Capítulo 5

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Lily POV

Se agarraba a la espalda de Dian como si su vida dependiera de ello. Entre que su madre la había encerrado en un sotano profundo para que se pudriera, se esperaba cualquier cosa. La nave la sorprendió si, pero no tanto.

Vio a un hombre alto, con una capucha puesta y un bello rostro, como hecho de marfil, su actitud atraía aun sin él proponerselo. Miraba a Dian con superioridad y eso a ella no le gustó. Creia que saldría de la casa a un nuevo lugar y en vez de eso se topo con ese nuevo impedimento. Nunca seria feliz se lo temia de veras.

El hombre se acercaba lentamente y su sonrisa se hacía cada vez mas grande al verla a ella tan pegada a Dian.

- Mi querido príncipe... -murmuro el hombre a una distacia a la que pudimos oirlo claramente.- Lo veo muy bien-

Dian puso una mueca de disgusto.

-¿Que haces por aqui Gyon?- pregunto Dian sin vacilar, noto algo diferente en su voz un eco que hacia que se le pusiera la carne de gallina, un algo, que no sabía descifrar.

- Eh venido a advertite, alteza... -ya había llegado casi a nuestro lado y la forma en la que hablaba se hacía mas privada.

-¿Advertirme de que? - susurro Dian amenazante.

Gyon lo miro un rato.

-Ya quedan pocas lunas para que se haga el jucio- dijo Gyon -tu padre espera ansioso tu dictamento.

No entendía nada, ¿Dictamento? ,¿Lunas? De cuando aca Dian era un juez espacial. No paraba de mirarlos a uno y al otro asombrada. Siempre queria quedarse callada pero las palabras le salían solas de la boca.

-¿Tu padre Dian?, ¿Que pasa aquí? - pregunto con preocupación.

Dian simplemente bajo la cabeza y murmuro algo que ella no pudo descifrar.

-Los humanos aveces son muy curiosos no crees Príncipe... ahi que darles un toque de mano dura- sonrió Gyon mirandola, ella se hecho para atras con miedo. Paso algo muy raro. Dian se hecho para alante y con fuerza alzo a Gyon del suelo agarrandolo fuertemente por el cuello, ella ahogo un grito de terror, a Gyon todavía no se le quitaba la sonrisa de suficiencia.

-Cuida tus palabras embustero, y no hace falta ningun maton que me recuerde mi obra en este planeta.-Dian intento respirar con calma y hablo- tampoco creo que mi padre te alla elegido precisamente a ti para decirme tales palabras.

En medio de la tension Lily tuvo que contener una sonrisa, hablaban como sacados de una pelicula medieval.

Dian puso a Gyon en el suelo y este se acaricio el cuello.

-Marche tranquilo alteza, solo era un recordatario del Consejo del Universo y soy un pobre mandado.- Gyon miraba a Dian con odio.

Dian me cojio de la mano y nos dirigimos a la Toyota de mi madre que estaba aparcada a un lado de el camino de tierra de entrada ala Granja. Dian tiraba de mi sin mirar hacia Gyon y yo preferi hacer lo mismo.

Ciertamente estaba euforica, por estar con él, mas de una vez sentí que él era todo y cada día lo doy mas por hecho. Un Angel que vino a salvarme de los obstaculos de mi vida, de mi madre y de todo...

Si porque mi madre no era tal, despues de lo que me había hecho no tenia ni forma de llamarla ¿Mounstro? Esas cosas solo las hacen los psicópatas. Nisiquiera su madre se había percatado de la historia que se habia formado afuera de su casa. Dian conducía serio, sin mirarla, pensativo.

No tenia nada, pero lo tenia todo o eso penso, que una maleta no lo era todo.

Despues de varías horas en la carretera empezaba el bosque alrededor de ellos, hacia tiempo y rato que habían dejado Ville atras, ¿estarian en Dallas todavia? Prefirio ni preguntarselo Dian no había hablado en todo el trayecto que llevaban y eso, la volvía loca.

Lo miro.

-Tienes que hablarme, porfavor... -susurro mirandolo con preocupación.

-¿Que te digo?- murmuro él, distante...

-Lo que sea... -ella sonaba suplicante a estas alturas, pero esque nunca había visto a Dian asi.

Él la miro, como el preso que mira la libertad o el ciego que ve una pequeña luz. Paro el coche en un pequeño motel que se habria paso ante ellos, de dos pisos tenía aspecto de desalojado. Aparcaron enfrente de la pequeña recepción de abajo pues tenía dos pisos. Ella se quedo detras de Dian, como había cojido la costumbre de hacer siempre, se dijo que tendria que cambiar esa manía y oyo como él pedia una habitación y cuando se dio la vuelta tiro de ella, esa era una manía que tenía que dejar él.

La habitación no era grande, pero tampoco pequeña, entro silenciosamente y decidió olvidarse de Dian, se sento en la cama y agacho un poco la cabeza. Su vida se había girado en 0 segundos, no había tenido tiempo para asimilar nada ni mucho menos. Gruesas lagrimas empezaron a caer por mis mejillas, ¿Donde irian ahora? ¿Que harían ? No tenia nada... solo a él que se encontraba recostado en una comoda de madera pintada de blanco, mirandola, como la miraba siempre, como si viera el Universo del que supuestamente él venia... era fascinante.

Él se fue hacercando, jalo de su mano y la puso de pié.

Se quedaron el uno enfrente del otro y Dian limpió sus lagrimas con los dedos.

-Te amo... no sabia que significaba esa palabra hasta que tú con 5 años me sacaste la lengua y me hablaste con esa voz de campanita que tienes y me miraste con esos ojos azules que me desarman. Te amo Lily.- ella no se lo podía creer, tenia que ser un sueño, él la miraba con esos preciosos ojos y casi parecia que veia en su alma, no le salian palabras.

Él se hacerco y se hacerco parecia que no sabia muy bien lo que hacía, ella supuso que iba a besarla y penso que su falta de experiencia no seria problema, no tenia constancia de que Dian tuviera mas que ella. Solto una risita nerviosa y parece que eso a él lo volvio loco, la pego a su musculoso cuerpo y ella suspiro se sentia tan bien como en casa. Él beso su varbilla y luego sus mejillas y ella se estaba volviendo loca, queria que la besara, lo necesitaba...

Hasta que se paro a centímetros de su boca y ella lo ataco con urgencia, casi se sentia mareada, no queria dejar de besarlo, las manos de Dian masajeaban su cintura y era maravilloso, bajaron hacía su trasero y la apreto mas a él si era posible. Paso las manos al rededor de su cuello y él se fue hechando para atras hasta que se dio la vuelta y la subio en la pequeña comoda blanca, sus piernas se quedaron al rededor de las caderas de Dian, ella jalaba de él con urgencia, lo necesitaba, necesitaba mas de él, sus lenguas tenian una danza que los hacia enloquecer, no queria parar nunca...

TritanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora