Capítulo Dos

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Madara había puesto tanta distancia de Konoha como pudo. La lluvia había ayudado a ocultar su olor y él había reprimido su chakra cuando salió del País del Fuego. Madara decidió domar su pelo y peinarlo en una cola de caballo, no quería cortarlo.

La nueva apariencia lo hizo parecer casi más suave y su ojo izquierdo estaba oculto por el cabello que se había soltado. Decidió que la apariencia conocida le quedaba bien y compró un yakuta negro de una tienda en una de las aldeas civiles que había pasado.

A menudo encontraba trabajo en aldeas civiles, a menudo le pagaban para que se ocupara de sus problemas de bandidos, a veces pagaban con alojamiento, comida o suministros médicos e hierbas.

Eligió ir a Kusa, estaba lo suficientemente lejos de Konoha y tampoco se habían aliado con otras aldeas y había muchas aldeas civiles cercanas. Con el cambio de temporada, Madara decidió encontrar un lugar para quedarse.

Ahora estaba mostrando y había ahorrado mucho dinero junto con el dinero que había ahorrado cuando Izuna todavía estaba vivo. A Madara le gustaba la aldea de bambú, rara vez era atacada por bandidos y los shinobi no tenían razón para ir allí.

Había ido al curandero local. Madara estaba preocupado por permitir que alguien se acercara a su vientre, pero tenía que permitir que la chica lo hiciera. Ayame le había dicho que la firma del chakra mostraba que llevaba gemelos y le había aconsejado que los expulsada por cesárea.

Él no sabía cómo sentirse cortado y vulnerable de esa manera. Podría haberse acostumbrado a ella en los últimos meses de su embarazo, pero no sabía si podía confiar en ella lo suficiente como para permitirle cortar el lugar en donde sus hijos crecían.

Estaba abrumado con la idea de gemelos. Había aceptado la responsabilidad de uno, pero dos era otra historia.







De lo que te pierdes Hashirama por bobo

Incendio Forestal (HashiMada) {Traducción}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora