El Cuarto Oscuro

Acto 1: Parte 3

???: ¡Mira! al parecer resistió la patada. ¿Nos divertimos un poco con el? ¿Eh? ¿Que dices, Ted?

Ted: Sabes que me gusta divertirme y aun más cuando la carne aún esta fresca. (Truena los nudillos) 

???: Jajaja, así me gusta, ayúdame a atarlo en la silla con la soga que esta en la mesa.

Me ataron con las sogas a la silla, después se disponían acomodarse las mangas de sus guayaberas, las mangas hasta llegar casi a los codos dejando ver su innumerables tatuajes en cada brazo. Ted se quito los anillos de la mano derecha para reemplazarla con una manopla de acero... creo que había aun sangre en ella...

???: Te veo hoy animado, Ted. (Coge de la mesa la cadena y la sujeta con fuerza)

Ted: Así es Zoll, este cabrón me dio ánimo de probar un poco de su sangre el día de hoy.

Zoll: Tú y tu fetiche con la sangre, jajaja, nada comparado con lo mio, apuñalar.

Ted: ¿Por que no sacas entonces tus cuchillas? 

Zoll: ¿No escuchaste a Marco? Es su protegido y no podemos pasar por encima de su palabra, pero eso no quiera decir que no podamos reventarlo. 

Ted: Pues yo dispongo de una cuchilla de afeitar, ¿Que dices? No lo matas pero si dejarlo con cicatrices. (saca de sus bolsillos las cuchillas ya sueltas de la maquina de afeitar. 

Zoll: Sacias mi sed de sangre ¡SÍ! ¡EMPECEMOS!

Al ver las cuchillas pasó a un maniático, me miraba con deseos de hacerme lo peor, movía la cadena hasta hacer restallar con la cadena como si fuese un látigo para lanzar su primer golpe, las cadenas golpeó la mitad de mi pecho y los antebrazos, el siguiente golpe fue en las piernas, pero sentí mas el impacto en las canillas. 

Ted: Es hora de mi turno, espero que resistas a mis golpes. 

Zoll se hizo en la parte de atrás de la silla para sujetarla mientras que Ted se preparaba para darme lo que vendría siendo la paliza de la noche. Empuja un poco la mano derecha hacía con el puño cerrado sosteniendo firmemente la manopla, roto su cuerpo para acumular energía, después de proyectar el golpe en mi rostro, pegó directamente a la mandíbula, para después ejecutar varios golpes con las dos manos a la vez, no sabía que era peor, la manopla o los anillos, llego al punto de que su ultimo golpe, de abajo hacia arriba, directo al mentón fuese golpe final y en esos momentos Zoll no sostenía la silla que hizo que cayera hacía atrás. 

Zoll: ¡Sí! tremendo derechazo le metiste jajajaja, es hora de hacer mis firmas. 

Ted: No le vayas a provocar una hemorragia, ya ha pasado y te pasas con la cuchilla, ten... (Le pasa las cuchillas de afeitar)

Zoll: ¡PREMIO DOBLE! ¡ES MIO! AHORA TOMARÉ TU SANGRE. (Lame sin cuidado las cuchillas...)

Se lanzó encima mío, desgarró con fuerza la camisa, entrando en un modo psicópata dejando a descubierto mi pecho golpeado, coge una de las cuchillas y la empieza a pasar por la piel, al punto que la entierra, casi a la mitad. Con la otra hace cortes superficiales y aleatorios, una tras de otra, también sobre los mismos cortes ya hechos como si fuera carne de cerdo. 

Ted: ¡Contrólate! Así lo vas a matar, ¡animal!

Zoll: No me interrumpas, yo no lo hice contigo.