Esta no más es una parodia inspirado en Kakegurui solo es eso no quiero que os creáis esto solo es una cosa de mi imaginación espero que la disfrute demasiado Bye 💖
Hola, soy Meii Tsubami, creo que por mi apellido sabéis a qué clan pertenezco, exactamente soy integrante de el clan Momobami. Yo debería haber estado en las elecciones, pero no me presente porque estaba entrenando esgrima. No creas que no me presente por que no se apostar, apostar se pero no soy una profesional o algo por el estilo. Ya que mis padres están en casa , no podía volver, por que se supone que debería estar en las elecciones con el clan, a si que decidí tomar un pequeño extraescolar , en la escuela Hyakkao. No tenía ni idea que hay estaba el clan, bueno, en teoría nos lo dijeron, pero no preste mucha atención que digamos.
Es así como acabe en la escuela Hyakkao, hablando con una señora enmascarada.
Estaba tranquila en el club, entrenando con mis compañeros. Hasta qué entro ella
— Buenas tardes - saludó con cortesía a mi maestro- Veo una cara nueva— dijo mirándome.
— Es cierto, vicepresidenta. Ella es Meii Tsubami.
Ella, la chica enmascarada se quedó mirándome un buen rato. Me arme de valor y le hable.
—Hem... ¿Necesitas algo? Llevas mucho tiempo mirándome- le dije dedicándole una sonrisa incómoda.
Ella simplemente me miro, o al menos eso me pareció a mi.
— Señor ¿ve usted posible de poder llevármela?
— Claro, no se preocupe- se quedó sorprendido por la petición de ella.
Ella me agarró de la mano bruscamente y me arrastraba por todo la academia.
— ¡Oye, oye! Suéltame, no nos conocemos y ya me estás llevando a la fuerza. -intente zafarme del agarre pero no pude—.
— Discúlpeme por las acciones. Soy la vicepresidenta del consejo estudiantil. He visto en tu talento y me pareció correcto que la presidenta sepa de esto. - dijo sin girarse y continuando su rumbo-.
— Oye, ¿no hubiera sido más correcto haberme preguntado? -dije, evidentemente, molesta por lo sucedido.— Además, no es necesario. No soy de interés del consejo, no pertenezco a la institución.
— Lo se, pero tu talento no está para despreciarse, estaría bien que al menos tu talento sea más conocido.— Parece que ya llegamos.
Ahora, estaba enfrente de una gran puerta. Por fin me soltó de la mano, y pude acomodarme el traje.
Ella abrió la puerta lentamente.
— Presidenta, haciendo un pequeño paseo de clubs, me encontré a esta chica, tiene un talento innato con el esgrima.
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