Narra Madison
-Joder...-dije revisando la última caja de provisiones que me quedaba en el pequeño almacén de la cabaña.
Sabía que tarde o temprano iba a tener que abandonar este hogar, pero no esperaba que fuera tan pronto cuando ocurriera.
-Esta bien...- comencé a mentalizarme.-Saldré por el bosque en busca de una autopista, tal vez alguna buena persona tenga piedad de mi y me acoja en algún refugio o alguna comunidad.
-Guardé en mi mochila las últimas provisiones que me quedaban y mi cuaderno de fotos.
-Joder... No me acordaba-dije al comprobar que mi armario estaba vacío a causa de un asalto que sufrí hace unos días por una pareja de mujeres que decidió dejarme sin abrigo para este otoño, que está ya a la vuelta de la esquina.
Agarré mi cuchillo de caza y lo guarde en mi cinturón para después salir de la cabaña.
-Que sea lo que dios quiera-suspiré comenzando el rumbo.
Caminé entre los árboles durante aproximadamente dos horas hasta encontrar a lo lejos una especie de carretera.
Sonreí al verla sin darme cuenta de que a mi derecha se acercaba un grupo de caminantes bastante numeroso.
-Mierda-comencé a correr hacia la carretera hasta que mis piernas fallaron y caí a el suelo. Me había torcido el tobillo.
-JODER PORQUE SOY TAN INÚTIL. - Intenté levantarme pero me era imposible. - bueno, es mi fin, ha sido un placer, mundo de mierda. - dije cuando el primer caminante se arrodilló para devorarme.
Logré clavarle el cuchillo pero cuando el cadáver calló ya había dos caminantes más dispuestos a morderme.
Cerré los ojos esperando mi muerte pero en cambio escuché 6 balazos, cuando abrí los ojos me encontré con un hombre con una chaqueta de cuero mirándome.
Llevaba un bate con un alambre de púas rodeandolo y una pistola en la otra mano.
-Joder!Que haces ahí abajo? - dijo para después agacharse a mi lado.
-Creo q-que me he torcido el tobillo - me cojió en brazos y empezó a caminar.
-Te llevaré a un lugar para que descanses. Me estoy quedando en una casa para buscar provisiones que llevar a mi comunidad, allí podrás descansar.
-Porque me ayudas?
-Cualquiera lo haría niña, todos somos humanos.
-Gracias... - susurre para después dormirme de cansancio en su regazo.
-No es nada - logre escuchar de su boca.
Me desperté tumbada cerca de una chimenea, estaba en una especie de sofá con una fina sabana blanca cubriendo mi cuerpo.
Supuse que estaba en la casa de el hombre que me salvó de los caminantes asique me levanté a buscarlo.
-Mierda-dije al volver a sentarme, no recordaba lo de mi tobillo.
-Buenos días bella durmiente- dijo con una sonrisa burlona, tenía el pelo mojado y una toalla enrollada en su cadera.No pude evitar sonrrojarme al pasar la vista por su torso y su abdomen desnudo.
El lo notó y convirtió su sonrisa en una mucho más grande.
-Veo que te gusta lo que ves - dice relamiendose los labios.
-Eh? No es que mmm... - mierda mierda mierda.
-Vamos no te pongas nerviosa-dijo acercándose al sofá y sentándose junto a mi- y déjame verte la cara -
dijo levantandome el mentón con sus dedos.No pude evitar volver a sonrrojarme con una sonrisa. - Joder! Si que eres guapa! Y bien, niña, como te llamas?-dijo dejando ver sus perfectos dientes.
-Madison, me llamo Madison.
-Madison! ese nombre no es de aquí..., bueno, yo soy Negan.
-Encantada Negan
-Iré a vestirme-dice levantándose- bueno, solo si tu quieres.
Rodé los ojos y le mire sarcástica mientras el subía las escaleras riendo.
Cuando ya estaba sola me puse a inspeccionar la casa desde el sofá ya que no me podía levantar, me fijé en un reloj colgado en una de las paredes y ponía que son las 9 de la noche.
Me fije en un libro apoyado sobre la mesa del salón y me estiré para agarrarlo.
"Manual de enfermería básica para casos de emergencia"
Al leer el título solté una risa y me fije en mi tobillo, le había puesto una triste venda, como si así se fuera a curar mi esguince.
Sonreí de ternura al imaginarlo intentado entender el libro para curarme.
Deje el libro sobre la mesa mientras el bajaba por las escaleras ya vestido y con su bate en la mano.
Me vio riéndome y inclinó la cabeza hacia un lado con una sonrisa buscando el motivo de mi divertimento.
-De que coño te ries?
-Lo siento, es que me parece muy tierno que hayas intentado curarme el pié con una venda.
-Que hija de puta.No tengo ni puta idea de enfermería vale? Iré a el jardín a por unas cosas y ya vuelvo. - Dice caminando hacia la puerta negando con la cabeza con una sonrisa.
-Vale enfermero- digo riendo, el me da una última mirada antes de salir por la puerta.
Me quedo en el sofá sonriendo como una tonta.
Que mierda me pasa? Nunca le habia cojido confianza tan rápido a alguien.
