YoonJi

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—Oh, creo que me voy a enamorar...

—¿Acaso dije que saldría contigo?

—Dije que me voy a enamorar, no que saldríamos.

Y eso fue todo para ellos, la conversación no terminó gracias a Jimin, pero el tema tuvo un punto final allí y como una de sus muchas cualidades era actuar, efectivamente la uso para no reclamarle con ira la carencia de responsabilidad afectiva que tenía, a su travestido compañero de trabajo.
No debía exponer sus emociones de tal forma con sus amigos, el staff y hasta ante las cámaras, en especial porque Jin más que nadie, sabía que Yoongi jamás no saldria con él.

Odiaba que fuera así, porque tenía sinceros sentimientos hacía su amigo, sentimientos que llevaban años existiendo solo en su corazón, escondidos y avergonzados de ser descubiertos, solo alimentados por su atención, masculinidad, atractivo, talento y amabilidad, sentimientos que solo florecieron cuando en una tonta borrachera, él se atrevió a besarlo, tan cercano, tan considerado, tan ameno, que le dieron la valentía suficiente para ofrecerle a Yoongi ir a un lugar más íntimo, petición que aceptó sin preguntar o dudar siquiera de la situación.

Pasaron meses en esa extraña relación, donde ocasionalmente Yoongi se escabullía a su cama o donde Seokjin lo invitaba a lejanos hoteles para pasar la noche juntos, todo con el único fin de recrear su primer encuentro y de tener solo por algunas horas, la ilusión de que eran una verdadera pareja.

¿Qué si saldría con él?, se preguntó, la pregunta real era ¿quién no querría salir con Seokjin?, Yoongi estaba siendo irracional, irritable y hasta un idiota, pero aún siendo consciente de todo eso, también lo era de la dolorosa verdad, de que todo ese intento de arrogancia, muy en el fondo era dolor, dolor porque no se creía capaz, dolor porque temía al rechazo, dolor porque escuchar lo que le dijo casi lo pone a llorar, dolor porque no quería acabar decepcionado de una relación que en un principio nunca aclaro que fuera algo.

—Terminamos por hoy. Gracias a todos por su trabajo— Hubo aplausos y suspiros cansados, pero emocionados al escuchar esas palabras y poco a poco, cada empleado fue abandonando el lugar.

Seokjin intentó despedirse y procuró ser uno de los primeros en retirarse del set, agotado física y anímicamente por lo que había ocurrido horas atrás, pero en su misión de usar el baño para cambiarse de una buena vez ese ridículo uniforme estudiantil, se cruzó con el causante de su mal humor, quién casualmente buscaba hacer lo mismo que él.

No hubo palabras al verse, lo que era común en ellos, pero con un ambiente mucho más cálido y ameno que el actual, dónde creía que con la mínima respiración, cortaría esa asfixiante tensión.

—Si quieres decirme algo, solo dilo— Su cuerpo tembló por lo repentina que se escuchó su voz, e instintivamente inhaló una gran bocanada de aire tras ella, como si en todo ese tiempo no hubiera siquiera respirado por temor.

—¿Por qué lo dices?— No lo noto al momento, pero detuvo su caminar a la salida, solo para verlo desde la puerta, a través del gran espejo en la pared que estaba enfrente de Yoongi.

—Te conozco, no puedes mirarme a los ojos, intentas evitarme ahora y no has bromeado ni una sola vez conmigo sobre como me veo— Él sonrió mientras hablaba, y al ver esa sonrisa alegre junto a la forma en la que apuntaba su peculiar uniforme y la tonta mención de que lo conocía lo suficiente para notar sus cambios de humor, Seokjin olvidó como sin nada, toda su molestia.

Rió, asintiendo a sus palabras, mientras se acercaba a él para peinar su divertida peluca con el fin de molestarlo, solo logrado que Yoongi se atreviera a sostener esa misma mano para guiarla con cuidado a sus labios, depositando en ella un pequeño beso acaramelado, mostrándose tranquilo y al mismo tiempo, denotando el sonrojo sutil de su pálido rostro.

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⏰ Última actualización: May 20, 2023 ⏰

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