Sabía que vendrías hasta mí

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Antes de leer:

Ninguno cuenta con sus poderes elementales.

Los clanes están divididos conforme a los cuatro puntos cardinales y nombrados de la misma manera.

Nación del Norte
Tribu del Sur
Nómadas del Este
Reino del Oeste

🔴 Este OS posee contenido explícito sexual.
🔴 ALERTA DE MENOR DE EDAD. Los personajes tienen 20 y 16 respectivamente.

Si no tienes problema alguno con las anteriores advertencias, eres bienvenido.
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En realidad, no esperaba aquello. Por más que intentase abrazar el pasado, era inevitable ignorar que ahora el frío de la noche se colaba por la ventila de aquella sucia celda mientras que él intentaba calentarse frotándose los brazos una y otra vez.

Llevaba dos días encerrado y no había siquiera probado una gota de agua desde entonces. En fin, no es como si estuviese tan desesperado por aquello o siquiera porque alguien estuviera preocupado por él y su repentina desaparición. Era tan solo un chico huérfano con sumo conocimiento del arte del robar. Sin embargo, no estaba allí por eso. Él no había robado nada. Todo lo contrario. Dos noches atrás se había infiltrado al palacio que durante mucho tiempo no fue habitado por nadie. Lo curioso era que no planeaba nada malo, tan solo hacer una visita a aquella persona que le había robado lo más preciado que tenía y que por muchos años anheló su regreso para finalmente hacerle frente. Estaba todo oscuro. Quizá asistir a deshoras de la noche no fue su más grande idea.

Un guardia le había pillado y sin piedad alguna, le arrastró de sus ropas hasta los aposentos de quien era dueño de dicho palacio no sin antes haberle golpeado y jalado del cabello. Habría deseado dejarse la cabeza rapada como antes para no experimentar tal dolor.

-Encontramos a este gusano husmeando por los jardines, mi Señor.

Saboreaba la sangre en su paladar. Las ropas hechas jirones cayéndosele y el dolor en todo su cuerpo con las heridas punzándole. Deseaba que tuviera compasión quien fuera aquél asomando sus ojos y su delgada pero musculosa figura a través de las tinieblas.

Esperó un minuto. No dijo nada mientras el guardia le tachaba de ladrón y le obligaba a hundir más la cara y pegarla hasta el suelo al mismo tiempo que le empujaba con su misma ropa.

El hombre suspiró. No lograba verle a la cara. Pero quería creer que era él. Por esa misma razón, esperaba que al menos lo reconociera y dijera al guardia que lo soltara y le dejara en paz.

-Enciérralo en la celda. Sin comida ni agua.

Aquellas palabras salieron de su boca de una manera tan déspota e indiferente que le heló la sangre. Por un instante, simplemente no supo quién era.

Así que entonces, pese a que se sentía debilitado, era más su confusión que ninguna otra cosa. De alguna manera, se sentía traicionado y también humillado. El pecho doliéndole como si su corazón se hubiera hecho trizas. Más bien; que él se lo había hecho trizas.

La puerta de la celda se abrió y el mismo guardia que le había metido allí, el cual no volvió a ver desde entonces, se acercó con una bandeja con lo que parecía ser comida y la puso en el suelo con cuidado. Sin embargo, su voz espetante y su rostro tosco aparecieron como si quisiera aplastarlo igual que a un insecto.

-Come. Y luego vendré por ti. Hazlo rápido.

Sin más, salió del sitio y se fue dejándolo solo junto con la bandeja de comida. Todavía más confundido.

Dark Horse [ZukAang]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora