus brazos.

U N A   N O C H E    C A L I D ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora