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¶. ¶.  ¶.

En una habitación se encontraba un chico amarrado a una silla siendo golpeado en el estómago y cara por unos hombres uniformados

Lo normal sería escuchar súplicas pidiendo perdón junto a lágrimas cayendo por sus mejillas, pero no. Este no era caso

El chico solo sonreía, no le importaba la sangre que caí por su labio inferior o nariz, tampoco sus costillas que seguramente están rotas

— Podemos terminar con esto? Ya estoy cansado de tener que verles la cara las 24 horas del día. Denme un respiro — dice con molestia

— Son órdenes del jefe — respondió un hombre uniformado dándole una patada en el estomago

Se escuchaba como alguien bajaba por las escaleras de metal, lentamente

— Esto podría acabar rápido —

Al escuchar esa voz los hombres se hacen a un lado para dejar pasar a su jefe

— Como? — preguntó el chico sin interés

— Tu bien sabes cómo, así que empieza a cooperar — rodea la silla en dónde está el chico con las manos en su espalda — Solo me tienes que decir dónde está —

— ... No lo sé —

El jefe patea la silla con furia, haciendo que está caiga de costado con el chico aún amarrado en ella

— Otra de tus mentiras?! — se da la vuelta y se acerca a una mesa

— Voy a responder todas sus preguntas... —

El jefe se voltea sorprendido al escuchar eso

— Pero no ante ti, sino ante la dueña de casa — sonríe maliciosamente

El jefe solo ríe, tenía unas ganas de partirle la cara a ese niñato, pero no lo hacía porque su señora le había dicho que no le inyecten nada, tampoco que le saquen las uñas, solo quería que lo golpearan

Se escucha como algo choca contra la mesa de madera con fuerza

— Hace dos días te pusiste como loco cuanto mencioné tu máscara — se acerca al chico — Y cuando te la quité ayer, te molestas te tanto que mataste a muchos de mis hombres — se pone a su altura

— Ya te lo dije, tortura me todo lo que quieras... Pero no le hagas nada a mi máscara —

El jefe juro que había visto como el brillo de sus ojos se había desvanecido, y ahora estaban todos oscuros

Y se hecha a reír

— Ahora lo entiendo — lleva su cabello para atrás — Ahora entiendo el significado de tu nombre, Skyless —

— Bien por ti — le dice serio sin dejar de mirarlo

— Skyless, tus ojos son idénticos al cielo, tan llenos de vida, mostrando su hermoso color a todos los humanos, pero... — mueve el cabello del chico para poder ver bien sus ojos — Ahora ya no se ve de esa manera. Por culpa de los humanos, el color del cielo paso de un hermoso color celeste, a un gris. Y eso te pasa a ti. Tus ojos se llenan de vida cuando te diviertes, pero pierden su brillo cuando alguien amenaza esa diversión —

Ya No Te Necesita Más  •Soukoku•  [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora