CAPITULO II

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A veces me preguntó, por qué ocurrirán este tipo de cosas, y no solo a mí, en todo el mundo, como si algo completamente inexplicable o divino lo hiciera pasar, como si a aquel ente le gustara ver como las personas se torturan unas a otras y observan lo que nunca podrán tener o lo que nunca podrá suceder, ¿será así siempre?, estoy tan conectado a Yenn como si la conociera desde hace muchos años, como si en otra vida ya hubiera sucedido esto. Debo dejar de pensar en todo esto, ahora solo esperare a que Yenn este un poco más cerca de mi para hablarle.

- ¡Yennefer!, que agradable coincidencia. No tenía idea de que estuvieras en el mismo vuelo que yo, me alegro tanto de verte -.

- Lo mismo digo Albert -.

Fue una conversación tan fría, no entiendo que es diferente a otras ocasiones, simplemente siguió su camino con su familia pasando de mi en lo absoluto, será que hice algo malo, ¿le habran contado algo de mí?, no, lo dudo, ella me conoce mejor que nadie, mejor que mi familia, hasta creo que mejor que yo mismo, debo alcanzarla, necesito respuestas.

- ¡Yenn, espera por favor! -. Grite desesperadamente mientras avanzamos a la salida de la terminal, afortunadamente me escucho.

- Albert, ¿qué sucede? -.

- Esperaba que estuvieras más feliz de vernos Yenn, hace un par de días se cruzaron nuestros caminos y seguiste caminando como si yo fuera una sombra en la oscuridad-. Es ahora o nunca para obtener respuestas.

- Lo siento, pero no tengo tiempo Albert, podemos hablar luego, mi número sigue siendo el mismo de hace años, mándame mensaje y hablemos por ahí, ¿te parece? -.

Accedí moviendo mi cabeza mientras ella se aleja con el paso de los segundos a través de la distancia. Creo que ya no es la misma Yennefer que conocí cuando éramos tan solo unos niños, ya no puedo leerla tan fácilmente, y al parecer su actitud cambio de dulzor a frialdad, tengo el pequeño presentimiento en el fondo de mi corazón de que Yenn ya no sienta nada por mí.

Volví con mi familia, quienes impacientemente me esperan en la salida de la terminal para irnos directo a Vancouver, al parecer parecen un poco decepcionados, todos conocen a Yennefer, desde que éramos tan solo unos niños, saben por todo lo que hemos pasado y como termina todo una y otra vez, ellos no lo entienden y jamás lo entenderán, la única manera es vivirlo.

Han pasado 2 horas desde que llegamos a Vancouver, y aun no olvido lo sucedido en la terminal, el problema es que si decido mandarle el mensaje a Yenn, volveremos a iniciar el ciclo, del cual ambos sabemos como siempre termina, no quiero causarme más daño, ni tampoco seguirla lastimando, y es en estos momentos cuando tu instinto te dice "inténtalo una ultima vez, todo será diferente", ese instinto necio que te domina, cuando empiezas a tomar decisiones no con la mente, sino con el corazón.

¿Debería hablarle?, es lo que pensaba mientras redactaba mi mensaje a Yenn, me he fallado a mi mismo al parecer. Lo más correcto sería invitarla a salir, aprovechando que los dos nos encontramos en el mismo país, solo espero que hayamos coincidido en la misma ciudad y también este ella en Vancouver y no en Toronto, aunque de ser el caso, no me importaría trasladarme, todo sea por estar con ella.

Los minutos pasaron, sinceramente se sintieron como horas, lo principal sería esperar, sí es que Yenn decide contestarme, o simplemente usó ese argumento para alejarse rápidamente de mí en ese instante y poder escapar de aquello que nos une, nuestro hilo rojo. Las horas pasaron, hasta que finalmente recibí una contestación de Yenn, igual de fría y cruda que nuestra pequeña conversación en el aeropuerto de Canadá, me preguntó cómo estará, qué ha estado haciendo, a dónde ha ido y si alguien más ha llegado a su vida, pero para obtener todas esas respuestas, tengo, más bien, necesito verla, así que procederé a preguntarle

- Yennefer, seguramente esto suene un poco fuera de lugar, pero te extraño y más aún después de que te vi antier "Mensaje enviado a las 12:54 pm"-.

- ¿Te gustaría que nos viéramos para platicar Albert?, me encuentro en Vancouver, ¿tú dónde estás? "Mensaje enviado a la 1:25 pm"-.

- Por supuesto, todo cuadra una vez más, ¿no lo crees?, también estoy en Vancouver, ¿ubicas el café Trees Organic?, podríamos vernos ahí-. Tenía tiempo que no le contestaba a una persona tan rápido y con tanta satisfacción, tan solo me tomo menos de un minuto contestarle, espero no parecer demasiado desesperado.

- Eso parece Albert. Si, lo ubico, podemos vernos mañana y desayunamos, ¿de acuerdo? "Mensaje enviado a la 1:30 pm"-.

- Por supuesto Yennefer, deseo verte como no tienes idea, nos vemos mañana-. Sinceramente no esperaba poder salir con ella después de los acontecimientos ocurridos, será que habrá reflexionado sobre como se comporto durante las ultimas ocasiones o también estará entusiasmada por vernos, aunque de ser así, lo disimula bastante bien.

- De acuerdo Albert, hasta mañana. Adiós-.

- Claro Yennefer, bye-.Tenía planeado escribirle algo más lindo en el mensaje de despedida para esta platica tan breve pero muy reconfortante, unas palabras más dulces para que sediera cuenta del cariño que siento por ella a pesar de todo, pero, su frialdadme lo impide, seguramente se hubiera visto mal el haberle dicho algo con mayor tacto, o simplemente no lo hice por miedo a no ser correspondido.

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⏰ Última actualización: Sep 18, 2019 ⏰

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