CAPÍTULO TRES

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Al llegar a mi departamento veo la comida de la noche anterior en el piso con el plato roto. Dejo mis cosas en el sillón y empiezo a hacer la limpieza. Alrededor de media hora después ya está todo limpio y en orden.

Me doy un baño que me toma más tiempo de lo común.

 Al sentir como el agua caliente caía por mi espalda pensaba en todo lo sucedido en el día de hoy. Necesito hablar con alguien pero Hanna, mi mejor amiga, está de viaje con su hermana, visitandola aprovechando que ya terminó su carrera, y no quiero molestarla con mis cosas. Ella tiene que disfrutar y si le cuento va a querer volver y no quiero que cancele sus cosas por mí. Así  que decido faltar mañana a clases e ir a la hablar con mi madre. Espero que una vez en su vida me trate bien y sea una madre normal y pueda aconsejarme o darme palabras de consuelo.

Cuando estoy acostándome siento vibrar mi móvil, al ver que Thomas lo apago. No quiero hablar con él.

***

Al día siguiente, como tenía planeado hacer,  voy a hablar con mi madre. Cuando llego a la casa en donde viví casi toda mi vida, saludo al guardia, que ha estado desde que tengo uso de razón, y entro con mi auto estacionando frente de la casa.

Toco la puerta y me atiende una joven que por su vestimenta deduzco que es una mucama nueva que debe haber contratado mi madre. La muchacha me pregunta quién soy y cuando estoy por hablar otra voz habla.

-Hazla pasar, es Ashley. No sé cómo no te das cuenta quien es si la casa esta con cuadros de ella-habla Robert, mi hermano mayor. La mucama me hace lugar para pasar y lo hago.

-Lo siento señorita, no me había dado cuenta que era usted.- responde la joven con voz avergonzada mientras cierra la puerta detrás mío.

-No te preoc...

-Con decir eso no solucionas nada, ve y anda a hacer tu trabajo por algo se te paga.- me interrumpe mi hermano, le habla menospreciándola. 

La muchacha se va hacia la cocina dejándonos solos.

-¿A qué has venido?-pregunta mi hermano. Sin saludo alguno, así de fría y distante es nuestra relación.

-He venido a hablar con mamá.

-A mi mamá, dirás- me corrige.

-A nuestra madre.-le digo, haciendo notar el “nuestra”. No sé porque siempre trata a nuestra madre como “su” mamá pero con Derek, mi otro hermano, nunca hace esa diferencia.

-Si tú lo dices- se burla.

-No he venido hasta aquí para discutir contigo sobre si nuestra madre es “tuya” o “nuestra”. ¿Ella está en casa?- no tengo ánimos para pelear además no nos llevaría a ningún lado.

-Está en el jardín desayunando.- contesta mientras camina hacia allí. Yo lo sigo.

Al llegar al jardín veo a mi madre en la mesa junto a Derek leyendo una revista

-Hola mamá.- le saludo. Robert toma asiento en el único lugar desocupado por lo que me quedo para en un costado cerca de mi madre.

-Oh, hola Ashley. ¿Qué haces aquí?- contesta mi madre sin despegar la mirada de su  revista.

-Hola estorbo.- dice Derek. Lo ignoro como lo he hecho los últimos dos años, desde que se comportó como un idiota cuando mi padre me regaló un departamento por mi cumpleaños, él dijo muchas cosas hirientes que al principio pensé que solo eran celos porque Derek se había cansado de pedirle a nuestro padre que le comprara uno y él decía que no, que si quería uno tenía que trabajar y ganárselo, tiempo después me compro uno a mí. Pero después me dijo que me olvidara que yo era su hermana, que él nunca me considero una. Recuerdo que estuve llorando toda una tarde por su desprecio, y como pidió desde ese momento deje de ser su hermana aunque igual lo quiero.

ASHLEY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora