001: el señor seo

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Era una noche lluviosa en Chamsin, todo transcurría como normalmente lo hacía. Seungmin el cajero se encontraba atendiendo al último cliente del día, y aunque Jisung el sastre volvió a irse temprano, no le fue difícil manejar la tienda las últimas dos horas que restaban.

── Espero que su compra le favorezca, sería un honor volver a verlo por acá. ──comenzó a decir lo de siempre en cuanto el cliente pagó y le entregó su compra para que la empacara.

── De seguro volveré. ──dijo con aires satisfechos, robándole una sonrisa de labios torcidos a Seungmin.

── Muchas gracias. ──hizo una pequeña reverencia en lo que le entregaba la elegante bolsa── Aquí esta su traje, que pase un buen día.

── Gracias a usted. ──le devolvió el gesto y sacudió su mano en despedida.

La campana sobre la puerta principal sonó en todo el local con la salida del último cliente. Seungmin suspiró, acostándose en el escritorio lentamente, su espalda dolía mucho y sus mejillas estaban entumidas de tanto sonreír. En eso, escuchó a Changbin bajar por las escaleras de espiral enfrente suyo, por lo que enderezó su postura en un intento de mostrar respeto. Changbin sonrió por su reacción inmediata, saludando con un gesto a su cajero.

── Hola, señor Seo. ──respondió Seungmin como siempre y Changbin sonrió avergonzado.

── Por favor, dime Changbin. Me haces sentir viejo cuando tenemos la misma edad.

── No puedo sólo hablarle así a mi jefe. ──negó con rapidez, haciendo énfasis en la palabra "así".

── Como quieras. ──hizo su mano hacia atrás en un ademán de restarle importancia── Es hora de cerrar la tienda, regresa a casa antes de que oscurezca más. Yo cerraré esta vez.

── Claro que sí... Changbin. ──el nombrado volvió a sonreír enternecido por su acción── Por cierto. Jisung se acaba de marchar, me dijo que lo dejarías salir temprano.

── Así es. ──Changbin hizo una mueca discreta. No sabía de que iba la vida de Han, de seguro le mintió acerca de aquella gran urgencia familiar y ahora se encontraba en un burdel rodeado de mujeres... Pero, confiaba en él. Sólo le desagradaba el que esta no haya sido la primera vez en la que sale temprano, le preocupa un poco que se haga un hábito suyo.

En consiguiente, con un asentamiento, el cajero tomó sus cosas, las guardó en su bolso y se paró en frente de Changbin. Mordiendo sus labios como si fueran un caramelo, le dirigió una reverencia y seguidamente se encaminó hacia la puerta principal. Debido a que nunca cruzó la línea de empleado-jefe, Seungmin seguía siendo muy respetuoso y algo tímido.

── Nos vemos mañana, Seungmin.

── Nos vemos mañana, señ- Cha... Changbin. ──volviendo a tomar su postura, hizo otra reverencia y salió casi corriendo del local. Changbin no tuvo tiempo ni de reírse por lo rápido que escapó.

Ahora que Changbin por fin estaba solo, inhaló una larga bocanada de aire, para luego soltarlo todo por la boca, sintiendo un poco de alivio. Otra sonrisa floreció en sus labios. Era satisfactorio el que su trabajo ya no sea tan pesado, Jisung y Seungmin han sido de muy buena ayuda estos últimos meses, gracias a ellos obtuvo más tiempo para organizar todo en la tienda y vender más inventario.

Luego de checar que todo estuviera en orden, fue a cerrar cualquier posible entrada, apagó las luces y al terminar se dirigió a su casa. Esta estaba cerca, pues el local está unido a la mitad de la casa que se le fue heredada, así que sólo tenía que cruzar un pasillo algo oscuro escondido tras una puerta, para así llegar justo a la sala de estar principal. Colgó su abrigo en el perchero de al lado y dejo sus llaves en la cajonera del otro lado.

❛ la moral de lo antiguo ❜   stray kidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora