Konohamaru conoce a un chico que siempre está en el hospital.
Aquel chico no quiere saber nada al respecto del castaño.
Pero Sarutobi no se iba a rendir tan fácil.
╭─────────── • °
│ . . . . . .
✐. ｡ boy×boy
...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Konohamaru por mandato de Naruto caminaba al hospital para poder comunicar algo a Sakura el cual estaba en el hospital. Usualmente odiaba ir al hospital pero si era por Naruto haría cualquier cosa.
Al dentrar aquel edificio blanco varias personas lo saludaron mientras caminaba. Al adentrarse un poco más vio a Ino quién caminaba a su dirección.
— ¡Ino-san! -saludó el castaño.
— ¡Cuanto tiempo, Konohamaru! — la rubia se dirigió hasta el —¿Que necesitas?
—¿Sabe donde se encuentra Sakura-san? — preguntó.
— Si, Sakura está en el tercer piso atendiendo — respondío la Yamanaka con una sonrisa.
— ¡Gracias! — el castaño iba a seguir caminando hasta que vio un niño, no, un chico que aparentaba tener su edad pero era algo bajito y su cara delataba qué es bastante tímido, además de portar un pequeño oso de peluche.
— ¿Eh...? — Ino miro por donde el pequeño adolescente de catorce años miraba — oh, miras a el pequeño Tanaka, ¿verdad? —el la miro negando — bueno, Tanaka es su apellido. Su nombre es Shirō, lleva viviendo en el hospital desde que su madre se interno ya que no cuenta con otro familiar y el en verdad no la quiere dejar.
El castaño puso una cara de asombrado por lo que dijo la rubia, volvió a mirar al chico del peluche pero el pelinegro al hacer contacto visual no dudó ningún segundo en salir corriendo de aquel lugar. Para el castaño pudo divisar unos brillos en sus ojos pero para el otro solo veía aquellos ojos negros que le recordaban a su madre así que salio corriendo por las escaleras para llegar a la habitación de su madre sin importar lo que dijera el castaño.
Ino acompañó en silencio a Konohamaru hasta el ascensor donde soltó unas simples palabras antes de que las puertas se cerraran.
— El suele caminar mucho en el quinto piso, su madre esta en la habitación 353 por si te interesa hacerle compañía.
Los ojos del castaño se iluminaron hasta que las puertas se cerraron. Tal vez algún día de estos lo iba a ir visitar y, quien sabe, posiblemente quiera volverse su amigo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
