Disfruta tu adolescencia, tu vida, los amores, tu primer amor, van a ser felices juntos, ya lo verás.
No te preocupes, son una pareja muy bonita y todo el mundo ama las parejas bonitas.
Son jóvenes, pero no tardarán en formar una familia.
Kurt, ¿Qué te pasó? Los niños del párvulo deben ser unos agresivos.
Oh, el humor de Courtney es muy pesado, ¿No te molesta?
¿Han pensado en casarse? Seguro todo el mundo quiere verlos casados.
-. Señor Cobain.
Una voz espantó todos aquellos pensamientos que hacían eco en su cabeza, se sentía mareado, cohibido, atrapado, asustado, aterrado.
Alzó sus apagados ojos azules hacia el hombre tras el escritorio, vestía con una camisa blanca arremangada, con los dos últimos botones sueltos dejando ver una cadena dorada decorar su cuello. Los ojos color esmeralda le observaban atentamente a cada uno de sus movimientos, el más joven, rubio, de facciones marcadas y dos preciosos zafiros por ojos se acomodó en la silla.
-. ¿Pasa algo, doctor? - Entre más avanzaron las sílabas, más apagado sonaba su tono.
-. ¿Por qué llegaste temprano?
"Porque no quería encontrarme con Courtney, mi cita con usted es dentro de dos días y debería estar en casa o esperando a mi novia en su trabajo" o "Porque tengo miedo de encontrarme con ella... No puedo soportarlo más".
¿Si fuera mujer no se burlarían de mí por todo lo que estoy pasando? ¿Siquiera me creerían?
-. Salí temprano del trabajo, hoy los niños tuvieron día libre y solo fui a organizar un par de cosas. - No del todo mentira, pero ocultando sus verdaderas intenciones.
El hombre de mechones rojizos se levantó de la silla giratoria, era de cuero sintético negro, combinaba a la perfección con el consultorio que parecía minimalista yendo de tonos blancos, grises a negros. Al mismo tiempo, la suela de los zapatos del hombre resonó haciendo eco en las cuatro paredes y abrumando al rubio, cualquier pregunta podía parecer ir en su contra.
-. Debe ser difícil tratar con niños, ¿No, profesor? - Aquella pregunta descolocó al rubio haciendo que su vista volviera a dirigirse al doctor.
-. No siempre, pero son niños... Ya sabe. Ser profesor de parvulario no es tan fácil, se necesita paciencia... - Empezó a explicar mientras movía sus manos gesticulando unas cuantas muecas en su rostro de recordar lo complicado que solía ser en su trabajo.
-. Por supuesto, yo no soportaría esto.
Ahí sintió que su alma se iba de su cuerpo, todos sus colores se fueron dejándole pálido y el latido de su corazón se aceleró cuando los dedos del ojiesmeralda apartaron unos mechones rubios de su rostro dejando ver un hematoma en su mejilla y otro cerca de su ojo.
-. Suelen ser agresivos... - Murmuró con su voz temblorosa, confiando de que el mayor no hiciera más preguntas.
Cuando el pelirrojo iba a responder la puerta se abrió con cierta brutalidad dejando ver a una mujer rubia con sus labios teñidos de un rojo intenso, llevaba un traje de camarera y una mueca de pocos amigos.
-. Te estuve llamando, ¿Dónde estabas? - Iba a seguir su reclamo pero una voz masculina le interrumpió.
-. Señorita Love, el profesor llegó temprano a la cita. Por favor, tome asiento.
Se supone que esto es para que llevemos una relación estable en la que haya comunicación sin malos entendidos, pero siempre me gritas, me dices que soy un inútil, me lanzas objetos y me haces quedar como una mala persona...
