Danny acababa de llegar al aeropuerto de Monterrey. Julio la esperaba, impaciente por verla después de poco más de cuatro años. Ella era su mejor amiga, pero Julio la amaba más que nada, se había enamorado. Recordaba a aquella chica que llegaba a su salón de clases el primer día de preparatoria, con su uniforme impecable, algo tímida, su largo cabello castaño hasta los muslos y un listón rosado que le daba el toque tierno de niña pequeña. Se quedó maravillado al verla, era hermosa, y para su suerte, se sienta justo a su lado; callada, entre cuadernos y libros nuevos. Era obvio que no la había visto antes. Con un nudo en la garganta, le habla. Ella amablemente le sigue la plática y a partir de ese momento comenzaron a entablar una gran amistad.
A lo largo de tres años, Julio y Danny compartieron muchos momentos, parecía que eran pareja, a pesar de que no era asi, esa era una realidad que siempre quiso cambiar Julio, pero prefería quedarse callado. El día de la presentación de las tesis, Julio se quedó boquiabierto al contemplar a Danny en tacones, vestida formalmente, en su cabello ya no estaba ese listón que la caracterizaba, estaba recogido sutilmente en una media coleta y el cabello le caía en rizos a la espalda baja. Esa fue una de las pocas ocasiones en que la veía maquillada, a él le gustaba verla sin una gota de pintura en su rostro, aunque con o sin maquillaje lucía muy bonita. No sé quedaba atrás Julio, un impecable traje azul rey, corbata roja y zapato negro. Ambos muy elegantes. Se acordó de las palabras que ella emitió y que le quedaron grabadas en su memoria: "Que galán, te queda increíble ese color"
Les dolió a ambos la despedida. Danny había conseguido estudiar arquitectura en la UNAM, lo que significaba que tendría que mudarse a la CDMX, mientras que Julio estudiaría Gastronomía. Durante su estadía en la capital, ella no dejaba de recordar con nostalgia a su amigo, todas esas ocasiones en las que él negaba y bajaba la cabeza cada que le preguntaba "¿No te gusta alguien?". En el fondo, su intuición le decía que, en efecto, a Julio le gustaba alguien, y era ella de quien se había enamorado. Muchos chicos intentaban pretenderla, pero ninguno logró captar su atención como su mejor amigo. Tarde que temprano se dio cuenta de que ese muchacho que le hablo con cierta timidez en su primer día de preparatoria y a quien ahora extrañaba mucho, era la persona indicada. No tardó mucho para comenzar a llamarle por las noches antes de irse a dormir, hábito que cambió conforme fueron avanzando en sus estudios. Y ahora, que ya ha terminado su carrera y se había recibido, regresa a Monterrey para realizar sus proyectos personales. Se contactó con Julio para que fuera a recibirla al aeropuerto, y también para darle una noticia que sabía, le gustaría mucho.
Tanto Julio, como Danny esperaban impacientes el momento en que se volverían a ver, sabían de antemano que físicamente ha habrían cambiado un poco, ya no eran los mismos jovencitos de prepa, ya eran casi dos adultos con empleo. En el momento en que aterrizaba, los nervios de la chica comenzaban a invadir cada vez más y más.
Ella baja del avión muy sonrosada. Espera pacientemente la maleta roja y al tomarla se dirige a la sala de espera, donde esta él con un lindo cartel que decía "Bienvenida, Danny". Al verse, ella no duda ni un segundo en acelerar el paso y llegar a abrazar a la persona que más quería en el mundo, casi casi la tira, pero él logro mantener el equilibrio. Se dirigen hacia la salida, donde estaría el taxi que los llevará rumbo al departamento que ella había comprado con sus ahorros, sin que Julio se diera cuenta. Ya estaba amueblado, puesto que ella, un par de meses antes de su regreso, había destinado una semana para ir y conseguir los muebles con ayuda de sus padres.
Unos momentos más tarde están en frente de la puerta del departamento 423. Detrás de ella hay un cartel hecho a mano con las palabras "Julio, ¿te gustaría ser mi novio?"
Con la mano temblorosa, abre la puerta y Julio, al ver el cartel se queda sonrojado y sorprendido, no esperaba que hubiera esa sorpresa para él.
Julio. –¿E... esto es p... para mí?
Danny. – Sí, no sabes cuánto te extrañé todo este tiempo, no tienes idea de cómo me gustaría compartir contigo mi tiempo, y – toma su rostro delicadamente con ambas manos – tampoco tienes idea de las ganas que tengo para esto – se acerca lentamente mientras cierra sus ojos cafés y, sin más, lo besa.
Su primer beso, un momento que tanto había reservado para la persona lo suficientemente especial, ahora es disfrutado a lado de Julio, quien la toma por la cintura suavemente. Los segundos que duró ese beso, se les hicieron eternos, parecía que no tenía fin, que eran sólo ellos dos. Se separan algo agitados, ya les hacía falta el aire.
Julio. – ¿Sabes? Yo también estuve esperando este momento... Pero siempre creía que nunca llegaría, y mira, acaba de suceder, no dudaré en repetirlo.
Y ahora él es quien toma la iniciativa de besarla... Y la besa lenta y cariñosamente. Con esto, ella comprende que los sentimientos que siente son correspondidos todavía, y que no se había equivocado en elegirlo.
Después de ello, se sientan frente a frente en la mesa, y mirándose a los ojos comienzan a charlar.
Danny. – Así que... ¿Me estuviste esperando todo este tiempo?
Julio. –Sí, ahora veo que toda la espera ha valido la pena. Siempre pensé que eras la correcta, y no, no me he equivocado. Creo que ya sabes la respuesta– Toma sus manos– Me encantaría ser tu novio, Danny– Y en ese momento la vuelve a besar.
Danny. —Yo te esperaba, me di cuenta de ello cuando estaba en CDMX , cuando muchos chicos me pretendían, pero nunca sentí esa conexión, esas maripositas que sólo tú me has hecho sentir. Cada día esperaba con ansias volver, verte, abrasarte...
Julio. —Lo importante es que ya estás aquí, y que vamos a estar juntos.
Dos años después...
Danny y Julio eran muy felices juntos, sus citas eran de lo más románticas en la comodidad del departamento de la chica. Hoy cumplen dos años de que se volvieron pareja y Julio planea dar un paso más en la relación... Hoy le va a pedir matrimonio a Danny. Está seguro de que le va a decir que sí, y que van a ser felices por el resto de sus vidas. Ya tiene el anillo y la cita es dentro de dos horas, está muy nervioso por ello, a pesar de que se tienen toda la confianza, no deja de estar con las manos temblorosas y recordando a cada rato lo que tenía planeado decirle.
Mientras tanto, Danny está preparando todo en su casa para recibir a su amado, sin saber lo que le espera...
8:15 pm.
Julio llega al departamento de Danny, un poco más nervioso de lo normal. Ella lo nota, por lo que le recibe con un abrazo y le susurra al oído "todo estará bien, cariño". Después de ello, entran al lugar y sirve la cena: Sopa de maíz.
Conversan tranquilamente, como si nada, pero por dentro Julio, estaba muerto de nervios, aunque de a poco, fue tomando el valor para hacerlo...
Julio. —¿Danny?
Danny. — Si, ¿Qué pasa?
Julio. — Sabes que te amo, que te quiero, y— toma un poco de agua— Bueno, quisiera saber si...— Saca el anillo de su bolsillo— Si te quieres casar conmigo...
Danny. — ¡Por supuesto que quiero!
Ambos se levantan del pequeño comedor para abrazarse y posteriormente besarse.
Danny. — Te amo...
Julio. — Me too, Darling... Me too...
Epilogo
6 meses más tarde, fue la boda de Julio y Daniela. Fue la boda más esperada por la familia de los novios, quienes habían decidido vivir en ese departamento donde han pasado los momentos más románticos de su relación. Ellos, ahora Marido y Mujer, prometen amarse y cuidarse por el resto de sus vidas.
Danny. — ¿Amor?
Julio. — Si, ¿mi vida?
Danny. — Hoy es el día más feliz de mi vida, ¿sabes? Nunca imaginé que algún día íbamos a terminar así, y a pesar de ello, me encanta, porque este momento lo compartí con la personita que más amo.
Julio. — Ay bonita, y eso que apenas va menos de 1 día del resto de nuestras vidas juntos...
Se abrazan, se dicen por milésima vez lo mucho que se quieren y se aman, y terminan besándose tal y cómo fue su primer beso...