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𝕮𝖍𝖆𝖘𝖊

Tranquilo.

Me dije mientras entraba en ese tipo de cápsula, todo era tan raro, y confuso, tomé una respiración, el doctor apenas avisó sobre mi estado, dio la orden a que me llevaran al neurólogo de la misma clínica, y que me hagan una resonancia magnética, debido a que el golpe que me había dado en el accidente el cuál, aún no me habían explicado como había sido no fue tan fuerte según las enfermeras.

Había empezado a ponerme algo tenso, sólo quería salir corriendo de ahí, y quizás tenía la ideología de apegarme a esos pensamientos de darme otro golpe para recuperar la memoria, pero solo eran pensamientos erróneos, nada de eso me ayudaría.

La máquina soltó un pitido bajo, tomé una respiración rápida, no podía creer que eso me estuviera pasando, me sentía débil,  cansado, y por más que no me gustara admitirlo también me sentía aterrado,  sólo quería que eso termine de una vez. La imagen de aquella chica se proyectó en mi cabeza por tercera vez en ese día, y aunque sentía que no la conocía, me arrepentí de no haber hablado con ella un poco más, ya qué, salió rápidamente del cuarto apenas dije aquellas palabras y un chico pelirrojo que no conocía en absoluto al igual que todos los presentes negó con la cabeza en mi dirección, y fue detrás de ella, lo cuál, me hizo sentir peor al darme cuenta que le estaba haciendo daño a otras personas.

Una vez que salí de ahí con algo de ayuda, y llegué a mi habitación, tomé una profunda respiración y apoyé ambas manos en la pared mientras que me sentía la peor escoria del mundo. Me odiaba por no haber sido lo suficientemente fuerte como para poder recordar algo, aunque sea quería algo mínimo.

Pero no podía.

—Te ves... exhausto —bromeó una dulce voz, miré hacía la puerta y fruncí el ceño al no ver a alguien ahí.

Me incorporé tratando de distinguir a alguien más ahí, y di un respingo al ver a la chica de lindas facciones en una esquina de la habitación, ésta sonrió al ver mi expresión y se acercó a mí.

—Creo que no me he presentado bien —murmuró, y aunque su tono de voz era comprensivo junto a una sonrisa, noté cierta tristeza en ella—. Me llamo Lorena —su sonrisa se agrandó—. Y soy tu mejor amiga.

Le había dedicado una sonrisa apenas noté que se estaba esforzando por hacerme sentir bien con todo eso, ésta soltó un suspiro.

—Sé que no sabes quién soy, pero... —su sonrisa se desvaneció y su mirada melancólica se ancló en la mía—. Quiero que sepas que si no tienes en quien confiar o con quién hablar, pues yo estoy aquí.

Ésta desvió la mirada tras haber dicho eso, me sentí culpable de repente, culpable por ser el causante de su tristeza, y la razón de su esfuerzo, el esfuerzo que hacía por hacerme sentir cómodo, podía notar que le estaba costando mucho.

También sentí impotencia, frustración, entre otras cosas más, apenas me había levantado y ya quería volver a estar inconsciente.

—Oh no, no —escuché, aquella soltó un resoplido—.  No tenía intención de que te pongas así, yo solo...

La miré expectante a que siga hablando, pero ésta solamente se quedó en silencio.

—Lo siento, no debería ni siquiera haber despertado —murmuré, mi voz sonó cansada y más baja de lo normal. Su mirada confusa parecía estar asimilando lo que había dicho.

—No vuelvas a decir eso —dijo con la voz temblorosa—. Estás con quiénes te queremos, eso es lo importante.

—Pero...

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⏰ Última actualización: Dec 21, 2022 ⏰

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