Louder than sirens,
louder than bells.
Sweeter than heaven,
and hotter than hell.
Drumming song (Florence and the Machine)Realmente no sabía qué esperaba encontrarse, pero, desde luego, no a alguien como ella. Su mirada recorrió su cuerpo perezosamente antes de esbozar su típica sonrisilla seductora sin poder evitarlo. Tacones negros, más altos de lo que debería estar permitido; finos tobillos que daban paso a un par de piernas extremadamente largas y pálidas, cuya parte superior aparecía cubierta por una falda oscura tan corta que se ganó un par de segundos de escrutinio por parte de Zach. Cubriendo, o mejor dicho, abrazando, como él se dijo, su torso se encontraba un corsé también negro atado por delante. Hasta su diminuta cintura, y ocultando sus hombros, se mecía una cascada color rojo fuego. Su cara, pequeña y de huesos finos pero marcados, era tan blanca como toda su piel, pero sobre su nariz y pómulos se esparcían una miríada de diminutas manchitas doradas. Su boca, algo pequeña y de labios gruesos y encendidos, se arrugaba en una mueca de hastío. Dos océanos plateados le contemplaban desde sus ojos, grandes y redondos, y su ceño se hallaba ligeramente fruncido.
"Bonita, muy bonita." pensó Zach "Una lástima que vaya vestida como...una prostituta..."
― ¿Puedo pasar? ― preguntó ella con una voz cantarina que no disimulaba su tono de tedio.
― Sí... Claro...
Entró y se dirigió hasta el diminuto salón para sentarse en un sillón, con una postura tan regia como si fuera una reina. Mientras, Zach la siguió por el apartamento, observándola tan obnubilado que apenas se dio cuenta de que ella se le había quedado mirando, esperando a que dijera algo.
― Esto...¿puedo saber cómo te llamas? ― rompió el silencio él, sin saber bien qué decir.
― Issobelle.
Su cortante respuesta le dejó algo descolocado y se pasó la mano por el pelo, revolviéndoselo inconscientemente un par de veces antes de dejarse caer sobre el enorme sofá que había frente a su sillón. Por su parte, ella, al darse cuenta de que él no pensaba añadir nada más soltó un resoplido ahogado y se puso en pie, caminando por la habitación.
― Verás, no se me dan bien estas cosas... ― masculló como si odiase tener que admitir que no sabía hacer algo a la perfección.
― ¿Qué cosas?
Él arrugó el ceño, desconcertado, sin estar seguro de qué debía esperarse. Se sentía totalmente desorientado, una espesa neblina entorpeciendo sus pensamientos, sólo capaz de centrarse en aquella deslumbrante chica cuyos tacones resonaban al desfilar contra el suelo de madera.
Después de dar un par de vueltas por la microscópica sala, ella acabó por plantarse frente a él, con los brazos cruzados y una expresión de fastidio sólo superada por el mohín de superioridad que exhibían sus labios fruncidos.
Si antes le había parecido completamente inofensiva y quizá hasta apetecible, en aquel momento un escalofrío serpenteó por su espalda, enroscándose en su columna vertebral. Ella...ella había... La realidad le golpeó como un jarro de agua helada, aferrándose a sus huesos. ¿Qué había hecho con el señor Rodríguez? ¿¡Y qué diablos le pasaba a él que apenas podía pensar!?
― Tengo que contarte muchas cosas pero este no es el lugar más seguro para hacerlo. Debes venir conmigo. ― cortó su línea de pensamiento con voz clara y cortante.
― ¿Qué? ¡No! ¡No pienso ir a ningún lado contigo! ― por mucho que le doliese, su tono no había sonado ni la mitad de contundente de lo que había pretendido, sino más bien débil y tembloroso ― No sé quién te crees que eres pero ya me estás explicando todo. ¡Ahora mismo! ― añadió en un intento por enmendar algo de su maltrecho orgullo varonil.
Una extraña luz relampagueó en sus furiosos ojos color tormenta y su labio superior se elevó imposiblemente en una mueca de asco que le hizo tragar salivar inconscientemente.
― Escúchame bien estúpido humano insignificante, yo...
Un enorme estruendo al otro lado de la puerta interrumpió su airada retahíla. Casi parecía...como si estuviera siendo aporreada por unos furiosos puños que pretendieran echarla abajo...
― ¡Zorra! Más te vale no estar ahí cuando entre porque voy a arrancarte la piel tira a tira mientras te fo...
Zach se levantó de un salto del sofá, tropezándose con los muebles al retroceder instintivamente, mientras miraba a Issobelle con expresión aterrorizada. Ella se limitó a chasquear la lengua con disgusto e ignorar las rabiosas amenazas que resonaban desde la entrada.
― Como iba diciéndote, ― prosiguió calmadamente ― este no es buen lugar para quedarse a discutir. Coge lo imprescindible y marchémonos, no creo que esa puerta tuya vaya a aguantar mucho más. ― añade, no sin cierto deje condescendiente.
Él se permitió un par de respiraciones aceleradas en un intento de calmarse, antes de salir corriendo hacia su habitación como un autómata, siguiendo sus órdenes sin siquiera cuestionarlas.
"No puede ser, no puede ser. Sencillamente no puede ser."
Pero, por mucho que su parte racional se negase a admitirlo, los golpes atronaban demasiado cerca como para querer pararse a meditarlo. Se hizo con su abrigo, y, en un ataque de bravuconería varonil, agarró su chaqueta de cuero. Patinó de vuelta al salón, donde ella le esperaba con lo que él espera que fuera una falsa mueca de tedio. Ignoró los gritos y el incesante martilleo y respiró hondo, empeñado en dejar de parecer un memo delante de una chica. O...lo que ella fuera... Le tendió la cazadora con una media sonrisa indolente, que no se desvaneció a pesar del ademán desagradecido de ella.
― Bueno, ¿y ahora qué? ― preguntó él, tratando de imitar su calma.
― Supongo que es demasiado pedir que los humanos hayáis aprendido a volar, ¿no? ― masculló ella en respuesta, igualando su sonrisilla confiada mientras señalaba hacia una ventana abierta, la única vía de salida de aquel asfixiante apartamento.
Zach tragó saliva y miró hacia la puerta, justo a tiempo para ver cómo una de las endebles bisagras cedía entre una nube de polvo blanco.
¡Buenas! Aquí os dejo un nuevo capítulo por fin. (No sabéis cuánto me ha costado tener que reescribirlo de nuevo...).
Aunque aún estamos en el comienzo de la historia, creo que ya os vais haciendo una idea de cómo son, o van a ser, los personajes principales, así que... ¿¿¿Qué os parecen???
Está claro que Zach es un chuloplaya de discoteca e Issobelle una estirada más borde que, pero ¿vosotros qué opináis? ¿Os gustan? ¿Os disgustan (Espero que todavía no odiéis a nadie pero...)? Me harías un favor enorme si lo dejarais en los comentarios. *puppy face de Zach*
Supongo que ya habéis visto que tanto en el capítulo 1 como en este hay en multimedia unas fotos... Sí, son Zach (Chace) e Issobelle (Sara), y algo de la sorpresa tiene que ver con ellos... CHAN CHAN CHAAAAAAN *ilusión elevada a la máxima potencia*. Más o menos, es así como yo los imagino, ¿y vosotros? ^^
Por supuesto, cualquier duda o sugerencia podéis dejádmela en los comentarios y la responderé superhipermegaultraencantadísima.
Creo que no me dejo nada, así que... ¡Hasta el próximo lunes!
MUAC MUAC MUAC
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Contratiempo
Teen Fiction― Zacharías, ¿verdad? ― Claro... ¿No me reconoce? ― Por supuesto, por supuesto... ― había algo en su mirada que inquietaba a Zach ― Pero debía asegurarme, ¿no? Coincidirás conmigo en que no puedo ir matando gente sin orden ni concierto. ― ¿De qué d...