Shen Yi Di Nu

Capítulo 4

"Usted..."

"¿Yo? ¡Qué hay de mí! "Se puso muy infeliz y señaló el par de piernas lesionadas. "Si no tienes intención de perdonar a los que te perjudicaron, entonces no tienes derecho a acusarme de ningún delito. Las malas acciones siempre se han pagado en especie. Si no me hacen daño, ¿qué mala acción me han hecho?

Nunca antes le habían hablado y tratado de esta manera. Ella no se molestó, ni trató de ganarse su favor, ni mostró ninguna cortesía o respeto. Ella tenía sus propias ideas y no dudaría en replicar audazmente. Cuando él decía algo, ella respondía y lo dejaba sin palabras.

Al ver su rostro enojado, con las mejillas hinchadas hasta el punto de estallar, la expresión enojada del hombre se convirtió rápidamente en una sonrisa, mientras sus labios se curvaban ligeramente. Mirando hacia la corriente ya visible, preguntó. "¿Estamos yendo?"

Feng Yu Heng cayó a una posición sentada en el suelo. "No voy. Cansado."

Los dos, sentados uno al lado del otro, vieron cómo el fuego de la fosa común comenzaba a apagarse lentamente. Parecía que casi no quedaban más cadáveres para quemar.

En este momento, un par de sombras bailaban en las rocas cerca de la grieta que acababan de partir. Pertenecían a un par de personas que parecían estar buscando algo.

Feng Yu Heng se levantó, los ojos brillaron mientras miraban a su alrededor por un tiempo. Luego miró hacia la persona a su lado. "Hey, te están buscando, ¿verdad?"

El hombre respondió: "¿Por qué no pueden estar buscándote?"

"¿Cómo es eso posible?" El comportamiento de Feng Yu Heng se volvió ligeramente errático al pensar en esta posibilidad. "Mi madre está muy enferma y no puede levantarse de la cama. Mi hermano menor tiene solo seis años. Los otros aldeanos quieren hacernos daño o evitarnos ".

Señaló las sombras y levantó una ceja. Con los labios rosados ​​ligeramente fruncidos, inclinó la cabeza enigmáticamente. Ella exudaba un aire de profunda sabiduría. "Fueron directamente a la grieta de la montaña. Definitivamente sabían que estabas allí.

El joven levantó lentamente los ojos y miró la apariencia distante pero inteligente de Feng Yu Heng. Esta chica era extremadamente divertida. Realmente bastante divertido.

Cesando esta línea de pensamiento, levantó suavemente su mano derecha. Usando su dedo índice y pulgar, silbó ruidosamente. Las dos personas vinieron rápidamente en su dirección.

Era un joven con un anciano mayor de 50 años. El anciano llevaba un botiquín en la espalda, por lo que debería ser médico.

El joven tenía un conjunto completo de ropa negra, con una espada en la cintura. Era claramente un guardaespaldas. Después de ver al hombre en el brocado, dejó escapar un suspiro visiblemente. "Después de que no se pudo encontrar al joven maestro, este subordinado temió que algo hubiera sucedido". El guardaespaldas se acercó al viejo sin aliento y lo empujó hacia adelante. "Este es un médico que encontré en la capital. Déjalo atender las heridas del joven maestro.

El hombre con brocado asintió y miró al doctor. "Te estaré molestando".

El viejo se secó el sudor de la frente y dijo: "No me atrevo". Al decir eso, se apresuró a inspeccionar las heridas.

Solo entonces, el guardaespaldas fijó sus ojos en Feng Yu Heng. Él frunció el ceño y preguntó: "¿Quién eres?"

"Un pirómano". El joven con brocado respondió por ella.

Feng Yu Heng levantó una ceja. "¿Qué ojo tuyo me vio encender el fuego?"

"Mis dos ojos lo vieron".

"Joven maestro", comenzó el anciano, "sus rótulas se han roto".

Estas pocas palabras atrajeron a las pocas personas a mirar las piernas.

El hombre con brocado asintió. "Lo sé. Señor, ¿sabe cómo arreglar huesos rotos?

El anciano dudó brevemente y luego respondió de inmediato: "De hecho, sé cómo hacerlo, pero hacerlo causa mucho dolor. ¡Me temo que una persona normal no podría manejarlo! Este viejo era ... Miró al guardaespaldas. "Estaba en el camino para visitar a un paciente cuando este hermanito me agarró y me trajo. Este kit médico solo tiene algunos suministros médicos comunes; no hay anestesia ".

"Si no hay anestesia, entonces podrías morir de dolor", agregó fríamente Feng Yu Heng.

El anciano estuvo de acuerdo: "Además, además de colocar los huesos, primero se debe raspar la carne del área. El área que está mirando este viejo ya está hinchada. Me preocupa ... ay, esta región montañosa y abandonada ... ¿Qué tal si dejas que este hermanito te lleve, luego sigue a este anciano de regreso a la clínica en la capital?

"No." El hombre con brocado lo negó firmemente. "Solo hazlo aquí".

El viejo se retorció repetidamente las manos. "No, no, no hay anestesia. Este tipo de lesión, este viejo no se atreve a tratar.