King of the Universe

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Tritan es un planeta de Dioses. Una raza superior en inteligencia, una inteligencia que los hace fríos, carentes de amor. También ordenados y pacíficos, de belleza sin igual los Humanos los clasificaron como Dioses gobernantes del Trueno y del Viento por que otros Trit's habían pisado la Tierra antes, dejando su marca con fantásticas historias.

Tritan no es un planeta grande. Pero los Trit's se enorgullecen de ser una raza poderosa. Raza que cuida la seguridad del Universo.

Como policía interestelar persiguen la delincuencia, las razas problemáticas.

Poseen la carcel mas grande del Universo, que ocupa casi media parte de su planeta. Los planetas que ya no tienen oportunidad, que estan prácticamente destruidos por la avaricia de la raza gobernante en tal caen bajo el yugo de los Trit's sin la minima compasión.

El gran Rey de Tritan, Eleazar, veía como una raza pobre y carente de inteligencia y en ocasiones hasta primitiva, acababa poco a poco con el planeta Tierra.

Para ellos conocido como Sector 98 el penúltimo de los 100 Sectores del Universo.

Él es un buen Rey, sabe cuando un planeta esta en el límite, el Universo lo había elegido y tenía que ser contundente. El Sector 98 no tenía esperanza, pero él sentía algo en el pecho que no lo dejaba tomar la decisión de emprender justicia.

Eleazar ya estuvo en el Sector 98 antes, por un nombre lo habían conocido alli "Thor Dios del Rayo" mitología de los alli llamados Escandinavos, que era muy parecida al Universo en realidad.

Pero él no era un Dios, tan solo un ser mas del gran Universo, mas sofisticado y con mas inteligencia. Pero solo un ser de muchos.

En el Sector 98 había visto algo que lo ayudo a ser mejor Rey, ah ser un Rey honesto y justo. Había visto el amor, un sentimiento desconocido aqui, pero maravilloso de ver y sentir. Eso lo había frenado para destruir a Tierra.

En el gran trono de metal descansaba el Rey, sus cabellos rubios brillaban y la poca barba le daba un aspecto de profundo enfado permanente. Una aparente juventud lo seguía, los Trit's podían permanecer jóvenes y fuertes miles de años. Pero si pesaba la edad en su mente.

En sus ojos azules como una estrella de Hielo se veía su edad, los milenios a su espalda, pero también su gran sabiduría.

Tenía su cabeza apoyada en una mano con gestó aburrido, el gran trono era exactamente eso, muy grande, se sentía pesado a sus espaldas.

Enfrente de él veía mesas de majestuoso metal, llenas de sus súbditos que bebía, reían, hablaban animadamente y disfrutaban del plato típico de su capital, Traya, la llamada Cuidad del Universo.

El Yion era un tipo de pez de aspecto asqueroso con escamas plateadas y cara gorda y de grandes bigotes, era el plato típico alli, la carne del animal era majestuosa y sus mujeres sabían como cocinarlo, dicho animal era muy difícil de pescar, pero los Trit's eran buenos prácticamente en todo y mas la pesca, pues Tritan estaba lleno de pequeños mares.

Su espada estaba apoyada a la izquierda de su trono, rodo los ojos para mirarla con atención, había llegado el momento de tomar decisiones. Esperaba no arrepentirse de sus actos y no equivocarse pues los Trit's le quitarían el mando ante la mínima duda.

Se levanto del trono, su armadura de metal era fuerte. Se pegaba a él como una segunda piel y tenía la forma de su musculoso y trabajado cuerpo haciéndolo imponente ante sus enemigos. Era ligera para que fuera fácil pelear en una batalla pero lo protegía sin ninguna duda.

Muchos decían que era mágica, pero la magia no existía en su Universo.

Una capa roja caía a sus espaldas, larga e imponente, incluso tal ropaje parecía pesado. Su corona era sencilla de diamante pulido, formaba una trenza que adornaba su frente haciendo que se viera como el Rey que era.

-Familia...- su voz hizo eco, sobrecojiendo el ambiente y dejando en silenció hasta el mas desabitado rincón del salón captando la atención de todos y todas- eh tomado mi decisión respecto al Sector 98 ,conocido como la Tierra-.

Se hizo un murmullo repentino y él decidió hablar de nuevo.

-Son toscos, si, mal educados, egoístas y aveces también llevan maldad en su interior- el público asentia con la cabeza- pero ellos... tienen algo que solo unos pocos realmente optienen, tienen amor. El amor hace que mueran los unos por los otros sin dudar un instante y no por compromiso solo por simple adoración y cariño, yo como Rey no imparto la injustocoa y necesito una una prueba de que la Tierra debe ser... -suspiro- aniquilada-.

Los súbditos plasmaron caras de asombro, algunas de horror otras de comprensión mas ninguna de contrariedad. Alguna queja venía del fondo pero nada mas. Muchos creían una salvajada dejar el Sector 98 mas tiempo asi y podía entenderlo pues las cosas en la Tierra se complicaban por momentos. Eleazar miro a su unico hijo, Dian...

-Dian hijo mio... acercate- segun acabana la palabra la Reina Clia ya se estaba levantando de su trono a la derecha de su Rey. En los ojos de la mujer, grises como los mares de Traya, se veía la alarma y la sorpresa. Ella estaba encariñada con Dian como nunca había visto a ninguna otra Trit con su hijo. Su cabello rojizo como el fuego caía en ondas en su espalda y una capa de seda y transparencias empezaban en su cuello con fino metal adornaban su cuerpo y un fino ilo de diamantes se posaban en su frente haciendo a la Reina Clia la mas hermosa de Tritan.

Se veía preocupada mientras Dian se acercaba lentamente a su padre.

El joven era fuerte, su armadura era de cobre, seña de ser un rango importante en el ejército, muy parecida a la de su padre se moldeaba a su cuerpo a la perfección y tenía grabada la forma de las estrellas y el Universo, el gran Príncipe se veía imponente. Llego al lado de su Rey con orgullo y se arrodillo.

-Levantate hijo- murmuro su padre, el joven se levantó poniendo las manos en su espalda como gestó de respetó- tú Dian seras el Juez del Sector 98-.

La Reina entro en alarma absoluta.

-No puedes mandar a tu hijo a tan largo viaje y a ese planeta dañino y carente de cultura y esperanza- dijo suplicante acercandose a su Rey, él acaricio el pelo rojo de su Reina.

-Iras Dian porque tal vez tú de alguna manera arregles el Caos del planeta, ellos necesitan una esperanza mas yo necesito un veredicto, tú puedes ser las dos cosas. Tienes 10 Lunas para darmelo-.

La Reina todavía negaba con la cabeza, pero el resto de la sala confiaba en su Príncipe y mas aun en su Rey y por ello aplaudieron su decisión.

Pero no todos en aquella sala estaban de acuerdo con la decisión del gran Eleazar, aquel Trit llamado Gyon miraba desde su recobeco el gran salón, se ocultaba por que no quería ser visto. Observaba con envidia la fuerza del Rey y veía falso el gestó de mandar a su único hijo a un planeta prácticamente destruido.

Pero vio ahora a su Rey débil y supo que tal vez era su oportunidad de hacerse con Clia y también con Tritan de una buena vez.

TritanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora