el primer amor de un cínico

capitulo 1

La vida pasaba frente a mis ojos como una película aburrida de la cual ni siquiera me molestaba en vivir. Había perdido todo sentido de lucha, me repetía a mí mismo las cosas que tenía o se suponía debería hacer, pero jamás lo hacía, siempre sacaba una excusa para posponerlo. Estaba en constante negación viviendo en un futuro perfecto patrocinado por mis fantasías. Como todos, tenía mis propias ambiciones y metas aunque muy vagas aún. Siempre he pensado que el mundo está lleno de soñadores pero muy pocos están despiertos, y en ese momento yo estaba profundamente dormido. Acababa de terminar la escuela y aunque tenía claro que quería ir a la universidad ni siquiera sabía qué quería estudiar, por algunos retrasos no pude ingresar al salir de la escuela, así que llevaba cerca de 4 meses en casa sin hacer nada, lo único que hacía todo el día era leer, ver serie por páginas piratas porque no me alcanzaba para el Netflix, reírme de memes y ver uno que otro manga o comic, sí, también soy un poco friki y ¿por qué no? Pelear con mi familia, para la cual soy una gran decepción. Si tuviera que describirme diría que soy un sínico, alguien que confía poco en la buena fortuna y un amante de los finales tristes, suelo ser bastante hiriente con mis palabras, por una sencilla razón, la gente quiere la verdad pero solo cuando les conviene, también les suele cagar cuando viene acompañada de una sátira sarcástica y burlesca. Ya podrán imaginar que no soy una persona de muchos amigos.

Volviendo al presente hoy es viernes, me despierta el ruido que hace mi padre mientras se prepara para el trabajo, yo simplemente lo ignoro y hago lo que cualquiera que no se quiere parar de la cama haría para matar el rato, tomo el celular y empiezo a divagar por YouTube, si me paro ahora seguramente me espera un discurso sobre lo importante que es tener un empleo y de lo poco necesaria que es la universidad, también de como malgasto mi tiempo, así que es más fácil evitar el tema y de paso a él. Cuando por fin se va, me paro de la cama y empiezo mi rutina diaria, desayuno mientras veo mi serie favorita de turno y me preparo para lo único en lo que parezco bueno, ser el sirviente de la casa. Mientras limpio la sala veo una foto en la mesa de centro, en ella estamos papá, yo y una mujer a la que algún día llame mamá

-No sé por qué papá sigue guardando basura –tuerzo los ojos y le paso un paño por encima de manera rápida.

Al terminar mis deberes me di una ducha rápida me puse una camiseta negra, unos jeans azules y unas zapatillas negras, no me molesté en arreglarme demasiado, pues solo iba al parque a fumar. Me pare frente al espejo y vi el reflejo de mis ojos color café claros, peine mi cabello negro con corte de tupe hacia la derecha con las manos. No me considero una persona extremadamente guapa, pero tampoco soy extremadamente feo, soy normal por decirlo de algún modo, el rasgo más destacable físicamente en mí seria mi altura de 1.80 la cual me hace bastante alto para el promedio de Colombia.

Al salir de casa me topo con los vecinos, para algunos soy un buen chico, para otros soy un santurrón bueno para nada, el caso es que soy un chico polémico aún cuando me importa realmente poco la opinión de los demás. Pero lo que me importe o no a mí no es relevante, a final de cuentas cada persona siempre tiene una maldita opinión. Algo que me parece realmente curioso es la razón por la que soy polémico, la mitad de los chicos con los que crecí están muertos y la otra mitad en prisión o siguen delinquiendo, y para la comunidad en la que vivo es mucho más estrafalario un chico pobre que se toma un año sabático que el hecho de que sus propios hijos sean delincuentes. ¿Lo ven? Hasta yo tengo una maldita opinión, la diferencia es que no me creo con el derecho moral de estar hinchándole las pelotas a nadie, ni juzgando y mal hablando de los demás.

Llegando al parque me siento sobre la banca más alejada, saco un cigarro y empiezo a fumar mirando hacia la nada, en ese momento

- Tan puntual como siempre. – Una chica de estatura promedio, piel canela, cabello rizado y ojos negros me mira sonriente, ella es Lissette o como yo le llamo para abreviar, Liss. Es mi mejor amiga y la única persona que logra comprender mi loca manera de pensar.