Una noche en la ducha Zoe siente un repentino golpe impactar contra su nuca, algo que la desorienta, cuando se recupera busca en el baño de dónde provino aquello encontrándose con nada más que un gran espejo y el choque del agua contra su cuerpo.
Apaga la luz del baño cuando termina, dirigiéndose a la cama junto a su novio, quien lee comics de colección.
— ¿Si pudieras tener un super poder cuál sería? —. Zoe lee en la cubierta trasera del comic.
— Quisiera controlar el agua. — Responde él dando por finalizada su lectura, girándose para abrazar a Zoe. — ¿Qué hay de ti?
— Me gustaría saber que se siente volar.
Su amiga Selene le había recomendado un libro excelente sobre injusticias de la vida. Se titulaba "La muerte no discrimina." Y sonaba de verdad interesante, pero no tenía tiempo para esas cosas.
Mejor debería ir al doctor por esos dolores de cabezas tan recurrentes que estaba teniendo, cada uno más intenso que el anterior.
— Pasas mucho tiempo frente a la computadora y fuerzas la vista, has pensado en usar lentes siquiera. — reprendió Selene un día.
— Se supone que viniste a inspirarme, no a criticarme.
La enfermera bebió de su taza de café maquinando una respuesta.
— Me preocupo por tu salud.
— Por favor no lo hagas.
— Voy a llevarte al oftalmólogo para unos exámenes de rutina y al neurólogo también por esos dolores que estas sufriendo, quien sabe podría ser grave.
— Lo invité a cenar aquí en el departamento, cocinaremos los tres y será divertido. — contó sus planes lleno de entusiasmo.
Su novio había pasado media hora hablando sobre su nuevo modelo. El joven que lo seguía como si Junmyeon fuera su mentor, Sehun se llamaba, era modelo profesional y se había convertido en algo así como la musa del fotógrafo. Ella podría estar molesta, pero le agradaba ver a su novio tener un amigo. Uno que parecía admirarlo demasiado.
— Junmyeon, — llamó un día desde la encimera. — cuida bien de Sehun, es lindo ver que tengas un amigo.
— De que hablas, tengo muchos amigos.
— Yo no cuento, soy tu novia. No una amiga.
El hombre se acerca a abrazar a su novia por la espalda, su torso descubierto contra ella.
— Eres justo lo que necesito.
— Es enserio Myeon, no quiero verte solo.
Él cubre su rostro con besos, dulces y cortos besos que se transforman en apasionados y profundos.
El sonido de piel contra piel y los suaves gemidos de Junmyeon llenan la habitación, el ambiente pesado y caliente mientras Zoe se brinca una y otra vez sobre la extensión del hombre debajo de ella. Mantiene sus manos en sus caderas ayudándola a enterrar su miembro más profundo en su interior.
Zoe está cerca muy cerca, casi puede alcanzarlo con sus manos... oh no, no ahora. El fuerte dolor la ciega momentáneamente, un ruido sordo la aturde.
Recobra parte de la audición y visión justo a tiempo para escuchar el orgasmo de Junmyeon.
Zoe se deja caer sobre su pecho, está temblando. Ambos intentan recuperar la respiración.
— ¿Estás bien, te lastimé? —. Preguntó agitado. — Vi que cerraste los ojos con mucha fuerza y no creo que haya sido por placer.
Zoe se incorporó, lo miró a los ojos sintiendo su corazón encogerse, aun así le apartó el cabello adherido a su frente por el sudor con una pequeña mueca parecida a una sonrisa.
— Lo estoy, no te preocupes.
Y Junmyeon hubiera protestado, pero la chica ya estaba besándolo otra vez.
— Así que Sehun, — comenzó ella en el momento que se quedó a solas con el nombrado. — ¿Cuáles son tus intenciones con Junmyeon?
El alto casi se ahoga con su copa, el fotógrafo debería volver pronto del baño y librarlo de la intensa mirada de su novia.
— Eh, yo... — aclaró su garganta rápidamente. — Nosotros somos ¿amigos? —. Fue más una pregunta para sí mismo. — Y yo... admiro mucho su trabajo, creo que es un genio.
Aunque sonaba un poco adulador, sabía que decía la verdad.
— He leído tu trabajo también. — continuó Sehun bebiendo otro trago, se abstuvo de hacer una pregunta inadecuada.
— ¿Ah, sí? Vamos cuéntame. — apoyó su barbilla sobre sus manos para apreciar mejor al más alto.
La precisión con la que relató una de sus obras la dejó impresionada y queriendo escuchar más de su voz, tanto que casi no nota cuando Junmyeon está de vuelta en la mesa. Ni como éste sonríe al verlos a ambos llevarse bien.
— He visto los resultados de tus exámenes y creo que es mejor que hables con el doctor, urgente. — La voz de Selene llena de preocupación.
— Es... ¿es así de malo?
Un pesado suspiro llena la línea telefónica.
— Solo no te tardes.
En alguna oportunidad cuando le dijo a su novio que iba a obtener su licencia de conducir, él primero se burló, luego le aseguró que no la necesitaría mientras estuvieran juntos, ya que él podría llevarla a donde ella quisiera. Y tal vez son las lágrimas o la fuerte presión en su cráneo, pero se arrepiente al notar cuanto se le dificulta llegar a su destino.
Una vez dentro del edificio, al cerrarse las puertas del ascensor siente su pecho oprimirse un poco más. El intenso dolor la derriba.
Finalmente la brisa, y la vista de la puesta de sol le dan la bienvenida cuando llega a la terraza. Cuidadosamente se acerca al barandal, donde a unos pocos pasos del borde retira sus sandalias de tacón negras y coloca su pequeño bolso junto a ellas.
Ella había escrito algo parecido a aquel escenario alguna vez, sin embargo, nunca se visualizó a sí misma llevándolo a la realidad.
Un tembloroso suspiro abandona sus labios, cierra los ojos y... vuela.
—... ¿Doctor que tan grave es el estado de mi enfermedad?
— No le queda mucho tiempo.
— ¿Cuánto?
— De dos a tres... — la pausa es agobiante. — semanas.
"... y Kim Junmyeon, no se te ocurra llorar por mi... cuídate, por favor. Fuiste mi vida entera, sigue adelante sin mí, eres demasiado brillante para apagarte por algo así.
Siempre, juro que siempre voy a amarte..."
Zoe le pidió no llorar, pero no puede evitarlo cuando se acurruca en la cama que compartieron durante tantas noches. La carta contra su pecho mientras se ahoga con su propio llanto.
Junmyeon era fuerte, era quizá la persona más fuerte que conoció en su vida. Eso pensó Zoe, que lo observa desde la esquina de la habitación, claro que él no tiene como saberlo.
Ella también pensó que había sido un error no haber terminado con todo aquello el día que tuvo la oportunidad, en lugar de esperar su nada lento y doloroso final. Pero Zoe simplemente no podía hacerle eso a él, pasar sus últimos momentos juntos parecía lo correcto.
Siempre quiso volar.
Pero justo ahora, deseaba volver y cuidar de él.
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保护者 ⁝ Guardian. | Kim Junmyeon.
FanficJunmyeon es fotógrafo y Zoe escritora. Él solía ser quien cuidaba de ella en la tierra, ahora ella lo hará desde el cielo.