La vida rosa | Larry Stylinson | Omegaverse

"Baile rosa" - Parte 2

***

... treinta y tres.... treinta y cuatro... treinta y cinco.

— ¡Louis! — gritó el pequeño rizado corriendo por el jardín del omega — ¡Voy a por ti!.

Harry empezó a buscar al castaño por todo el lugar, pequeñas risitas escapaban de su boca.

Le gustaba mucho jugar a las escondidas con Louis.

Una risita se escuchó de entre unos arbustos cerca de la casa y el rizado sonrió, había encontrado al omega.

— ¡Te vi! — exclamó apareciendo de repente enfrente del omega, que estaba sentado en el piso.

— ¡Harry! — gritó emocionado Louis y lo abrazó.

Lo que mas le gustaba al pequeño alfa del juego era el momento posterior a encontrar a su amigo. Siempre pasaba lo mismo.

Harry encontraba a Louis y Louis abrazaba a Harry como si no lo hubiera visto en años.

— ¡Otra vez! — pidió el omega y Harry no pudo decirle que no.

Volvieron a repetir todo, pero cuando el rizado apareció en frente del omega algo cambio.

— ¡Te v... — quizo gritar el alfa pero los labios de Louis estaban sobre los suyos.

Su primer beso.

***

Las cosas pasaron demasiado rápido.

Luego de la declaración, Louis se lo quedo mirando expectante. Su voz había salido segura, pero Harry notaba cierto nerviosismo en su aroma.

— Yo... — balbuceó el alfa y el omega llevo su pequeña mano a sus labios.

— No, no vas a decir nada — dijo Louis riendo — Deja de pensar tanto, alfa tonto.

Sintió como unos delicados dedos peinaban sus largos rizos y tomo aire lentamente.

Tu puedes hacerlo.

Es tu omega.

Su silencio inquieto al ojiazul, hasta que finalmente habló.

— Seré cuidadoso, lo prometo.

Louis sonrió dulcemente.

— No esperaba menos.

Luego de eso, sus labios se unieron y Harry dejó que sus instintos se hicieran cargo.

El omega se acomodó en su regazo y colocó ambas piernas alrededor de su cintura. Sus erecciones rozándose.

Louis gimoteó por el contacto y chupo su labio inferior antes de comenzar un vaivén lento con sus caderas. Su respiración volviéndose agitada.

Harry llevo sus manos a la espalda del castaño, más precisamente hasta el cierre del vestido y comenzó a bajarlo. Sus dedos temblorosos recorrían toda la longitud ansiosos por tocar, por sentir.

Louis suspiró y se aparto permitiendo que el alfa retirara el vestido, dejando su cuerpo descubierto.

No supo cual fue exactamente el sonido que salió de sus labios pero debió de ser algo inhumano porque el castaño se quejo en respuesta.

Louis llevaba unas pequeñas bragas blancas con flores rosas.

Si existía el cielo, seguramente luciría como esto; Louis esperándolo en bragas en una nube.