El automóvil en el que viajaba la familia Moon había sufrido un accidente. Un transeúnte que pasaba por el lugar llamó al 119, pocos minutos después la ambulancia acudió al lugar y llevó de emergencia a los heridos; sin embargo, los dos mayores murieron de camino al hospital, mientras que su hijo se encontraba en estado de gravedad. Fue atendido de inmediato, el pequeño niño de alrededor de cinco años de edad quedó en estado de coma; el doctor y enfermeras esperaban que el niño sobreviviera a la cirugía a la que había sido sometido en inconsciencia, sus signos vitales estaban estables.
Pasado un año, las esperanzas estaban casi perdidas. La enfermera principal que lo atendía llamó al doctor, mientras que alegaba que el rubio había movido uno de sus dedos, lo que atrajo la atención de las demás enfermeras. La mujer que lo estaba atendiendo en ese momento estaba emocionada y lo que decía había sido confirmado por el doctor, desde entonces los doctores y enfermeras le prestaron más atención. Tenían planeado enviarlo a un orfanato en cuanto despertara; sin embargo, no había cambios muy notorios.
Al cabo de unos meses el niño abrió los ojos poco a poco mientras que el doctor a cargo de él realizaba la rutina diaria, Bin volteó a sus alrededores y se asustó al no tener control sobre su cuerpo pese a que sus heridas estaban completamente sanadas. El menor estaba viendo cosas que le causaban terror, pero no podía hacer nada para evitarlo. Eran seres aterradores para un niño de esa edad aunque algunos de ellos se veían inofensivos, poco después el rubio dirigió su mirada al hombre que se encontraba a su lado y el mayor le sonrió con alegría; después de que se pasara el efecto de la anestesia el pequeño tuvo el control sobre sus extremidades, entonces actuó cubriéndose con la manta por el instinto de sobrevivencia escondiéndose bajo esta mientras que temblaba.
— ¿Qué es lo que te asusta? — Preguntó el doctor, pero no obtuvo respuesta.
El hombre creía que era un trauma por lo sucedido así que decidió enviarlo con algún psicólogo antes de que fuese ingresado al orfanato, por lo que se puso en contacto con una de sus colegas la cual aceptó gustosa, así fue como Moon Bin comenzó a asistir a las terapias con la psicóloga; la mujer no creía en las palabras de su paciente cuando este le decía que podía ver el alma de las personas fallecidas, pero era cierto. Algunas eran vengativas y estaban atadas a cadenas de pena lo cual significaba que no podían descansar en paz porque habían tenido una horrorosa muerte, o vida.
Las terapias no eran del todo productivas ya que la mayoría de estas en lugar de ayudar al rubio llegaban a alterarlo mucho más, las enfermeras y doctores habían llegado a la conclusión de que se trataba de un trauma a causa del accidente y agregando el hecho de que se había quedado sin padres.
Al final terminaron por enviarlo al orfanato en donde seguiría asistiendo a terapias con algún psicólogo.
Nadie quería adoptar a un niño de casi ocho años que estaba loco, los interesados en adoptar preferían a los bebés que eran más adorables. Bin también quería ser adoptado y tener una familia que lo amara, quería ser un niño normal como todos. Sin embargo, aquellos que se interesaban en él descartaron la idea por su estado de «enfermo mental» y le tocó quedarse ahí.
El rubio creció en aquel orfanato mientras veía como sus compañeros eran adoptados menos él. Al cumplir los doce años la mujer que lo cuidaba lo envió a estudiar la secundaria, Moon era un chico inteligente, pero raro a palabras de los demás por el solo hecho de ver cosas que los demás no podían; conforme fue pasando el tiempo se acostumbró a verlas pese a que le seguían dando miedo y casi nunca lo dejaban dormir, las ojeras en su rostro eran prueba de sus noches en vela. Pero siempre las cubría con maquillaje y nadie se daba cuenta de ello, nadie más que su «madre» y muy apenas, porque tenía que prestarle más atención a los bebés de cuatro a siete meses que tenía a cargo.
Moon Bin comenzó la secundaria, apenas hablaba con sus profesores, solo veía como sus compañeros se volvían amigos, como se divertían y que ninguno de ellos se interesaba en hablarle a él. Al paso de una semana el grupo se llenó de confianza, «grupitos» de amigos y uno en particular se volvió el abusador oficial del rubio, lo agredían, le quitaban su dinero e incluso lo amenazaban, nadie lo defendía o decía algo; ni siquiera él mismo. Y no solo se limitaban a eso, sobrepasaban lo que era el bullying normal y lo amenazaban de muerte.
— Si murieras nadie se daría cuenta, solo eres un huérfano y nadie te quiere —Habló el líder del grupito entre risas de superioridad.
— Yo puedo hacerte el favor — Dijo otro de los chicos sacando una navaja de su bolsillo.
Entonces los otros dos chicos lo sostuvieron con fuerza, el chico de la navaja le escribió con la misma el nombre de la 'pandilla' en el brazo mientras que los demás alumnos pasaban y no hacían nada más que ver y murmurar, era un mundo donde nadie quería ser el héroe de nadie. Cuanto más pasaba el tiempo los abusos se volvían cada vez peores. Para Bin no existía ninguna salida de aquel infierno porque si intentaba quitarse la vida aparecían aquellas almas malignas, mientras que no lo hacía solo se mostraban las inofensivas. Tenía que vivir con eso en su día a día y nadie lo salvaba ni lo salvaría jamás.
Al cumplir los quince años vio que una pareja estaba interesada en adoptarlo, se trataba de una pareja joven que estaba de visita en Seúl por asuntos de trabajo, no podían cuidar de un bebé por lo que estaban en busca de un adolescente; la adopción fue un éxito y trás terminar con los trámites volvieron a New York, claro que Moon Bin adquirió la nacionalidad estadounidense.
Conservó su nombre en coreano al igual que su apellido en honor a sus fallecidos padres, sus padres adoptivos lo inscribieron en uno de los mejores colegios y parecía que su vida estaba mejorando, seguía asistiendo al psicólogo y seguía viendo almas aunque había aprendido a convivir con ellas; escuchaba sus historias y el por qué seguían ahí.
Se había vuelto amigo de un alma de su edad y las cosas no iban mal, sin embargo en el colegio era otro asunto. No hablaba con nadie que no fuesen los profesores y nadie le hablaba a él, todavía era el raro aunque llamaba la atención de algunas de las chicas de sus salón y de otros grupos.
Después se corrió el rumor de que un chico nuevo se les uniría en el colegio y todo el alumnado esparció dicho rumor, entonces algunas chicas y chicos se volvieron un poco locos por la emoción; se decía que era bastante atractivo como para ser una persona normal.
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Sigamos apoyando el debut de Jinjin y Rocky, ellos merecen ser recompensados por su gran trabajo.
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Vol.1 Who is he? [Rockbin]
Fanfiction《𝑫𝒐 𝒏𝒐𝒕 𝒃𝒆 𝒂𝒇𝒓𝒂𝒊𝒅 𝒕𝒐 𝒇𝒂𝒍𝒍 𝒊𝒏 𝒍𝒐𝒗𝒆, 𝒚𝒐𝒖 𝒘𝒊𝒍𝒍 𝒍𝒊𝒌𝒆 𝒊𝒕》 Moon Bin al sufrir un accidente despertó con la habilidad de ver almas. Se mudó a New York e ingresó al colegio, no hablaba con nadie y era considerado ¨raro...