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—¡Por fin he terminado Melanie!—suspiro, quitándome el sudor de la frente realmente estoy cansada

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—¡Por fin he terminado Melanie!—suspiro, quitándome el sudor de la frente realmente estoy cansada.

De repente escucho una voz conocida gritando mi nombre con tanta histeria.

—¡Sophia!. ¿Dónde carajos andas?. ¡ Puta madre!. ¿Qué haces?.

Es Isaac António, mi querido y hermoso novio.

Me ha localizado.

—¡Te estoy buscando en todo el maldito auto lavado Sophia!— alza los brazos gritando de ira, la vena que pasa por su frente parece que va a reventar. Una característica muy peculiar cuando está enojado.

—¡No me llames Sophia, no me gusta, Antonio!—digo con recelo y por supuesto que estoy a punto de enojarme.

—¡ Y tú no me llames Antonio, tampoco me gusta!—reclama mirándome de muy cerca, a veces el temperamento de Isaac me da miedo.

—¿A qué viniste Isaac?—pregunto.

—¿A caso me crees idiota?. Vine por ti, porque te estuve esperando en "starbooks" y después ir al cine a festejar.

—¿Festejar?—le pregunto mientras recojo todos los artefactos de auto lavado.—¡No tenemos nada que celebrar!.

Isaac me sujeta del brazo fuertemente. Trato de liberarme, pero no puedo.

—¡Sueltame!.

—¿Qué día es hoy Danna?—sujetandome aún más fuerte, el dolor es inmenso que me quejó del dolor.

—¡Sueltame Isaac, te lo suplico!.

—Lo haré cuando respondas mi pregunta, así que, ¡Contéstame!. ¿Qué día es hoy?.

Mi cabeza empieza a recordar.

—Es Abril 25—abro los ojos como platos, se me ha olvidado por completo, hoy Isaac y yo cumplimos ocho meses de ser novios.

—¡ Ya lo recordaste al fin Danna!. ¿No es así? Porque tu expresión me lo ha confirmado.

—¡ Lo olvidé, por completo!. Lo siento.

Isaac me suelta del brazo, claramente mañana me saldrá un enorme hematoma, automáticamente empiezo a sobarme la punzada.

—¡ No es posible que sólo me digas que lo sientes!—.

—Tenia trabajo que hacer...

—¿ En tu día de descanso?—mueve la cabeza y parece que está contando hasta diez.

—¡Si, Isaac!.

—¡A veces siento que no me amas Danna—esta cerca de Melanie, descarga toda su furia en el cofre.

—¡No golpees a Melanie idiota—le grito de manera altanera, por fortuna creo que no hay nadie; sólo Juan Luis haciendo el inventario o quién sabe. Lo importante no ha escuchado nada.

Vuelve a golpear el Jeep.

—¡Te dije que no lo hicieras imbecil!. ¿A caso estás sordo?—.en el suelo al lado de mi todavía está la cubeta con agua sucia decido levantarla—¡deberías irte Isaac!.

Un acto deliberado, lleno de impulso hace que levante la cubeta y se la lance sobre su cuerpo.

El sonido de splah se ha presentado en Isaac está parcialmente húmedo.

—¿Te has vuelto pendeja?. Esta camisa es nueva y se lava en seco.
—¡ Upss, lo siento, fue un accidente!—cruzo los brazos, llena burla en mi rostro.

Un punto a favor de Danna, mi cerebro se divierte después del cansancio.

Isaac se sacude el lodo y el agua que incluso le ha llegado a la barbilla.

De la nada aparece Juan Luis, no lo escuché llegar.

—¿Qué está ocurriendo aquí?—pregunta, observando el panorama y presintiendo la tensión de la pelea.

Estaba a punto de responderle, cuando un descuido visual, hacia Isaac me impide ponerme alerta y no vi llegar el golpe en la mejilla derecha con tanta furia, hace que pierda el equilibrio y caiga al suelo de nalgas.

Juan Luis corre a mi dirección, para ayudarme a levantarme.

Ahora es Isaac, quién se burla de mi derrota, es un machista lleno de misogidad.

—¿Estás bien?—me pregunta dándole la espalda a mi querido noviesito.

Extiende la mano que me he raspado para que pueda levantarme. Y me quejó de las punzadas.

Se gira y extiende el brazo para decirle a Isaac que se retire.

—¡Lárgate de mi auto lavado y no vuelvas a poner un paso aqui, me entendiste!.

Isaac no acata sus órdenes, entonces Juan Luis lo empuja hacia la salida jalandolo del brazo como niño malcriado. Es más robusto que él, así que le fue sencillo hacerlo

Temblaba como rana, aunque Isaac ya no estaba, sus cambios de humor me terminan dando tortícolis.

Juan Luis me abrazó hasta que calmara esos nervios.

—¿Quieres que te lleve a casa?.

—¡No, me las puedo arreglar por si sola muchas gracias!—beso su mejilla despidiendome.

—¡Danna no vengas a trabajar mañana! Te lo mereces después de este problema—. Grita mi jefe

Me alegro saberlo. Tendré un día tranquilo al menos.

Caminé y caminé tratando de analizar, cómo era posible que se me había olvidado los planes de celebración de mi relación tóxica con  Isaac por culpa  de mi trabajo, en fin no tenía caso ponerme mal después de todo había disfrutado lavar a Melanie, lo que si me deprime es no saber si realmente a quién le pertenece la Grand Cherokee eso si me ponerme mal y no quiero saber de Isaac por unos días o al menos hasta que el enojo se le vaya.

Llegué a casa frustrada porque el día no había terminado como lo tenía planeado. No había más remedio que olvidar lo sucedido, aunque estoy bastante adolorida por mi caída.

Abrí la puerta y mi hermana Daniella me está esperando.

—¡ Por fin llegas!—tiene rostro de preocupación, pálida como un fantasma.

—¿ Qué sucede?—pero si mis sospechas son ciertas Isaac está involucrado.

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El chico de la Grand CherokeeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora