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Estaba mirando hacia la ventana, que estaba en asuntos internos, pensando en lo ocurrido la noche anterior.. cuando su jefe se apoyó sobre el escritorio. Sus ojos clavados en el escote de Ani, la cual se removió incomoda.. Maldito viejo verde.

—¿Trabajando tarde otra vez? —murmuró.

—Hola, sr. Smith. ¿No deberías estar ya en casa con tu esposa y tus hijos?, viendo algún programa de televisión, consintiendo a tu mujer.

—¿Qué estás haciendo? ----Pregunto ignorando su pregunta y comentario.. La verdad es que debería, pero era mejor ver sus hermosos atributos a estar con su adorable esposa.

—Redactando un artículo para Henry.

—¿Sabes? Conozco muchas otras formas de impresionarme.. Y  puedo enseñarte..----- Ani rodó los ojos mentalmente. ya se lo imaginaba.

—¿Has leído el correo que te envíe esta mañana? Fui a hablar con Joseph y Rick. Me han asegurado que un traficante de armas se ha trasladado a esta
ciudad... Que piensas de ello.

—-Tú sigue trabajando en los informes de Henry. Deja que los chicos fuertes se hagan cargo de los crímenes violentos. No me gustaría que le sucediera algo a esa cara tan hermosa que tienes.----  Sonrió, entrecerrando la mirada, se detuvo en los labios..

Ani sintió nauseas, por favor!!!.. Era un ruco!.. Esa rutina de mirarla fijamente la conocía desde hace  dos años, cuando había empezado a trabajar en el departamento de asuntos internos redactando los informes para él y Henry en la policía. Una bolsa de papel. Lo que necesitaba era una bolsa de papel para vomitar en este instante..

—¿Quieres que te lleve a.. Callo por un momento pensando si proponerle algún plan pero recordó que era muy tarde para llevarla a algún lugar mas.. Tranquilo..---- tu casa? —-preguntó.. Deseando que aceptara.

Aceptaría si cayera una intensa lluvia de lava y aun así no lo haría!! Pedazo de IMBECIL pervertido!!.. —No, gracias...---- se giró hacia su ordenador con la esperanza de que entendiera la indirecta.

Era algo deprimente.. "Al parecer se cree un Sugar daddy". Pensó

Estiró la mano para alcanzar el pequeño envase de M&M que había estado guardando y estaba vacío. De nuevo.. Maldición no le respetaban ni su comida.. Tomó la decisión de irse a casa y comprar algo de comida.. Busco en el bolsillo de su cartera y milagrosamente encontró una barra de chocolate amargo... Desbloqueo su teléfono, pulsó la marcación rápida e hizo un pedido de Sushi.

Avanzaba por las calles solitarias de seattle.. A lo largo de estas, sólo había bares, clubs de strippers y negocios de tatuajes. Ningún restaurante cerca. El resto de los edificios, que habían sido
utilizados como oficinas estaban vacíos.

En el bar de Contour sonaba música Electrónica, de la puerta de cristal del Lascort, salían sonido de Dance, y las máquinas de karaoke estaban a todo volumen.. La mayoría eran sitios dignos de confianza, pero había un par de ellos de los que prefería mantenerse alejada.. Pues solo asistían vagabundos y personas de dudosa reputación..

Empezó a sentirse mal y muy cansada, sin saber el porque, volvió ese sudor frío como hace unos días atrás.. Dios, qué humedad. Sentía como sus axilas y espalda comenzaban a transpirar. Pensó en lo ridículo que era, estar sudando como camello en pleno invierno, por Dios santo!!. Es decir; Ya hace tres semanas que había empezado.., y ella parecía estar en mitad del verano, era una locura.

Tenia la sensación de que aquel cansancio no era debido solo al tiempo extra que trabajaba.. En las últimas semanas no había dormido bien, y sospechaba que Estaba entrando en depresión. Su trabajo no era lo que ella quería.  pero era lo único que había encontrado después de la graduación.. Tampoco la llevaba a ninguna parte, vivía en un lugar que le importaba un cuerno y tenía pocos amigos, no tenía novio y ningún interés en tenerlo.. A decir verdad no sentía atracción por el sexo apuesto, pero tampoco del suyo propio.. Sencillamente no le llamaba la atención. Si pensaba en su futuro, se imaginaba estancada siempre en la misma rutina: levantarse, ir al trabajo, intentar hacer algo nuevo, fracasar y regresar a casa sola.. Sola!! ni siquiera una mascota tenia.. Porque el cachorro de su vecino ausente que vivia prácticamente en su casa no contaba ¿o si?.

Pensó en que debería tomar un nuevo aire.. Ir a otros lugares de todas maneras no tenía familia y no había nada que la retuviera en la ciudad, salvo la costumbre.

No había hablado con ninguno de sus padres adoptivos durante años, así que no la extrañarían. Y los pocos amigos que tenía estaban ocupados con sus propias familias.

Salio de sus pensamientos al escuchar un fuerte silbido detrás de ella, entorno los ojos. Ése era el problema de trabajar cerca de esa zona. se encontraba con algún acosador, como era de esperar, dos tipos se colocaron detrás de ella.

Miró disimuladamente a su alrededor. Estaba acercando a los edificios vacíos que había antes de los restaurantes dos cuadras mas allá de estos. La noche era muy oscura, pero al menos había farolas y de vez en cuando, pasaba algún coche.. Se estaba poniendo nerviosa y sin moverse mucho trato de buscar en su bolso la lata de gas..

—Me gusta tu cabello negro — dijo el más alto.. —¿Te importa si lo toco? Posándose a su lado junto a su amigo.. Ani podía detenerse. Se veían chicos pertenecientes alguna fraternidad universitaria, pero no quería correr ningún riesgo. Además,el restaurante estaba a sólo cinco cuadras mas adelante.. De todos modos siguió con la búsqueda del gas pimienta.

—¿ Te llevo a alguna parte? —preguntó de nuevo el mismo muchacho. —Mi auto no está lejos. ¿por qué no vienes con nosotros?.. Sonrió lascivamente e hizo un guiño a su acompañante, cosa que la hizo rodar los ojos internamente.. como si con aquella charla rebuscada fuera a llevarla a la cama.. Menudo imbécil.

El amigo se rió y la abrazo, su cabello rubio y largo saltaba a cada paso que daba.
—¡Sí, y podemos montar los tres! —dijo el rubio.

Maldición, ¿dónde diablos estaba el gas?.

El grande estiró la mano, tocándole el cabello, y ella lo miró detenidamente. Con una sudadera y sus pantalones cortos de color gris, unas deportivas adidas, era realmente bien parecido. Un verdadero producto, digno de una portada de revista.

Cuando él le sonrió, ella aceleró el paso, concentrándose en el tenue brillo de neón del cartel del restaurante que estaba a pocas cuadras. Rezó para que pasara algún peatón, pero el frío ahuyentado a los peatones hacia los locales con calefacción. No se veía ni un alma penando.. Estaban solos.

—¿Quieres decirme tu nombre? —preguntó el producto.

Su corazón aumento su ritmo al darse cuenta que no lo tenía. Había olvidado el gas en el otro bolso.—Voy a darte un nombre.. Ya que no me respondes.. Hizo un gesto pensativo. —— Déjame pensar.. ¿Qué te parece.. "gatita"?
El rubio soltó una risita lasciva.. Que encendió todas sus alarmas.

Algo no andaba bien y Ani lo supo en ese momento.

Amante Híbrida (Saga La Hermandad del Lobo #1).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora