0.12

969 78 7
                                    

Todo estaba preparado, solo faltaba ponerlo sobre la bandeja y llevarlo a la a habitación del castaño para que pudieran tener una bonita cena. El rizado por hoy se dedicaría a mimar al otro, se lo debía después de tantas cosas malas y sobre todo porque necesitaba hacer sentir más tranquilo al castaño, notaba su estrés además de su tristeza y hoy se permitiría cambiar eso. Estaba pensando en proponerle un respiro, llevarlo a una pequeña cabaña cerca de un lago para relajarse.

Acomodó todo y dejó un pequeño regalo en el medio de todo, lo agarro cuidando de no hacer caer nada y fue a la habitación. Lo dejó todo sobre la mesita de noche para después comenzar a dejar varios besos sobre el rostro tranquilo del omega, sonrió al verlo despertarse un poco y dejó un pequeño beso sobre sus labios.

—Vamos a comer, cariño, hice tu plato favorito.

Le ayudó a sentarse y el castaño se estiró mirando al otro antes de sacudir un poco la cabeza para despertarse más. Miró la comida y dejó un espacio en la cama para dejar sentarse al rizado, se acomodaron y Louis notó la pequeña caja en el medio, la tomó sin decir y la abrió sonriendo por lo que había dentro.

Era un bonito collar con un relicario en forma de corazón, dentro tenía la primera foto de ambos. La acarició y levantó la mirada observando como el rizado sostenía un tulipán rojo, sonrió más antes de poner la bandeja sobre la mesita nuevamente, le miró y se tiró sobre él, tirándolos a ambos sobre la cama. Lo abrazó por el cuello para después comenzar a dejar pequeños besos sobre sus labios sin dejar de sonreír y susurrar pequeños "gracias" entre besos.

Se quedaron ahí por un rato hasta que el rizado los hizo sentarse, le puso con cuidado en collar y sonrió al ver como le quedaba. Acarició un poco su cuello y se acercó para dejar un besos en la punta de su nariz, nuevamente se acomodaron y comenzaron a comer tranquilamente mientras miraban alguna película, después se acostaron y el rizado lo abrazó dejando besos en su cabeza.

—¿Qué tal si vamos a bañarnos? Luego te daré un masaje y mañana irás totalmente relajado al trabajo. —Susurró sin dejar de besar su cabeza.

—Tengo una semana libre, aunque igual me traje algo de trabajo para acabarlo y no estar estresado después. —Le miró y dejó un beso en sus labios.

—De acuerdo, entonces mañana podrías acabar todo y luego podemos ir a una pequeña cabaña. Es un buen lugar, nos quedaríamos ahí toda la semana y volveríamos un día antes para que vayas descansado y más relajado ¿está bien?

—Esta bien, entonces mañana acabo eso pero ahora, vamos a bañarnos. Apestas. —Sonrió y se levantó antes de caminar hacia el baño, quitándose la camiseta y tirándola en el camino.

—Ya verás quien apesta.

Sonrío y corrió hasta agarrarlo, lo cargó por la cintura y entre risas lo llevo hasta el baño. Metiéndolo con el resto de su ropa en la ducha y abriendo el agua fría.

—¡No, suéltame! —Gritó intentando soltarse mientras aguantaba la risa.— ¡Harry, me estoy congelando, suéltame! —Esta vez comenzó a mover sus piernas hasta sentir como el agua se volvió tibia.— Voy a matarte uno de estos días, lo sabes ¿no?

—Puede ser, pero como me amas mucho no lo harás, solo me tirarás algo. —Sonrió antes de soltarle y quitarse la ropa, hizo lo mismo con el castaño y volvió a cargarlo por las piernas.

—Oh, no, ni lo sueñes. Bájame, si te atreves a hacer algo así te castro además ni siquiera tienes protección, bájame.

—¿Quién dice que no? —Le mostró un sobrecito con un preservativo dentro y el ojiazul le miró entrecerrando los ojos.

—Te mataré, después de esto te mataré.

El rizado rió levemente antes de ponérselo como pudo, con eso ya tenía permiso, lo sabía.

[...]

—Te odio.

—Anoche no parecías hacerlo.

—Puedes estar necesitando hacerlo pero no es para tanto, es incómodo no poder sentarse. Y precisamente por eso, te odio. —Le miró hundiendo su rostro en la almohada.

—Yo sólo quería una vez, tú fuiste quien se puso en modo celo y estuvo pidiendo por más.

—¿Ahora es mi culpa? Tú pudiste decirme que mejor me hacías el masaje y a dormir.

—Tienes razón, pude hacerlo pero mejor no. Mejor a modo de disculpa, vamos a tener una última ronda. —Se levantó y le hizo girar antes de acomodarse entre sus piernas.

—No, bájate. Estúpido alfa, bájate ahora mismo de encima. —Le miró intentando no ceder.— Si no te bajas no volverás a tocarme por un mes, aléjate monstruo.

—Una última, vamos, para acabar de gastar la cajita. —Le miró antes de tomar el último sobrecito.

—No, bájate. Harry, hablo en serio, si no te bajas te castro.

—Una más, una más, y no jodemos más. —Sonrió cantando y dejó varios besos sobre sus labios, si ese no era definitivo, no le haría nada pero no perdía nada por intentarlo.

—¿No podías aguantarte hasta irnos? Es decir, uno frente a un lago se pone más cómodo relajado pero tú no, tu prefieres una ducha, el suelo e incluso mi maldito balcón. ¿Cómo saldré sin avergonzarme por eso?

—¿Tomo eso como un sí?

—Una más y te vas directo a la mier... —No acabó de hablar cuando el otro ya lo estaba besando.

[...]

—Si me dejaste embarazado te pego, en serio. —Le miró mal mientras caminaba despacio.

—Llevas diciéndome eso desde que salimos del departamento, y hasta ahora no haces nada. —Se encogió de hombros agarrando mejor las maletas.

—No me retes, soy capaz de pegarte y lo sabes. —Al llegar al auto se sentó e hizo una mueca al sentir el dolor.

—Lo sé, pero si hay un mini tú en tu pancita, no lo notarás. Sobre todo si creciera de tu tamaño, no lo notarias hasta tenerlo entre tus brazos de lo tan pequeño que sería. —Estaba por cerrar la cajuela cuando sintió algo chocar contra su frente.

—Castigado, por un mes no vuelves a tocarme. —Se cruzó de brazos y cerró la puerta.

—De acuerdo, lo siento, me pase. Pero no puedes castigarme así, eso es cruel.

—Idiota.

—Algún día te casarás con este idiota. —Sonrió dejando un beso sobre los labios del mayor.

—Brincos dieras, no me casaría contigo ni aunque fueras el último hombre de la tierra.

—¿En serio? —Le miró fingiendo estar ofendido.

-Si, y ahora maneja. Quiero ir al lago, necesito relajarme.

-—Yo si me casaría contigo, seríamos un gran matrimonio. —Encendió el auto y comenzó a manejar.

—No me estás llevando al lago para proponerme matrimonio ¿verdad? —Le miró curioso.

—No, para eso vamos a esperar un poco más. Pero en algún momento lo haré.

-Si me convences, acepto pero si no lo haces, entonces lidiaras con un rechazo y una patada entre las piernas.

El menor rió suavemente y se acercó a dejar un beso rápido en la mejilla del omega, estuvieron manejando por algunas horas hasta llegar a la bonita cabaña, era pequeña pero acogedora y el lago era tranquilo, no había nadie alrededor. Al llegar fueron adentro, Louis camino hacia una habitación y se metió para tirarse a la cama, sintió al otro a su lado y los tapó antes de abrazarlo por la cintura para apegarlo a sí mismo.

—Descansa, más tarde hacemos algo de comer. —Susurró Harry para después besar su frente y cerrar sus ojos.

—Descansa.

Se sonrieron y quedaron dormidos, hoy todo estaba relativamente bien. Ojalá fuera así siempre, así estarían más tranquilos y felices.

"I'm sorry" ➵Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora