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Satisfecha de cómo me había salido el examen, bajo las escaleras del centro al mismo tiempo que voy ojeando los apuntes para comprobar en qué me podía haber equivocado.
― ¡Creo que ha salido perfecto! ―Me digo a mí misma con satisfacción.
Es viernes y toca organizar el “finde” con los amiguetes. Me hace falta desahogarme un poco pues la semana había sido de infarto. Aunque no sé cómo va a quedar la cosa ya que, si Michel y yo seguimos en nuestro plan de enfado…
Pues, “mosqueados” o no, una cosa la tengo clara, este “finde” quiero divertirme y no voy a permitir que el plan “quedarme en casita” figure en mi agenda.
Dentro de mi “Mini”, tomo un poco de aire, y ha llegado ese momento que tanto temía de abrir el WhatsApp.
― ¿Pero este que se habrá creído? ―Leo uno de los “WhatsApp”: “No hago más que llamarte al móvil y no me contestas; en casa no estás Nicole. A saber por dónde andas. Si no me llamas hoy, mañana tampoco lo hagas”.
¡Pues claro que lo voy a llamar! ¡Pero me va a oír! ¡No tengo que dar explicaciones a nadie de por dónde ando, ni lo que hago! ¡El que sea su novia no quiere decir que sea de su propiedad! ¡Va listo si se cree que voy acceder a sus amenazas!
Bajo el cristal de la ventanilla porque me empiezan a entrar los calores y marco su número. ¡No me contesta! Como me fastidia cuando entramos en esta espiral, por experiencia, sé que la cosa va ir a peor. ¡Me tiene hartita!
Comenzamos bien el fin de semana. Voy llamar a Susi, es mi mejor apoyo cuando las cosas están así.
― ¡Dime Nicole! ¿Qué tal el examen?
―Bien Susi, rozando la perfección, ¿y el tuyo?
―Muy bien también, contentísima. ¡Dime loca! ¿Que querías?
― ¿Te apetece quedar un rato después de comer? Tengo ganas de verte. No nos hemos visto en toda la semana.
― ¡Vale, sin problema! ¿Quedamos en el “Manhattan” a las cinco?
―De acuerdo Susi, a las cinco entonces. Besitos guapa. Hasta después.
Arranco el “Mini” y me voy directamente a casa.
― ¡Hola Aníbal! ― Viene a recibirme correteando a mi alrededor y agitando con alegría su tremenda cola que parece un plumero.
― ¿Qué estuvo haciendo mi pequeñín sin mí? ―Como me quiere este peludito; y yo a él. ¡Dios mío, no sé qué haría sin ti!
― ¡Hola! ¿No hay nadie? ¡Ya he llegado! ―No hay nadie en la cocina y decido ir a mirar en el jardín.
― ¡Hola!, me imaginé que estaríais aquí, ¿qué tal estás mamá?
―Bien, aquí aprovechando este solecito.
―Pues sí, después de la que cayó ayer vaya día se ha quedado hoy. Ojalá venga así todo el “finde”.
―Llama a tu hermano anda y vamos a comer que he dejado preparada una ensaladilla que ya me tarda empezarla.
― ¡Mmm! Ensaladilla, ¡qué rica! Tienes razón mamá, hoy comemos aquí que da gusto estar e igual me pongo yo un poquito al sol también. Voy a cambiarme y bajo.
De camino a mi habitación doy tres golpecitos en la puerta del cuarto de mi hermano.
― ¿Puedo pasar Hugo?
― ¡Sí, pasa!
― ¡Hola! baja a comer anda, estamos en el jardín.
―Vale, bajo ahora.
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"Quiéreme hasta el cielo...ámame en el infierno".
RomanceEsta impactante novela te llevará a vivir tanto el amor como el desamor de Nicole, una chica española que vive en Barcelona de 22 años, de familia acomodada, a punto de finalizar su carrera de periodismo. Nicole, en su primera y única relación con u...