Capítulo 3

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Sali de la oficina de mi profesor y corrí al estacionamiento, tenía que aprovechar esta oportunidad, no la dejaría por nada en el mundo, sería mía sin importar que tendría que hacer.

Marque mi ficha de estacionamiento y subí al Nissan centra de ángel, tome las llaves, mi mirada concentrada en lo que estaba por suceder y mi respiración al mil por segundo.

-respira Liliana, no tienes que estar en pánico, este es tu momento de brillar. – me decía a mí misma mientras que me relajaba de apoco y mis manos dejaban de temblar.

Tomé la tarjeta que mi profesor me había entregado y leí la dirección.

"Powder #154-Nanhattan-New york"

Tendría que conducir bastante para este proyecto, pero como me había mentalizado antes, tendría que probarme a mí misma que lo podría hacer y que no sería ninguna cobarde.

Fruncí mi ceño en señal de atrevimiento y aceleré a fondo causando que las llantas traseras rechinaran y derraparan por la potencia de el motor alterado gracias a ángel y su cultura gangster.

Me dirigí a la interestatal, a enfrentar mi destino el camino me daba bellos paisajes, pero mi mente no sabía en que concentrarse la autopista estaba vacía, mi mente repleta de ideas y de un momento a otro se vacío por completo, como si la vida me recompensara y diera un respiro por todos los pensamientos malos que pasaban una y otra vez sobre mi

Puse una estación de radio y gracias a la canción de "lazy generation", mi camino se aceleró a más de ciento cuarenta kilómetros por hora, corría como si fuera la reina del maldito mundo tendría 4502 km mas de 30 horas por delante pero estaba claro que cuando inicie este viaje no me detendría hasta acabar, el auto seguía acelerando y mis manos,pies,en general todo mi ser se sentía tan libre que podría morir en este momento completamente feliz.

-A LA MIERDA EL LIBRO, LA ESCUELA EL TRABAJO, Y LA VIDA, SABRE VIVIRLA A MI MANERA, SIN IMPORTARME NADA. – me dije para mí misma, esperando que nadie me hubiera escuchado por mi "peculiar" manera de decirlo.

Eran las 4:46 AM, y pare en una estación de servicio, para recargar gasolina y comprar algo para mi hambre de mil demonios y además enviarle un mensaje a los directivos para que justificaran las faltas, qué podría generarme.

Llegué a la toma de gasolina y me dirigí, con un joven de no más de 20 años como de 1.68 metros de altura.

-disculpa podrías llenar el depósito de gasolina? – pregunte mientras bajaba la ventanilla del copiloto para poder mirarle y hablarle directo a los ojos.

-claro que si señorita, pero mire su auto, está tan sucio una linda señorita en un auto tan sucio ¿no combina o sí?, además mientras yo le doy un mantenimiento completo a su auto, ¿Por qué no revisa nuestra tienda de auto servicio? - dijo aquel chico con una cara de pervertido, que daba más miedo que confianza.

-disculpa? -le dije con una mirada de rechazo y asombro, por toda la palabra que dijo sin siquiera, poder respirar.

-señorita seré honesto, necesito revisar a fondo su auto o seré despedido y necesito el empleo. – dijo con una cara de tristeza, que se podría notar que estaba diciendo la verdad.

-okey revisa todo lo que necesite. – le dije mientras entraba para la tienda de auto servicio.

Al entrar sonó una campana y música rock and roll en un tono moderado y nada molesto, se apoderaba del ambiente del lugar, miré a todos lados mientras buscaba algo de comer, observé una maquina con salchichas para hot dogs, sin pensarlo me preparé dos, y me dirigí a una chica con uniforme rayado azul y blanco, quien asumí era la cajera.

-hola, encontró lo que buscaba en "une store"? – dijo en cuanto me miro llegar con ella, con una sonrisa amable, que reflejaba un amor a su trabajo.

-sí, sería todo, ¿cuánto seria por los dos hot dogs y un servicio completo a mi auto? -pregunte sacando mi tarjeta de crédito y entregándosela.

-20 dólares. – dijo devolviéndomela con su sonrisa tan amigable.

Me senté en la mesa que daba vista a la autopista, para poder comer y mandarles un mensaje a los directivos de mi instituto, había tardado bastante en las charlas con los trabajadores y preparando mi comida, eran ya las 6:00.

Tome mi celular y busque el contacto de la secretaria de nuestro grupo.

-Buenos días disculpe el mensaje, podría justificar mis inasistencias, ya que tendré que cuidar a mi abuela, está enferma y soy su familiar más cercano. -dije tratando de que tuviera coherencia por si le preguntaban algo al ultimo profesor que me miro, en este caso willo.

-Claro Liliana, no te preocupes, tendremos en cuenta que tendrás que cumplir con tus deberes al regresar-dijo ella sabiendo que se trataba de el libro, pero me guardaría mi secreto.

Arreglado lo de mis inasistencias me dispuse a comer mis sagrados alimentos, terminé y Sali del establecimiento.

Mire el auto en el estacionamiento, se miraba como si fuera nuevo, y aquel chico estaba dentro del capo, revisando los niveles de seguro.

-estaba tan mal? – pronuncie más para atraer la atención del chico, qué como pregunta en realidad.

-no realmente, lo ha tratado bien, sí sigue así le durara bastante- dijo saliendo de el capo del auto y entregándome las llaves.

Le di doce dólares de propina, me puse mis lentes de sol y subí al Nissan.

-espera, me podrías dar tu número de teléfono?, digo para registrarte si necesitas alguna ayuda en tu camino. – dijo un tanto nervioso y claramente tratando de encubrir sus verdaderos planes.

-Claro-. le respondí guiñándole el ojo, tome su mano y anote mi número junto al código de estado y acelere a fondo de nuevo.

MEMORIAS ATORMENTADASWhere stories live. Discover now