Capitulo 0: Hora de Las Presentaciones.

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Abrí mis ojos lentamente... Había un bosque donde había nevado se veía tan blanco tan hermoso, que cualquier objeto se podría perder de vista en la nieve, o incluso alguien...Y ese alguien era yo.

Podía sentir como lágrimas estaban recorriendo mi mejilla, una mejilla de una niña de apenas 5 años, recuerdo que lloraba porque estaba perdida, no encontraba el lugar para salir del bosque por ningún lado, pensé que me que estaría en este lugar para siempre.

De repente sentí un frío recorrer todo mi cuerpo gracias a dios tenía puestos mi abrigo y mi bufanda, y entonces sentí como si alguien estuviera enfrente de mi inclinado, sentí su mano acercarse a mi mejilla y secar mis lágrimas con esta...No era una mano como las otras no, esta era fría y sentí que congelo un poco mi mejilla, al parecer la persona noto eso y quito su mano levemente.

-No llores, Te ves más linda cuando sonríes.- dijo con una voz que hizo que lo mirara a la cara y saber quien era...Y entonces....

¡BOOM!

Desperté rápidamente asustada por el sonido proveniente de la ventana de mi habitación.

¡BOOM!

Volví a oírlo y pude ver que alguien estaba lanzando bolas de nieve a mi ventana, desafortunadamente sabía quien era.

Me acerque rápidamente a mi ventana y la abrí antes de volver a escuchar el ruido de nuevo y grite.

-¡Noah Macdougal vuelves a aventar una bola de nieve más a mi ventana y será la última vez en tu vida que seas capaz de lanzar algo! .-

-Vale, Vale, dejare de hacer eso, pero ¡no tendría que hacerlo si te levantarás temprano! Te recuerdo que los osos son los únicos que hibernan.- Dijo Noah o más bien grito Noah desde el patio de mi casa.

-¡Solo dame 10 minutos! .- Le volví a gritar y cerré rápidamente mi ventana sin que me importara su respuesta.

Me vestí rápidamente y tome mis libros y los metí a mi mochila, hoy era el último día de escuela antes de las vacaciones de invierno, cerré mi mochila y medite acerca del sueño que había tenido hace poco, ¿sería real?.

Otro golpe en la ventana me saco de meditación e hizo que se me dibujara una mueca de fastidio en la cara.

¡Oh lo olvidaba!, mi nombre es Cristal Anders, tengo 17 y vivo en la ciudad de Chicago. Tengo cabello café y ojos verdes esmeraldas y soy de media estatura.

Una vez echas las presentaciones, tome mi mochila y corrí rápido hacia mis escaleras antes de que Noah perdiera la paciencia y rompiera mi ventana...De nuevo, después de que bajara las escaleras camine hacia mi cocina dispuesta a desayunar algo, cuando entre me encontré con mi madre, Lauren Anders.

-Buenos Días.- Dijo ella esbozando una linda sonrisa como siempre lo hacia.

-Hola.- dije dejando mis cosas en la mesa y tomando una tasa de café que ella había preparado.

-Oí que Noah te estaba esperando, lo invite a pasar pero se negó con mucha cortesía, que agradable sigue siendo ese chico.- comento madre sin quitar su sonrisa.

-Si...Súper agradable .- dije susurrando mientras tomaba mi tasa de café.

-hoy es tu último día de escuela ¿no?, espero que te valla bien Cris.- dijo ella para después tomar un poco de su café también.

-Y yo espero que te valla bien en tu viaje de trabajo, Mama.-

Hoy mi madre de iría por unas semanas a Canadá por un viaje importante de su trabajo, eso hacia que me sintiera orgullosa, después de todo éramos una familia pequeña, éramos solo ella y yo, mi padre había fallecido unos pocos días antes de mi cumpleaños de 7 años, por un accidente automovilístico.

Enseñame A Creer. (Jack Frost)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora