Heartache On The Big Screen « Calum Hood » ✔

Capítulo 14.

No lo podía creer.

Ella era ¿mi reemplazante?

Pude notar su maldita sonrisa. Sí, Calum tenía razón. Era una maldita.

¿Ya la conociste?-dijo Calum mientras caminábamos por el estacionamiento del estudio.

Sí.-respondí- Tenias razón, Cal.

Lo sé.-sonó orgulloso de su “gran” logro.

¿Y tú qué tal haz estado?-pregunté. Me importaba saberlo. Me importaba él.

Um normal, a decir verdad. A excepción por la parte de trabajar con Rosie. Dios es tan…-dijo irritado.

Ni termines esa frase.-le señalé. Él soltó una risa.

No sé, pero siento que es demasiado detestable y no exagero.-levantó sus hombros.

Pudimos notar que había entrevistadores en el estacionamiento.

Decidimos evitarlos.

Mal intento. Fallido.

Hola, Stephanie. Cuéntanos ¿Por qué te echaron de esta producción?-dijo una tipa de unos treinta.

Lo único que diré es que no me echaron. La cuestión fue qué, si yo no hacía algo ellos me echarían. Obviamente no lo haría. Eso va en contra de mi política.-respondí.

¿Qué te obligaban a hacer?-preguntó un hombre en este caso.

Dije que sería lo único que diría.-dije y me alejé. Tuve que esperar a Calum un momento, apoyada en el auto. Lo estaban entrevistando.

Cuando llegó subimos y hablamos.

¿Sabes? Me preguntaron qué pensaba sobre Rosie.-dijo mientras conducía.

¿Si? Y ¿Qué dijiste?-pregunté.

Sin comentarios.-soltó.

Deberías haber dicho que era una perra.-solté.

No lo creo.-soltó un suspiro.-Sam y los demás me matarían.

¿Y qué importa si te echan?-cuestioné.

¿Cómo? Todo. Importa todo. No tendría de que vivir. Además no haría lo que me gusta.-respondió frustrado.

¿De verdad? ¿No te gustaría actuar en otras películas? Además tú estás en una banda.-respondí.

Lo sé.-suspiró.-Por eso. Todos los chicos estamos en una película cada uno. No podemos salirnos. Las películas generaran más fans.

¿Y eso te preocupa?-chillé.-Debieras hacerlo porque te gusta.

Lo hago.-respondió- Sólo que sino, los productores se enojan y…

Deberías pensar más en ti Calum-susurré. Él ya había estacionado el auto.- No puedo creerlo. Pensé que eras de mis mismas ideas. Que no importaba los demás, debías hacer lo que a ti te gustara.

Lo sé, pero…-respondió.

No le dejé terminar porque bajé del auto, y me dirigí a mi casa.

Sé que fue algo infantil. Pero yo quería lo mejor para él. Quería que él se sintiera feliz. Pero ¿Por qué? Hace tan sólo un mes, me hubiese dado la misma mierda. Pero ahora me importaba. Y más  de lo que creía.