Segunda Vez

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Desperté de muy buen humor, me levanté calentita en ese suéter que olía delicioso, tendí mi cama, y me dirigí a la cocina para preparar mi desayuno. Me preparé unos huevos revueltos y un poco de jugo de naranja recién exprimido. Puse Netflix y lo primero que me apareció en el menu para ver fue Stranger Things. Cambie de mala gana el menú y decidí poner el episodio en el que me quede de Friends.
Nunca me habia pasado eso con alguno de mis proyectos, llegar al grado de no querer verlo, y habia una gran razón para sentirme de esa manera y querer evitar recordar la serie.
Terminé de desayunar, y volví a la cama; estaba escuchando música mientras divagaba en Instagram y llego un mensaje de Tom.

Holaaa

Sonreí al leer el mensaje.

Holaaa

Estas libre a las 7:00?

Tal vez... porqué?

Paso por ti a las 7:00

Wow, espera.
A donde vamos a ir??

Toooom

No me dejes con el suspensoo

Bien, pero como tengo que ir??

Tooom

Y nunca me contesto. Tuve que quedarme con la duda, y como no sabia exactamente a donde íbamos a ir tenia que estar preparada para todo.
Comencé a arreglarme a las 5:00, ya que conociéndome sabia que me tardaría mucho en alistarme.
Decidí ponerme unos jeans, unos tenis blancos y una camiseta gris. Estaba pensando en llevar puesto el suéter de Tom pero ya que seguramente me lo pediría de vuelta y hacia un poco de frío, no cometería el mismo error que ayer, así que decidí ponerme un abrigo.
Tal y como dijo, Tom llego a las 7:00 en punto. Para mi buena suerte no iba de smoking, venía bastante casual.

-Hola- sonrió en cuanto abrí la puerta.

-Hola- le devolví la sonrisa.

-¿Lista?- pregunto mirándome fijamente.

-No, ni un poco. Aún no se a donde vamos- solté una pequeña risa.

-Confías en mi?- pregunto con una mirada que me derritio al instante.

Como me gustaria tener una foto de esos hermosos ojos como fondo en mi celular.

-Si- dije finalmente y salí del departamento.

Entramos a su auto y no tardamos nada en llegar. En cuanto vi el establecimiento, mis nervios desaparecieron y me sacaron una gran sonrisa. Nos estacionamos en McDonalds.

-Bienvenida al paraíso- dijo mientras abría mi puerta.

-¿Enserio?- le conteste mientras salía del auto.

-Claro, esta es la mejor comida; después de la mía, en todo Nueva York- contesto con una sonrisa.

-Ah, ¿apoco cocinas?- pregunté fingiendo gran asombro.

Asintió sonriendo.

-Vaya, cocinas, bailas, actúas... ¡cuidado chicas!- dije sarcástica mientras agitaba mi mano como si tuviera calor.
Eso hizo que Tom soltara una pequeña risa.

Entramos y directamente fuimos al mostrador, Tom había pedido una hamburguesa y yo pedí nuggets de pollo.
Saque mi tarjeta para pagar y Tom se negó a dejarme.

-No, te dije que yo invitaba- dijo mientras me guiñaba.

Pago y fuimos a sentarnos para esperar nuestra orden. Cuando por fin llego, tampoco dejo que yo la recogiera, en cuanto nos llamaron salió rápidamente por ella.
Me gustaba como era muy caballeroso, era muy atento y me gustaba la manera en que siempre me trataba, era todo lo que cualquier chica siempre deseaba.

Comimos, nos reímos y platicamos durante varias horas; cuando entramos de nuevo al auto ya eran las 10:30. Aún no entendía como es que no nos habían corrido de McDonalds después de tantas horas.

Me llevo a mi departamento y esta vez, en el camino decidí finalmente despedirme de su suéter. Abrí mi bolsa y saque su suéter de su interior. En un semáforo, decidí finalmente ya dárselo.

-Aquí esta tu pequeño. Espero no lo hayas extrañado mucho- dije mientras le ofrecía el suéter.

En toda la noche no habia dejado de sonreír.

Tom en cuanto vio el suéter me devolvió la sonrisa. -Pues... en realidad no lo extrañe mucho, sabia que estaba en buenas manos; aunque dejame decirte que es mi favorito- dijo mientras tomaba el suéter.

-Pero... creo que te quedará mejor a ti que a mi- dijo mientras me devolvía el suéter y me miraba fijamente.

Yo solo pude sonreirle y tomarlo; el semáforo cambió a verde y discretamente olí el suéter. Enserio amaba ese ahora.

Al llegar a mi departamento, estaciono el auto y me acompañó, igual que la noche anterior, hasta la puerta de mi departamento.

Antes de abrir la puerta, decidí esta vez yo tomar la iniciativa y le hice una propuesta.

-Ahm... ven conmigo- dije tomando su mano.

Fuimos a la terraza. Puede que mi departamento sea pequeño pero una de las razones por las que me haya mudado ahí es porque tiene una vista increíble de todo Nueva York desde la terraza.

Decidimos sentarnos en la orilla para admirar la hermosa vista que la terraza nos brindaba. Todo el día habíamos platicado de absolutamente todo, Tom era de esas personas con las que no habia silencios incómodos ni platicas aburridas.

-Ahora tu cuentame algo de ti- le dije mientras me acomodaba con cuidado.

-Ahm... te puedo contar que me considero una persona muy cursi- contesto un poco ruborizado.

-Dios, de verdad que afortunada tu novia eh- bromee dándole un pequeño codazo.

-No, no tengo novia- dijo soltando una pequeña risa -¿Y tu?- pregunto después de unos segundos.

-Tampoco tengo- conteste un poco seria.

-¿Que gran error? Cuentame, ¿quien fue el pendejo que desaprovechó esa oportunidad?- pregunto atento con una sonrisa.

Ahí si me puse de verdad seria. No quería hablar de eso, pero Tom no se merecía que fuera grosera con él por lo que habia hecho un estúpido chico hace unos meses.

-Ahm... fue Finn Wolfhard- dije finalmente fingiendo una pequeña sonrisa.

-¿Qué paso?- pregunto atento.

En ese momento solo quería hablar de cualquier otra cosa, mi semblante habia cambiado por completo y lo que menos quería era que Tom se sintiera culpable por haberme puesto así.

-Oye- tomo mi mano- perdon, no quería verme chismoso, solo quería conocerte un poco más. No tenemos que hablar de eso sino quieres- dijo mientras acariciaba mi mano y me miraba fijamente.

Lo miré devuelta- No, esta bien- sonreí sincera. Si quería comenzar a superar todo lo que habia pasado y aceptarlo esta seria una gran manera de hacerlo, así que decidí contarselo.

Before BenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora