Twenty Days ~Harry Styles~ (Completado)

VI - Final

Se encontraban frente a la casa de Kate Smith. Harry sintió como su corazón empezaba a bombear con fuerza. Ese era su hogar... Tenía frente a él, el lugar dónde ella escribía, donde ella pasaba la mayoría de sus horas, cuando ella vivía.

-      ¿Cómo entraremos? - Preguntó Alan mientras miraba el gran portón de la casa de Kate.

-      Yo entraré. - Habló con decisión mirando aquella residencia color marrón.

-      ¿Estás seguro? - Preguntó haciendo una mueca.

-      Bastante... - Después de decir esto Harry empezó a escalar aquel portón de la casa de los Smith.

-      Suerte... - Susurró Alan. - Te esperaré aquí, intenta no tardar demasiado. - Le dijo un poco más alto para que Harry lo escuchara.  Harry siguió subiendo aquel portón, eran cerca de las tres de la madrugada, pero eso a él poco le importaba. Estando en la cima del portón se tambaleó un poco, pero logró recuperar el equilibrio.  Una vez del otro lado, bajó poco a poco, procurando no caerse y hacer el menor ruido posible. Cuando sus pies tocaron el suelo solo pudo suspirar de alivio, pero aquello apenas era el principio. Corrió rápido hacía la casa pegándose a una pared marrón. Se alejó un poco para observar la casa de Kate y miró un árbol que estaba muy pegado a la residencia, observó una ventana en el segundo piso y no lo pensó dos veces para escalar el gran árbol. Comenzó a subir, llenándose las manos de astillas y rasgándose la ropa, eso era lo de menos. Una vez estuvo a la altura suficiente... saltó hasta la ventana  y se pudo sostener apenas. Alan miraba aquello rogando que no descubrieran a Harry. El azabache estaba colgado de una mano y con la otra haciendo un gran esfuerzo para abrir aquella ventana, posiblemente estaba atascada o cerrada y eso acabaría con su oportunidad. Cuando pensó que ya no podía la ventana se logró zafar haciendo que las esperanzas de Harry volvieran. Deslizó la ventana hacia su lado izquierdo como pudo y haciendo un gran esfuerzo con ahora ambas manos logró entrar cayendo prácticamente de cara contra el frío piso.

Tomó su celular y encendió su "linterna", estaba en una especie de pequeña biblioteca, no había camas, ese no era su destino. Caminaba intentando hacer el mínimo ruido que podía y abrió la puerta lentamente para salir de aquella habitación. Se encontró con una casa de interior color café muy elegante, tenía detalles blancos y un gran cuadro en el pasillo en el que había acabado al salir de la habitación. Era de unos grandes ángeles corriendo mientras sonreían con mariposas a su alrededor. Había tres puertas, sabía que una de ellas tenía que ser la habitación de Kate. Miró una puerta de color blanco con una pequeña mariposa de color negro en el centro. Allí era su destino. Se dirigió rápidamente hacia allá. Sentía su corazón latir con fuerza y al tocar el pomo de la puerta sintió una corriente eléctrica atravesar su cuerpo.

-      Kate... - Murmuró antes de entrar. Cuando pasó solo sintió una inmensa tristeza y un enorme vacío. Iluminó con su móvil, su recamara era de un color rosa pastel, tenía pequeños detalles en las paredes de color blanco, una cama individual cubierta por un edredón del mismo color que su habitación, un gran closet de color blanco y un escritorio con una pequeña lámpara. Cerró la puerta muy cuidadosamente. Se dedicó a aspirar el aroma de su habitación, hace apenas unas semanas ella pasaba su tiempo allí... Harry estaba sumido en sus pensamientos, la imaginaba escribiendo en aquel escritorio, relatando lo sola y lo vacía que se sentía, pero sobre todo... Lo enamorada que estaba de él. Empezó a recorrer con nostalgia aquella rosa habitación, se sentía un poco mareado. Inhaló el aroma de aquella habitación y sintió su corazón ir cada vez más acelerado, así debía de ser su aroma mientras ella vivía. Se acercó a su cama, y acarició el rosado edredón. - Extrañar a alguien que jamás conociste...- Pensó. Se dedicó a buscar en la habitación intentando hacer el mínimo sonido. Empezó buscando en el escritorio de Mate, miró algunos lápices y hojas de la universidad en el primer cajón que abrió.  Abrió el segundo y había calculadoras y colores, no estaba ahí. Se dirigió el buró que estaba enseguida de su cama y abrió con cuidado el cajón que tenía. - Aquí estás... - Murmuró.