Novela-sin-untitulo

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CAPÍTULO-5

Estaba alejada algunos cuantos metros de aquel chico, por alguna razón me sentía más cómoda charlar con el distantemente, seguía su conversación desde mi pupitre y el a un costado de la puerta.

-¿Tu nombre?- Frunció el ceño- ¿Quién no sabría tu nombre?

-¿A que te refieres?-Sonreí nerviosamente.

Baje la mirada un momento, suspire, y volví a observar aquel chico, me percate de que caminaba rápidamente hacía a mi, estaba realmente nerviosa, comenze a dar pequeños pasos hacia atrás evitando tropezar, note como cada vez estaba más cerca, mi corazón comenzó a palpitar rápidamente, sentía como mi respiración se tornaba cada vez más rápida, la piel se me había erizado, simplemente no se me ocurría nada en ese momento más que retroceder. Mi espalda choco contra la pared, me había dado cuenta que estaba acorralada, el chico se acercó a mi y apoyo su mano contra la pared a un lado de mi cabeza.

-Eres más linda de lo que piensas, Aanisa- Sonrió

Empuje rápidamente al chico, corrí a tomar mi mochila y salí del aula, dirigiéndome hacia la entrada principal de la escuela, ¿Qué diablos había sucedido?, ¿Acaso era alguna clase de acechador?

Estaba en la puerta principal de la escuela, como era de suponerse el cielo estaba gris y seguía lloviendo fuertemente, coloque a un costado mi mochila, deslice el cierre, tome mi paraguas y lo abrí; casualmente era verde.

Era un camino corto de la escuela hacia la estación del metro, no comprendía por que cada paso que daba, el camino se hacía cada vez más extenso, sujetaba el paraguas con fuerza mientras me perdía entre mis pensamientos.

Que chico más atrevido eh conocido, sin falta de modales, -¡Es un maleducado!- Dije entre dientes casi gritando, ¡mierda!, me di cuenta que estaba hablando conmigo misma, observe a mi alrededor para saber si alguien me había escuchado , estaba sola, como siempre, ¿En qué estaba pensando?, como si alguien quisiera estar conmigo, baje la mirada y reí, reí, pero no era el tipo de risa como cuando alguien te cuenta una broma, era el tipo de risa burlona, me burlaba de mi; que patética.

-¡Abuela, estoy en casa!- Exclame desde la entrada buscando alguna clase de respuesta- ¿Abuela?

Realmente era extraño que no estuviera en la puerta de la casa esperando mi llegada, estaba preparada para recibir un fuerte abrazo y un, "Bienvenida cariño, ¿Que tal tu día?, ¿Todo esta bien?, ¿Tienes hambre?" su cálida voz después de un largo y agotador día, era todo lo que necesitaba.

Recargue el paraguas en la pared, lance mi mochila hacia el sillón más cercano, y comencé a caminar hacia la cocina en busca de mi abuela.

Nadie estaba en la cocina, excepto por una nota que decía, "Cariño, llegare más tarde a casa, salí por algunas compras, si al caso tienes hambre deje comida en la nevera, la puedes calentar en el microondas, con amor tu abuela"

Es extraño cuando no tienes cerca a la persona que más quieres, piensas que algo terrible le puede suceder en tu ausencia, la quieres proteger tanto porque es la única persona que te ha brindado su cariño, y temes perderla, cuando te a costado tanto encontrarla.

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