Roomiex | KookGi

Flecha a los globos

JiMin parpadea perplejo ante el grito de YoonGi. Decide dejar al primo de su amigo en la cama para ver qué sucede, pero no le da tiempo ni de abrir la puerta cuando alguien más la abre desde el exterior.

—¡Me cagó todo de vodka!— es lo primero que grita su amigo, dándose la vuelta para mostrar sus pantalones manchados.

—Te dije que vomitan después— intenta ocultar una sonrisa burlona mientras dice eso.

—Lo odio, lo odio, lo odio— murmura YoonGi.

—¿A tu primo o a Kook?

—... ¡A los dos! Y no le llames así, por favor.

—Yo t-te amo, GiGi... Te amuh... mo... Creo que...— su primo no termina de hablar cuando se inclina a vomitar en la almohada.

—Genial. Simplemente, genial— dice con sarcasmo.

—¿Sabes qué es lo bueno de todo esto?

—¿Hay algo bueno?

—Sí, ya vomitaron. Quiere decir que es tiempo de que duerman— sonríe, señalando a Tae que ha empezado a roncar.

—Oh, Dios... No le contaremos a TaeHyung que cuando dormía, su rostro estaba en la almohada de vómito... ¿No?

—Ni lo menciones.

A la mañana siguiente, se escuchan los quejidos de dos chicos con resacas como una linda alarma para despertarse los domingos.

—Bebí demasiado ayer, GiGi— entra su primo a la habitación— Creo que me follé como a cinco géneros...— se lanza en la cama.

—Solo hay dos géneros, imbécil— contesta con voz ronca.

—Cuando estás drogado, hay más de dos.

—¿T-te drogaste? ¡¿Te drogaste?!— exclama a punto de soltar un alarido.

—Te estoy jodiendo, GiGi.

Respira profundo, sintiendo como se estabiliza su corazón.

—¡El desayuno está listo!— canturrea JiMin.

YoonGi saca su cuerpo de la cama bastante asombrado y agradecido por la iniciativa de su amigo, cepilla sus dientes, se viste y sale de su habitación.

Sus sentidos dejan de funcionar cuando ve a JungKook despeinado, recién levantado y con cara de muerto sentado en la silla el comedor.

«Caliente»

No lo niega, el desgraciado se ve guapísimo; no románticamente, solo se ve caliente.

—Gracias por hacer el desayuno, JiMin— le agradece Tae— Me pregunto qué otras cosas harán tus manos— el nombrado se sonroja y no le dice nada.

YoonGi se sienta en la mesa, lanzándole miradas de reojo a su ex; este está concentrado en su celular y, por eso, no percata las miradas.

O eso creía.

—Tírame una foto y listo— dice, sin despegar la vista de su celular. YoonGi no entiende si fue a él porque lo descubrió o solo lo dijo— Te hablo a ti.

Se muerde el interior de la mejilla y empieza a comer su desayuno. Está muy avergonzado.

—No te estaba mirando— miente, después de unos segundos.

—Ajá, y yo no soy gay.

—¿Para qué quiero ver tu feo rostro?

—Porque te vuelve loco y lo sabes.