LURK. ⭏ ¡yoonseok!

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Mentiría si dijera que no me gusta el sexo. A pesar de ser mi trabajo, es algo que jamás negaría disfrutar. Caliente, húmedo, estremecedor; delicioso.

Contaría la historia de mi vida y cómo terminé acostándome con hombres por dinero, pero he inventado tantas que ya no recuerdo cuál es la verdadera.

Me pagan bien por lo que hago, y sé que lo hago bien. Los clientes repiten a menudo, me dan obsequios extra y cabe decir que mis honorarios no son algo que cualquiera podría costearse.

Chico de compañía de lujo, ──así decidió llamarle mi amigo y cliente con más antigüedad, Taehyung.

Llámenle como quieran, es lo mismo aunque lo adornes con palabras más, o menos, ordinarias.

A mis veinticinco años, comenzaba a tener competencia en aquel lascivo mundo. Cada vez, más jóvenes se daban cuenta de la supuesta fácil vida de un gigoló, y dejaban todo de lado para probar suerte. Yo me estaba haciendo viejo, pero guardaba mis encantos y mi clientela fija.

Esa noche me había contratado uno nuevo, dos años mayor. Según su perfil, lucía atractivo y era bastante joven para estar haciendo aquello. No obstante, no protesté, no era quién para juzgar a nadie.

Llegué unos diez minutos antes al restaurante que acordamos. Extrañas veces me invitaban a comer antes de tener sexo; fue todo un detalle de su parte. Y, por supuesto, lo tendría en cuenta cuando subiéramos a la habitación del hotel que se alzaba sobre mi cabeza.

El ambiente era ensordecedor, calmado y lujoso; muy lujoso, quizá demasiado. Comenzaba a preocuparme el precio de lo que hubiese en la carta, más que nada porque el que mucho paga, mucho quiere. No sería el primer pervertido fetichista que me hiciera lamer sus pies mientras me esposa las manos.

── ¿Señor Jung? ── El hombre trajeado en la puerta ocupó mi atención.

── Depende para qué.

── El señor Min se retrasará unos minutos, me pidió que lo acompañe a su mesa. Pide también que le disculpe por la demora.

Asentí, un poco asombrado, mientras el hombre me dirigía a una mesa justo en el centro del restaurante ¿Qué tan rico era ese señor Min? ¿Qué tan caro me saldría todo aquello?