Sceptical | Jungkook - (Mini Fanfic) | Srta.K

3.

Como en todo, hay distintos tipos de empollones y Rebeca Harris era del tipo aplicada estirada. La delegada de clase mantenía las normas tan a raya como cualquier pelo que intentara escapar de su tirante coleta. No le gustó para nada tener que dejar al popular capitán del equipo y a la empollona de otra especie distinta a la suya, trabajando en los adornos para el baile. No había formado un impecable equipo que se encargara de ello para nada.

- Ni se os ocurra tocar nada más en esta sala que no sea lo que os diga.- sentenció cruzándose de brazos.

Tras unas indicaciones sobre la especie de bolas flor de papel que teníais que montar se marchó no muy convencida y diciéndose así misma que el papel de seda era barato y podían reponer el desastre que pudierais dejar.

Te sentaste en una de las sillas suspirando y con la vista en el suelo.

- ¿No piensas dirigirme la palabra en toda la tarde?- habló dejándose caer también en otra silla.

- Es la primera vez que me castigan en todo mi recorrido escolar y ha sido por tu culpa. No. No pienso dirigirte la palabra.

Él rio a lo que no pudiste evitar mirarlo incrédula. ¿Sabría que cuándo sonreía sus rasgos resultaban incluso más perfectos? Suponías que sí.

- Bueno... para todo hay una primera vez. Habría sido una lástima que dejaras el instituto sin pasar por un castigo.

- Terminé el colegio sin pasar por eso y créeme, no me ha quitado el sueño.

- Esto no habría pasado si hubieras accedido a hablar conmigo.- respondió con expresión ladina.

- Pero es que no quiero hablar contigo. Te lo dejé más que claro en el gimnasio. Así que pongámonos a trabajar, no quiero salir de aquí a las tantas.- añadiste para zanjar el tema.

Te arrimaste a la mesa para empezar a hacer pliegues de papel de seda. Él suspiró e hizo lo mismo situado en la mesa de enfrente, separados por la amplitud del aula.

Aquella tontería de flores era más complicada de lo que parecía y aunque no quisiste mirar mucho mientras batallabas con ello, a Jungkook se le daba sorprendentemente bien. Sus delicados dedos doblaban el papel con exactitud formando perfectos acordeones. No os habíais vuelto a dirigir la palabra y habías perdido la cuenta de las hojas que habían pasado por tus dedos, cuando plegaste la última y la uniste a las otras siete lista para desplegarse en una gran flor. Te estiraste bostezando. Al abrir los ojos Jungkook te observaba desde su asiento, y por lo que parecía, era probable que llevara un buen rato haciéndolo.

- ¿Te han dicho que pareces un cachorro cuando haces eso?

Con aquello cortó tu bostezo haciendo que te atragantaras y empezaras a toser con descontrol. De un momento a otro, se situó delante de ti dando pequeños golpecitos a tu espalda mientras sonreía.

- ¿Quieres un poco de agua?- dijo sin parar de mofarse.

- No, gracias.- pudiste responder al fin apartando su mano de ti.

Te disponías a recoger tu mochila del suelo, cuando volvió con lo mismo.

- Puede que haya sido muy apresurado pedirte que fueras mi pareja en el baile. Pero aún quedan tres semanas. ¿No puedes al menos darme una oportunidad?- preguntó apoyando sus manos sobre la mesa que os separaba, inclinándose hacia ti que continuabas sentada.- ¿Una cita para que veas que no te estoy mintiendo?

- ¿Y si te dijera que sí con la condición de que la noche del baile no asistamos a él?- lo retaste.

- Si tú me lo pides... no hay baile...- murmuró acercando su rostro cada vez más al tuyo.

Los toques en la puerta hicieron que se incorporara. El conserje, el señor Smith, estaba plantado en la puerta con ese uniforme azul tan aburrido y visto.

- Chicos tengo que cerrar aquí.

- Sí, ya nos íbamos.- te apresuraste a responder recogiendo tus cosas.

Al rodear la mesa y pasar por el lado de Jungkook, este te detuvo tomando tu muñeca.

- No me has respondido.- susurró.

Tenía sus ojos puestos en los tuyos, como intentado descifrar cada una de tus expresiones. Te soltaste de su agarre.

- Tengo prisa.

Tu corazón continuaba bombeando acelerado cuando saliste del edificio. Aún notabas su negra mirada sobre la tuya. Tan real y luciente como las estrellas en la noche que te observaron de camino a casa.

↠↠↠