II

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-Asesinato de alevosía y ensañamiento. - Dijo encerrándolo en una celda solo.

Había llegado a la ¿prisión? No... No podía ir preso sin antes haber un juicio, un juicio donde demostraría ser inocente. Porque eso es lo que es.

-Tengo derecho a una llamada. - Dijo el chico de piel pálida y ojos verdes.

-Toma. - El guardia que estaba cerca de su celda le pasó un teléfono inalámbrico color negro. El azabache solo lo tomó de mala gana, todo aquello era una injusticia. Marcó el número de su casa.

-¿Hola? - Contestó una dulce voz de una mujer.

-Madre- Dijo dudoso. - Deben de venir tú y mi padre, estoy detenido. -Habló con sinceridad el chico.

-¡¿Qué?! ¡¿Qué pasó?! - Gritó eufórica aquella voz que había sonado tan dulce ahora estaba llena de preocupación y desesperación esperando respuestas.

-Madre, deben venir ya, les explico aquí. - Dijo lo más calmado posible. Dicho esto les dio la dirección del lugar donde se encontraba, claro, después de preguntarle al guardia que le respondía de mala gana y con la cara de asco hacia él.

No tardaron mucho en llegar sus padres, su madre hecha un mar de llanto y su padre... ¿Dónde estaba su padre?

-Hablando sobre tu situación, hijo. - Le habló su madre entre sollozos leyendo sus pensamientos.

- ¿Qué sabes acerca de mi situación? - Le preguntó el pelinegro a su madre, una mujer joven y bella, reservada y con facciones finas.

- Es delicada, hijo- Solo atinó decir eso, pero continuó. - Dicen que apuñalaste a muerte a una chica. - Dijo mientras sollozaba.

- ¡Yo no hice eso! - Dijo exasperado. -Jamás haría eso. - ¡No soy un jodido monstruo! - gritó histérico, su madre solo lloraba mientras le tomaba las manos. Dolía, dolía mucho ver a su hijo tras una celda.

- Sabemos que no lo eres, Harry. - Habló su padre llegando recién donde se encontraban. -Son personas que no encuentran a quién culpar, según me informaron tú estabas pasando por el lugar del incidente supuestamente ibas "huyendo" fingías ir normal por la calle. - Habló el padre de Harry, Desmond Style mientras apretaba los puños con fuerza a causa de la impotencia. - Conseguiremos al mejor abogado, hijo. - Le aseguró.

- Gracias por creer en mí. - Dijo el azabache resignado a pasar la noche allí o más bien, lo que quedaba de la noche.

El guardia echó fuera a sus padres prácticamente y aquella noche no pudo dormir, a la mañana siguiente él sabía que la noticia correría como pólvora... Ya poco le importaba, el sólo quería salir de ahí.

Tuvo la primera visita de la mañana... su prometida Sara Johnson, una rubia de ojos azules claros, estaba hecha un mar de llanto mientras el solo la miraba con fastidio, su voz chillona no ayudaba a sentirse mejor. Se habían comprometido hace tres meses, después de una relación de un año, ella lo amaba profundamente y aunque él no la amara sabía que era una buena elección, tenía clase y posición social aparte de ser una mujer bella.

- ¡Harry! -Chilló. -¡No tienes por qué estar aquí! - Gritó lo obvio.

- Esperaré a que me digan que pasará conmigo. - Dijo el de cabellos negros. - Saldré de aquí.

- Toda la universidad ya sabe lo que pasó. - Le dijo con miedo. - También hay luto. - Harry solo la miró alzando una ceja. - Kate Smith, fue la chica asesinada ayer. -Le dijo la rubia.

- ¿Kate Smith? - Ella asintió. - No tengo idea de quien maldita sea es. - Le dijo con coraje el azabache a su prometida.

- Por culpa de ella estás aquí. - Le dijo la de ojos claros. - Por culpa de ella tal vez estés aquí por mucho. - Continuó envenenando el alma del pelinegro.

- No, Sara, no te confundas. Nadie muere porque quiere de esa manera, nadie pide ser asesinada. - Le dijo confundido por los comentarios de su prometida.

- Si...- Contestó con la cabeza gacha aquella rubia

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Sara Johnson es la que está en multimedia.
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Twenty Days ~Harry Styles~ (Completado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora