Esa semana me encerré en mi misma, sabía que yo le había dicho a Beatrice que se hacer case más a Nala pero verlas tan juntas me estaba matando.
~Realmente soy idiota, ¿Por qué siempre me tengo que callar todo, porque siempre intento hacer q la gente este agusto sin mirarme a mí?~
Esa semana estuve muy deprimida, y mi madre no paraba de hacerme interrogatorios para saber que me pasaba. Unos días después se me fue pasando poco a poco.
Un día Beatrice se acercó para hablar conmigo.
- Creo que no le gusto, lo mejor es que me olvidé de ella, además la he estado evitando y me ha preguntado q q me pasaba, le he dicho q no me pasa nada, pero ahora ella está sufriendo por mí.- Dijo Beatrice deprimida.
- Y por qué no se lo dices? Dile lo que sientes, no hace falta que se lo pidas solo se lo dices y ya está. Por lo menos así te quitas un peso de encima y ella deja de sufrir.- Le dije mirando a Nala.
- Pues si, no sé, quizás algún día me atreva.- Contesto con una sonrisa forzada.